El Presidente de Perú,
Pedro Castillo, debió regresar apresuradamente en automóvil al país desde Ecuador, para evitar ser destituido por el Congreso, luego de que el mal tiempo le impidiera volver en avión.
Castillo se arriesgaba a infringir la Constitución si no retornaba a Perú antes de la medianoche del viernes, hora en la que vencía el permiso dado por el Parlamento al Mandatario izquierdista para su visita a Ecuador, donde encabezó el gabinete binacional con su homólogo Guillermo Lasso en la ciudad de Loja, a 264 kilómetros por carretera de la frontera peruana.
Sobrepasar dicho plazo le habría dado un pretexto a los opositores que controlan el Poder Legislativo para proceder a destituir a Castillo, pues la Carta Magna peruana no contempla excepciones por causas meteorológicas.
Así, como el avión presidencial no pudo despegar por el mal tiempo, Castillo tuvo que emprender en auto un trayecto de cinco horas para llegar a tiempo a la frontera peruana. Y una hora antes de que venciera el plazo, Castillo llegó al puesto fronterizo de Tumbres.
Esto lo liberó de enfrentar una nueva moción de "vacancia presidencial" (destitución), la tercera en sus nueve meses en el poder.