Luego de que se confirmara el paso de Luiz Inácio Lula da Silva (48%) y Jair Bolsonaro (43%) a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Brasil, ambos manifestaron su confianza de obtener la victoria en los comicios que se celebrarán el próximo 30 de octubre.
En el caso de Lula, afirmó que el resultado de hoy es solo una "prórroga".
"Vamos a ganar las elecciones", expresó Lula en un discurso en un hotel de Sao Paulo ante correligionarios y periodistas.
El líder del Partido de los Trabajadores, quien gobernó Brasil entre 2003 y 2010, recordó que nunca ganó unas elecciones en primera vuelta y recalcó que mañana lunes comenzará a hacer campaña para conseguir la victoria a fin de mes.
"Como mi cumpleaños es el 27 de octubre, tal vez lo reciba de regalo, como en 2002", señaló el antiguo sindicalista, rodeado de algunos de sus más importantes colaboradores y de su mujer Rosângela "Janja" Silva.
Lula, a quien las encuestas daban una ventaja de más de quince puntos porcentuales frente a Bolsonaro, terminó la primera vuelta con una ventaja de tan solo cinco puntos porcentuales frente al líder de la ultraderecha brasileña.
No obstante, el líder progresista subrayó que para entender el resultado hay que tener en cuenta su resurrección política, ya que en el proceso de las elecciones de 2018 se encontraba preso por una condena de corrupción que posteriormente fue anulada.
"Para valorar lo de hoy hay que recordar lo que estaba ocurriendo hace cuatro años. Era visto como si fuese un ser humano al que habían echado fuera de la política", señaló Lula.
Bolsonaro llama a no arriesgar "la libertad"
Por su parte, Bolsonaro reconoció este domingo que las elecciones probaron que hay una "voluntad de cambio", pero aseguró que en la segunda vuelta ante Lula le mostrará al país que "no puede ser para peor".
Aunque no terminó de reconocer la victoria de Lula, Bolsonaro tampoco puso en duda el resultado y aseguró que "mucho voto fue por la condición del pueblo", que "sintió el aumento de los precios de los productos", que atribuyó a la inflación que dejó la pandemia de covid-19, que se agravó con la invasión rusa a Ucrania.
"Tenemos una segunda vuelta por delante" y "podremos mostrarle a la población que la inflación está bajando" y que el Gobierno "no ha dejado de atender a los más pobres" mediante diversos subsidios que fueron aprobados en los últimos meses, afirmó.
"Entiendo que hay una voluntad de cambio, pero ciertos cambios pueden ser para peor", dijo el mandatario, en declaraciones que dio a periodistas a la puerta de su residencia oficial en Brasilia.
Sereno, sin levantar la voz, el líder de la ultraderecha se mostró convencido de que en la campaña para la segunda vuelta tendrá más tiempo para explicarles a los brasileños que "un cambio por la izquierda siempre es peor".
Citó como ejemplos los casos de Argentina, Chile y Colombia, países en los que la derecha fue desplazada por líderes progresistas en los últimos tiempos, e insistió en que los brasileños "no pueden correr el riesgo de perder su libertad".
Según Bolsonaro, con un posible regreso de Lula al poder que ejerció entre 2003 y 2010, "los brasileños no ganarán nada y, por el contrario, tendrán mucho que perder".
Entre lo que pudiera tener que "resignar" la sociedad en caso de una victoria del líder progresista, Bolsonaro aseguró que estarían "la libertad religiosa" y el "respeto" que su Gobierno tiene por "la familia" y los "valores tradicionales".