La elección de Ranil Wickremesinghe como nuevo presidente de Sri Lanka ahogó las consignas de la Secretaría de la Presidencia en Colombo, donde cientos de manifestantes seguían la sesión televisada del Parlamento, y entre la multitud solo se escuchó un quejido.
El ambiente de esta jornada está lejos del festejo que hace una semana envolvía la Secretaría de la Presidencia, botín simbólico de las protestas que tomaron el control de este sitio y que se ha convertido en un fuerte de acampada para los manifestantes.
Hace exactamente una semana, los petardos y la música celebraban el anuncio de renuncia del ex jefe de Estado
Gotabaya Rajapaksa. Su dimisión y salida del país tras permanecer varios días en la clandestinidad fue fruto de meses de masivas manifestaciones por la grave crisis económica del país.
Rajapaksa abandonó el poder después de que los manifestantes irrumpieran en su residencia y salió de Sri Lanka abordo de avión militar, emergiendo una nueva oportunidad para elegir un renovado liderazgo tras más de cien días en las calles.
¿Y ahora qué?
Una hora después de que el Parlamento anunciase que Wickremesinghe, ex primer ministro de Rajapaksa, había conseguido el apoyo de más de la mitad de la Cámara, en el campamento conocido hasta ahora como "Go Home Gota" seguían sin respuestas sobre el camino a seguir, y los líderes caminaban de una tienda a otra.
"La mayoría (de los manifestantes) opinan que no nos podremos marchar, tenemos que protestar más hasta que se vaya" del poder, dijo a Efe Rifas Mohamed Farook, uno de los manifestantes de la acampada, mientras espera en su carpa nuevas instrucciones.
En una de las carpas, una veintena de representantes de los movimientos civiles de la protestas celebraban un cónclave improvisado rodeados de decenas de periodistas y cámaras de televisión que aguardaban la reacción de los manifestantes tras la votación parlamentaria.
En el terreno ocupado desde hace 103 jornadas por miles de personas apenas quedaban unas pocas decenas cuando el viento había comenzado ya a arrancar los carteles que cuelgan de los postes, y los vendedores recorrían las calles con las manos repletas de banderas que no lograron vender en la jornada.
El sacerdote Jeevantha Peiris, uno de los principales rostros de las manifestaciones, asegura que el movimiento civil no da por concluida su lucha y que las miles de personas que tomaron las calles en las últimas semanas solo esperan a ser convocadas de nuevo.
Peiris, que ha estado durante semanas dando orientaciones al movimiento,
prepara los planes para lo que promete ser una nueva revuelta igual a la que expulso a Rajapaksa, esta vez contra Wickremesinghe.
Sin embargo, apenas unos pocos indignados acuden los discursos al pie de la escalinata de la Secretaría, y ante la falta de combustible en el país, solo algunos autobuses abarrotados pasan cada tanto con pasajeros colgando de las puertas que mandan ánimos a los acampados.
"Go home" Ranil
Wickremesinghe llegó por fin a la Presidencia, cargo que ambicionaba desde 1993, cuando fue nombrado jefe de Gobierno por primera vez.
El ahora jefe de Estado ha sido cinco veces primer ministro de distintos gobiernos, y se ha postulado dos veces a las presidenciales (1999 y 2005).
Con la crisis agudizándose en los últimos meses, sin combustible ni gas y con el encarecimiento de los productos básicos,
Wickremesinghe se presentó como el único candidato a convertirse en primer ministro del impopular Gobierno de Rajapaksa.
La revuelta que obligó a Rajapaksa a huir del Palacio presidencial, y después a su dimisión, dejó el camino libre a Wickremesinghe como primero en la línea de sucesión.
Cuando su nombre se presentó hoy en el Parlamento, el nuevo presidente contaba no solo con el apoyo de su formación, el UNP, sino también con el de gran parte del SLPP, el partido de Rajapaksa.
"La cuestión es que ahora sabemos que Wickremesinghe es más inteligente que Gotabaya o Mahinda Rajapaksa", reflexiona Lahiru AM Fernando, uno de los responsables de la seguridad de la acampada que ahora teme por el arresto de quienes están en el lugar.
"Ya arrestó en los últimos días a varias personas y a nuestros manifestantes
. Por eso queremos empezar de nuevo nuestra protesta pacífica contra Ranil. Go home Ranil", apostilla el joven cineasta, que siente que esta es su única alternativa.
Aunque el movimiento no es lo que solía ser hacer hace una semana, "no volveremos a dar un paso atrás. Vamos a continuar esta protesta contra Ranil", insiste.
El primer paso empieza en casa, y ahora esta acampada, o aldea, como la llaman los manifestantes, está cambiando de nombre.
"Esto no es 'Gota Go Home', ahora es 'Ranil Go Home'", concluye el joven manifestante.