Las Fuerzas armadas suecas colaborarán con la Policía para combatir la ola de violencia que vive este país nórdico en las últimas semanas por un conflicto entre bandas criminales, informó este viernes el primer ministro conservador, Ulf Kristersson.
"Suecia está en una situación excepcional que no tiene parangón en Europa", dijo en rueda de prensa Kristersson tras mantener una histórica reunión con el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Micael Bydén, y el jefe de la Policía Nacional, Anders Thonberg.
Kristersson, que ayer había pronunciado de forma inesperada un discurso televisado a la nación sobre el tema, resaltó que la policía sola no puede luchar contra el crimen y apuntó a una colaboración inmediata, dentro del marco legal actual, que podría comprender áreas como apoyo logístico y ayuda en análisis de explosivos o informáticos.
Sobre la siguiente fase, que requerirá reformas legales, aludió sin especificar a "zonas grises" en las que la Policía podría necesitar ayuda militar.
"Se trata de cómo las Fuerzas Armadas pueden contribuir sin usar la violencia, pero ya veremos próximamente en qué se traduce eso", dijo en la misma comparecencia el ministro de Justicia, Gunnar Strömmer.
La violencia entre bandas criminales es un fenómeno enraizado en Suecia desde hace más de una década y que ya fue tema central en las elecciones legislativas del pasado septiembre, pero que se ha recrudecido en las últimas semanas.
En doce horas entre el miércoles y el jueves de esta semana, dos personas murieron por armas de fuego y otra en una explosión, con lo que asciende a doce el número de muertos por la violencia entre bandas en lo que Dagens Nyheter, principal diario sueco, ha calificado de "septiembre negro", el mes más violento en cuatro años en Suecia.
Las autoridades suecas atribuyen la escalada más reciente de la violencia, que se ha centrado sobre todo en el área de Estocolmo, a un conflicto interno que afecta a una red dirigida por un criminal sueco de origen iraní que se cree reside ahora en Turquía.
En una comparecencia hoy, previa a la del primer ministro, Thornberg había definido la dimensión de la ola de violencia como de "tipo terrorista" y había apelado a una labor conjunta para tratar de solucionar un problema que no cree que se vaya a resolver a corto plazo.
"Estamos en una situación en la que hay niños que contactan a esas redes para convertirse en asesinos", afirmó el jefe de la Policía Nacional, quien cree que los militares pueden ayudar en labores de vigilancia y con su capacidad analítica.
La colaboración de las Fuerzas Armadas también fue solicitada por la líder opositora, la socialdemócrata Magdalena Andersson, quien apeló, además, a la "unidad" entre partidos en respuesta a las críticas de Kristersson a los anteriores gobiernos rojiverdes.
También es una vieja reivindicación del ultraderechista Demócratas de Suecia (SD), segunda fuerza parlamentaria y aliado del Gobierno de derecha que encabeza Kristersson desde hace casi un año.
Una de las figuras más visibles del SD y presidente de la Comisión parlamentaria de Justicia, Richard Jomshof, afirmó hoy que Suecia es un país "devastado" y pidió rebajar la edad penal a 13 años, expulsar a más inmigrantes e implantar toques de queda.
"Es la ingenuidad política la que nos ha llevado hasta aquí, la política de inmigración", había apuntado ayer ya Kristersson, cuyo Gobierno ha introducido varias medidas en los últimos meses para endurecer la línea en extranjería, inspirándose en la vecina Dinamarca.
Kristersson reveló también que ha hablado en las últimas horas con los otros jefes de Gobierno nórdicos y que estos están dispuestos a colaborar si fuese necesario.
"Existe un compromiso y existe también una intranquilidad porque no quieren que la criminalidad asociada a las bandas se extienda a sus países", declaró.