SANTIAGO.- Un análisis sobre la necesidad de tener una nueva Constitución hizo el vicepresidente Jorge Burgos, quien, pese a asegurar que la actual Carta Magna ha sido de cierto modo "eficaz", sostuvo que ésta "es un problema para Chile".
"Durante este período, la Constitución política puede exhibir haber impuesto un orden que, aunque imperfecto, nos ha permitido resolver los problemas dentro de la institucionalidad en paz, conforme a unas reglas con vigencia del estado de derecho", dijo el jefe de Gabinete durante el evento "Lo político y lo económico", organizado por Icare.
Para el secretario de Estado, la actual Constitución creada en 1980 durante la dictadura militar y reformada durante el gobierno de Ricardo Lagos en 2005, "ha logrado regir diferencias políticas".
Asimismo, sostuvo que la Carta Magna "ha permitido también la vigencia de una democracia que, aunque imperfecta, defectuosa, ha hecho que sean los ciudadanos en elecciones quienes decidan las autoridades que los gobiernan, incluyendo la alternancia en el poder".
"Sin duda hay críticas a la carta fundamental, porque casi desconoce mecanismos de democracia directa. No obstante, no son muchos los períodos de Chile que excedan con creces esta continuidad deseable", dijo.
Pero tras esto, el ministro Burgos enfatizó que "la paradoja, sin embargo, es que la Constitución que nos rige es un problema para Chile, y lo es porque carece del aprecio que las constituciones necesitan para continuar asegurando que resolveremos los conflictos conforme a ella".
"Se ha instalado una real insatisfacción respecto de la Carta Fundamental, y las constituciones que no cuentan con el prestigio ciudadano suficiente no son buenas" a pesar de sus logros, agregó.
En este sentido, el secretario de Estado recalcó que la constitución "es la razón última que podemos exhibir para superar una crisis. No podemos entonces darnos el lujo de vivir bajo la vigencia de una carta que no goza del aprecio popular que necesita ni de la legitimidad. La prudencia demanda que entremos en un proceso constituyente, así como la prudencia debe guiar ese proceso".
"La Constitución es aquello que nos constituye como cuerpo político, debe ser la casa y la obra de todos y a todos debe interpretarnos. Tengo la certeza que el pueblo de Chile, convocado a deliberar, no despreciará los beneficios de un sistema que protege la propiedad privada y defenderá nuestro régimen de libertades", dijo.
Proceso constituyente
Respecto al proceso constituyente que debe seguirse, Burgos indicó que "como es natural, tiene que haber un mecanismo de participación ciudadana incidente, es decir, que la gente que es convocada a participar, que tenga ganas de participar (...) que no sean opiniones que se queden en un mero seminario o una mera reunión, sino que lleguen a un lugar donde se consideren, tengan incidencia".
"El otro elemento que dio -a mi juicio- bien importante, es que la Carta sea fruto de un acuerdo político amplio ... los acuerdos políticos amplios en una democracia como la nuestra se consiguen en el Parlamento, en consecuencia es una señal clarísima", sostuvo.
Por otro lado, en lo relativo a la crisis política que se vive en el país, Burgos recalcó que "es muy dolorosa, porque es una crisis de las élites, no todas, pero para ser franco, las tres élites que figuran entre las más esenciales para el desarrollo armónico del país. Me refiero a las élites eclesiales, políticas y empresariales".
Crisis de las élites
El ministro además aseguró que "el país no vive una crisis integral, si entendemos por ello una que abarque todos los campos, como algunos suelen señalar, es parcial en el sentido que está en algunos y en otros no".
Lo anterior lo justificó señalando que la economía "está funcionando relativamente bien", al igual como las instituciones. "En general la crisis es grave, pero no muestra una guerra social ni política", declaró, agregando que "como ministro lamento cierto desorden o enfrentamiento en las calles, pero en rigor no es más que antes".
El secretario de Estado fue un poco más allá al precisar que "esta crisis es muy dolorosa, porque es una crisis de las élites, no todas, pero para ser franco las tres élites que figuran entre las más esenciales para el desarrollo armónico del país, me refiero a las élites eclesiales, políticas y empresariales".