La
justicia argentina condenó este lunes a prisión perpetua a cinco de los ocho acusados por el asesinato de
Fernando Báez Sosa, ocurrido en enero de 2020 a la salida de una discoteca en el popular balneario trasandino de
Villa Gessell, en un caso que conmocionó al país vecino y también a Paraguay, de donde son originarios los padres de la víctima.
En el fallo unánime leído este lunes, los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal 1 de la ciudad de Dolores determinaron que los acusados Máximo Thomsen (23), Ciro Pertossi (22), Matías Benicelli (23), Luciano Pertossi (21) y Enzo Comelli (22) deberán cumplir la pena de prisión perpetua en su calidad de coautores del delito de "homicidio doblemente agravado por el concurso premeditado de dos o más personas y por alevosía, en concurso ideal con lesiones leves".
Los otros tres acusados,
Ayrton Viollaz (23), Blas Cinalli (21) y Lucas Pertossi (23), fueron condenados a
15 años de prisión en su calidad de partícipes secundarios en el delito antes mencionado.
De esta forma, el tribunal accedió de forma parcial a la solicitud de la Fiscalía y los abogados querellantes, que habían pedido prisión perpetua para todos los acusados. La defensa, por su parte, había solicitado la absolución de todos ellos.
En esa línea, el abogado Fernando Burlando, que representa a la familia Báez Sosa, afirmó a la salida del tribunal que apelarán al fallo por las tres condenas que no fueron prisión perpetua. "Esto recién comienza, una justicia débil, al momento de evaluar sentencias, creo que no es justicia", afirmó, según recogió La Nación.
"No estoy enojado, soy un poco pasional. Si tenemos una justicia que es contemplativa, una contemplación que no tuvieron cuando Fernando pedía clemencia, la justicia no es justicia", aseguró Burlando, quien agregó que "el tribunal tuvo clemencia con los acusados. Es muy difícil discriminar la participación secundaria en un hecho que es un plan".
Más conformes estuvieron los padres de la víctima. En conversación con La Nación,
Graciela Sosa destacó que
"se hizo justicia" y reconoció que "se hizo un poquito de paz en mi corazón".
Silvino Báez, en tanto, afirmó que "la sentencia está muy bien, a tres acusados se quedaron cortos, pero vamos a apelar", y agregó que
"nos vamos en paz y aliviados".
Tras el veredicto, que los acusados escucharon de pie, Thomsen -sindicado por testigos como la persona que más golpeó a la víctima- se desvaneció y los jueces ordenaron despejar la sala.
Los hechos
Los condenados son parte de un grupo de amigos de Zárate (provincia de Buenos Aires) que jugaban juntos al rugby y que habían ido de vacaciones a Villa Gesell (380 kilómetros al sur de Buenos Aires) en enero de 2020.
La víctima era
Fernando Báez Sosa, residente en Buenos Aires e hijo de dos inmigrantes paraguayos, que fue emboscado al salir de la discoteca
Le Brique, a la que también había ido el grupo de amigos, con quienes dentro del local había protagonizado un incidente.
Los acusados atacaron brutalmente a Báez Sosa con patadas y golpes de puño en todo el cuerpo, pero puntualmente en la cabeza, el abdomen y la mandíbula. También golpearon a algunos de sus amigos cuando estos se acercaron a defenderlo.
El joven falleció producto de un paro cardíaco traumático por shock neurogénico, producido por múltiples traumatismos de cráneo que generaron una hemorragia masiva intracraneana intraparenquimatosa sin fractura ósea.
La muerte del joven generó una ola de repudio generalizado en la opinión pública argentina y el juicio fue seguido de manera exhaustiva por la prensa, con innumerables horas de televisión en vivo y páginas en los diarios con todas las versiones del caso.
Asimismo, la audiencia ha sido seguida con atención en Paraguay, cuyo Congreso se sumó recientemente a los pedidos de justicia por Báez Sosa, por la procedencia de sus padres.