Sting despertó al Monstruo y Meruane pagó las consecuencias

VIÑA DEL MAR.- La pista se venía pesada para Ricardo Meruane desde el primer segundo que pisó la Quinta Vergara, pero no por dudas sobre su talento, sino que por la ferocidad con la despertó el Monstruo tras el fin de espectaculo de Sting.

El ambiente que recibió a Meruane era tenso, pero no incluía pifias. Éstas sólo estaban reservadas para los animadores, quienes cuando despidieron a Sting tuvieron que soportar gritos como "Rafa, escucha, ándate a la..."

De nada sirvieron las esfuerzos de Eva Gómez y Rafael Araneda para intentar controlar las manifestaciones de la Quinta Vergara. Es más,  durante la competencia internacional, antes de que subiera el humorista, se escuchaban intensas pifias y gritos que los despedían del escenario con un simple "Chao".

El panorama era complicado y Meruane lo sabía, los nervios lo traicionaron en cuanto inició su debut en el festival. De hecho, saludo tres veces y preguntó en reiteradas ocasiones "¿Cómo están?, pregunta que obviamente dejó un remate listo: "mal".

Tras mencionar al ídolo de la noche, Sting, el humorista logró repuntar, pero no por mucho tiempo.

Sus comienzos con chistes cortos no provocaron risas. No obstante, el Monstruo le dio una oportunidad y se quedó en silencio por unos minutos. Lamentablemente Meruane no aprovechó ese lapsus y perdió la oportunidad de conquisar al público.

El nerviosismo del cómico quedó latente cuando comenzó a agradecer entre cada chiste a la audiencia, acción que lo dejó aún más vulnerable y opacó sus intentos por revertir la situación.

Mientras la platea se quedó muda, la galería alzó la voz para pifiar su rutina, la que estuvo plagada de chistes cortos repetidos, como el ultra conocido ¿Está la señora Tina? hecho que dejó en evidencia un guión flojo y poco original.

Casi Veinte minutos sobrevivió Meruane sobre la Quinta Vergara. Sin duda su fracaso se produjo por la viveza del Monstruo y por la poca creatividad de su puesta en escena. Sin embargo, no se puede decir que su carrera haya quedado sepultada, simplemente tuvo una muy mala noche.