SANTIAGO.- El 10 de marzo pasado, un día antes del primer aniversario del regreso de la Presidenta Michelle Bachelet a La Moneda, su histórica colaboradora
Paula Walker renunció a la dirección de la Secretaría de Comunicaciones (Secom), la unidad encargada por ley de la política comunicacional del Gobierno, por diferencias con el ex ministro del Interior Rodrigo Peñailillo.
La propaganda de la reforma tributaria que hablaba de los "poderosos de siempre", las dificultades para dar a conocer los alcances de la reforma educacional y el escaso conocimiento ciudadano de las tareas del resto del gabinete fueron marcando el destino de Walker, el cual se selló tras su ausencia durante la crisis del caso Caval.
Su reemplazante en el cargo durante estos cuatro meses y siete días que ha estado la unidad sin conducción fue el
subdirector de la Secom, Carlos Correa, quien nunca fue empoderado y terminó renunciando tras la implementación de la nueva estrategia basada en el eslogan "Todos x Chile", que fue gestado sin su participación.
El pasado 2 de junio, la Presidenta Bachelet reconoció en una entrevista radial que "ha habido una suerte de batalla comunicacional que hemos perdido", evidenciando de ese modo las carencias de su administración en esta área. Para los expertos, el descabezamiento de la Secom ha sido un factor importante en esa derrota.
"Las debilidades de la Secom son la mejor evidencia de las dificultades que ha tenido la política comunicacional del Gobierno. Desde hace mucho tiempo, prácticamente un año, viene perdiendo la batalla comunicacional por las reformas más emblemáticas, que tienen más desaprobación que aprobación", dice a Emol el analista político Max Colodro.
En ese punto, el sociólogo y académico de la UAI apunta a la influencia que tuvo Paula Walker en el diseño inicial del Gobierno, ya que "ella siempre estuvo centrada en blindar la imagen de la Presidenta y no tuvieron claridad de que la desconfianza hacia las reformas tarde o temprano iba a afectar la imagen de la Presidenta".
"Claramente hubo un error de diseño de la gente que estaba en ese momento con ella en la Secom. La idea de que Bachelet tenía un liderazgo personal tan potente que de algún modo podía subsanar todas las debilidades de gestión y políticas del Gobierno, pero en este caso no se dieron cuenta", agrega.
"La comunicación política no puede hacer magia"
Una visión distinta apunta el abogado y columnista Jorge Navarrete, quien critica que "durante años se le ha asignado a la Secom una importancia e influencia que francamente no debería tener. La pretensión de monopolizar hasta el último detalle de la comunicación política por una sola repartición es absurdo e ineficaz".
¿Qué importancia tiene el descabezamiento de la Secom en la constante sensación de crisis en que se ha desarrollado este Gobierno? A su juicio, "la comunicación política es un instrumento y no un fin en sí mismo. Es una disciplina que puede contribuir a la necesaria pedagogía hacia los ciudadanos, pero no hace milagros".
"Las constantes crisis por las cuales ha atravesado este Gobierno tienen más su origen en un paupérrimo diseño político, con la ausencia de un relato que haga sentido a las personas, contraviniendo a ratos el más básico sentido común y desoyendo las señales y advertencias para enmendar el rumbo a tiempo", dice.
A juicio de Navarrete, la influencia de la falta de una estrategia comunicacional clara en los problemas políticos de la administración de Bachelet "es sin duda un factor a considerar, pero no el único ni menos el más importante. Si no hay claridad por parte de los protagonistas del Gobierno de cuáles son las posiciones en las que no se pueden equivocar, no hay estrategia posible que resista".
"¿Qué estrategia comunicacional puede explicar la soberbia y falta de rigor con que se tramitó la reforma tributaria; el negar sistemáticamente el escenario económico adverso que tendríamos los próximos años; agravar la crisis de financiamiento de la política por la vía de intentar manipular a fiscales y otros organismos del Estado; el mantener silencio y así profundizar la gravedad del caso Caval?", se pregunta.
A ello suma el hecho de "anunciar un cambio de gabinete por la televisión y soportar la renuncia de uno de los tres ministros designados antes de un mes; o, ahora en menor medida, anunciar un financiamiento para un nuevo complejo deportivo de la selección de fútbol, cuando estamos postergando otros importantes iniciativas por falta de financiamiento. La comunicación política no puede hacer magia", enfatiza.
¿Cuál debe ser la estrategia?
Consultado sobre de qué forma puede revertir esta situación La Moneda, Colodro dice que "la política comunicacional del Gobierno pasa hoy día por este sinceramiento de la situación que atraviesan las reformas y a partir de eso probablemente vamos a ver a una Presidenta mucho más centrada en hablar de la protección social de nuevo".
"Eso es una apuesta y el Gobierno está intentando reeditar el mismo diseño de su primer período. Yo no tengo la certeza de que el cuadro sea similar y no tengo claro que le vaya a resultar en las actuales circunstancias", sostuvo.
En tanto, Navarrete indica que "en su fase de instalación y su primer año de mandato, este Gobierno confundió voluntad con voluntarismo, y perseverancia con porfía. Contando ahora con un muy escaso apoyo ciudadano, sólo espero que no confundan popularidad con populismo".
Finalmente, sobre el perfil del nuevo líder de la Secom, Colodro dice que debe ser "una persona que sepa de política y que tenga intuición política, que sea capaz de entender dónde están los problemas políticos del Gobierno y no pensar que esos problemas los va a poder manejar sólo desde la lógica comunicacional".