El ejército israelí indicó haber lanzado este lunes por la mañana unos 150 ataques contra blancos de Hezbolá en Líbano, donde el movimiento islamista dispara cohetes hacia territorio israelí, en apoyo a su aliado Hamás en la Franja de Gaza.
"Por la mañana, hubo unos 150 bombardeos", declaró un portavoz el ejército.
Al respecto, el primer ministro libanés, Najib Mikati, denunció un "plan de destrucción" llevado a cabo por Israel.
"La agresión persistente de Israel contra Líbano es una guerra de exterminio en todos los aspectos, un plan de destrucción que busca pulverizar los pueblos y ciudades libaneses", declaró Mikati en un comunicado, en el que llamó a la ONU y a los "países influyentes" a "disuadir la agresión".
Anteriormente, el Ejército israelí había realizado una advertencia a los ciudadanos de Líbano que se alejen de los edificios usados por el grupo chií Hezbolá para almacenar armamento.
Así, las autoridades castrenses pidieron a los residentes del sur del país que abandonen sus hogares "de manera inmediata" y que se mantengan alejados de los edificios "usados por la milicia para esconder armas".
Los ciudadanos libaneses recibieron "mensajes de advertencia" por parte de Israel para evacuar.
"En las últimas horas hemos detectado planes de Hezbolá para atacar a los ciudadanos del Estado de Israel. El Ejército comenzó a atacar hace una hora. En un futuro cercano, el Ejército atacará objetivos terroristas en Líbano para eliminar las amenazas", había advertido el principal portavoz castrense, Daniel Hagari.
Con todo, Israel lanzó este lunes una nueva campaña de intensos bombardeos contra diferentes áreas del sur del Líbano y del oriental Valle de la Bekaa, bastiones de Hezbolá, en medio de la creciente tensión tras los ataques sin precedentes de la semana pasada en territorio libanés.
En su intervención, Hagari detalló cómo combatientes del grupo chií, aliado de Irán, se preparaban para lanzar un misil desde una casa, en la que habían colocado una abertura para el lanzamiento.
"En un ataque preciso el Ejército eliminó a los terroristas y esta infraestructura de lanzamiento de misiles, poco antes del lanzamiento", aseguró el portavoz.
Un cargo militar israelí explicó poco después en un encuentro con la prensa que el proyectil en particular era un misil de crucero ruso, probablemente traído desde Siria.
Las fuerzas israelíes acusaron al grupo libanés de convertir el sur de Líbano en un campo de batalla, utilizando infraestructura civil para almacenar misiles, cohetes y drones, y explicaron que sus ataques van dirigidos a "degradar" esas capacidades.
El país está centrándose únicamente en su campaña aérea, sin que haya previstas de momento movilizaciones de tropas, explicó a la prensa una fuente militar.
Después de que el Ejército publicase sus advertencias, el presidente israelí, Isaac Herzog, defendió en un mensaje en su cuenta de la red social X que Israel "tiene el derecho y el deber de defender" a su pueblo.
Herzog compartió un vídeo generado por ordenador que muestra diferentes puntos del sur de Líbano donde el grupo chií supuestamente mantiene misiles y lanzacohetes escondidos en residencias y zonas civiles.
"¿Aceptarías esto en el hogar de tu vecino? ¿Qué nación aceptaría que sus civiles vivan bajo una amenaza así de sus vecinos?", escribió el presidente.
Por su parte, el ministro de Exteriores israelí, Israel Katz, reiteró el anuncio de las autoridades pidiendo a los civiles libaneses que abandonen las zonas cercanas a los edificios utilizados por Hezbolá tanto en inglés como en árabe y en francés.
El ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, aseguró este domingo que Hezbolá está "empezando a sentir" las capacidades ofensivas israelíes después de una semana de ataques en Líbano que se han cobrado la vida de decenas de sus combatientes.
El ministro aseguró que Israel seguirá atacando hasta que logre devolver a los 60.000 residentes del norte del país que viven evacuados por el constante intercambio de fuego a sus hogares, dejando claro que las fuerzas israelíes harán todo lo que sea necesario para lograr este objetivo.
La situación hace temer el estallido de una guerra abierta en la región, pese a que Hezbolá ha reconocido no querer llegar a ese punto e insistido en que sus ataques contra el norte de Israel cesarían de lograrse un acuerdo de alto el fuego en Gaza.