Cuando Graham Brady llama a la puerta del número 10 de Downing Street, es muy probable que su inquilino se eche a temblar.
Brady preside el Comité 1922, el grupo que agrupa a los diputados conservadores sin cargo gubernamental, lo que le convierte en el encargado de dar al primer ministro de turno la pésima noticia de que ya no cuenta con el respaldo de su grupo parlamentario.
Eso hizo el 24 de mayo de 2019 con
Theresa May, tras el fracaso de su gestión para llevar a cabo el Brexit. Eso hizo el pasado 7 de julio con
Boris Johnson, cuando la rebelión interna en las filas "tories" era insoportable. Y eso mismo volvió a hacer hoy, 20 de octubre, al reunirse con la dimisionaria
Liz Truss.
En todos los casos, fue Brady la última persona en traspasar el umbral del número 10 antes de que su ocupante saliese para anunciar su dimisión. Como si se fuese una presencia ominosa, a este diputado de 55 años le corresponde dar el "beso de la muerte" a los primeros ministros sentenciados por sus compañeros de bancada.
El Comité 1922 está considerado en el Reino Unido como una especie de "sindicato" de los diputados conservadores. Sus reuniones son en muchas ocasiones un hervidero de conspiraciones en las que se fraguan las ya legendarias rebeliones internas que acaban con la decapitación de sus líderes.
"El Partido Conservador se ha convertido en un secta de la muerte", afirmaba esta semana el dominical Sunday Times para describir la propensión "tory" hacia los juegos palaciegos para derrocar a sus dirigentes.
Como los puestos ministeriales en el Reino Unido se reparten exclusivamente entre los diputados de Westminster, el Comité 1922 está lleno de antiguas figuras caídas en desgracia, sempiternos candidatos a la espera de una oportunidad que nunca llega o representantes de la facción castigada por el Ejecutivo de turno.
Guardián de un secreto codiciado
En esas aguas parece manejarse con habilidad Brady, quien además es el depositario de uno de los secretos más codiciados de la política británica: sólo él puede saber el número exacto de cartas enviadas por diputados "tories" pidiendo una moción de censura contra su propio líder.
Si el 15% de los conservadores en el Parlamento envían una misiva diciendo que han perdido la confianza en la persona que comanda el partido, el comité puede convocar una moción de censura interna para destituirlo.
Sin embargo,
en las últimas ocasiones ni siquiera hizo falta una votación. Bastó con que Brady mostrase la puerta de salida a May, Johnson y Truss para que se comenzase a montar el clásico atril desde el que los primeros ministros anuncian su despedida.
Miembro del ala derechista de la formación, Brady preside el Comité 1922 desde 2010, con una breve interrupción de tres meses en 2019 para explorar una hipotética candidatura al liderazgo conservador que nunca llegó a producirse.
Diputado por una de las circunscripciones más seguras para los "tories", Altrincham and Sale West, fue elegido por primera vez en 1997, en plena ola laborista, cuando se convirtió en el diputado más joven de su partido.
En 2016, Brady se declaró públicamente favorable a la salida del Reino Unido de la Unión Europea y durante la pandemia se mostró contrario a los confinamientos decretados por el Gobierno de Boris Johnson.
Pero ha sido siempre su faceta al frente de los "hombres en traje gris", como bautizó despectivamente Margaret Thatcher al Comité 1922, lo que le ha dado mayor notoriedad (y poder).