SANTIAGO.- El ex presidente del Tribunal Constitucional, Raúl Bertelsen, analizó la decisión del organismo que declaró inconstitucional la glosa presupuestaria con la que el gobierno buscaba garantizar la gratuidad en la educación superior.
"Nunca tuve dudas de que era una fórmula discriminatoria, porque diferenciaba sin haber un motivo razonable", dijo Bertelsen en conversación con "El Mercurio".
Consultado por su opinión sobre las críticas que surgieron tras la decisión del TC, en la cual algunos senadores que pusieron en duda su continuidad. las calificó como "afirmaciones pasionales, dichas como reacción espontánea al conocer un fallo".
"Confío que no revelen el punto de vista de las personas que las han dicho, puesto que si así fuere sería gravísimo. Decir que en una democracia no debe existir un TC es un disparate que significaría adoptar una forma de democracia populista", expresó.
El constitucionalista explica que la primera versión del TC surge en Europa, y en Chile durante la reforma constitucional que se impulsó en el gobierno de Eduardo Frei Montalva, y su justificación apuntaba a "resolver conflictos jurídicos que surgieran entre el Congreso y el Presidente en la tramitación de las leyes".
En esa línea, recalca que "el TC con este fallo acaba de cumplir el cometido que se le asignó el año 70, y que se mantuvo en la Constitución del 80, y en la reforma constitucional de 2005".
"Los Tribunales Constitucionales hoy son una de las instituciones que se consideran claves para que exista una democracia limitada", añade.
Asimismo, dice que "Esto no lo discute nadie en ninguna parte, ni en Alemania, Francia, Italia. Los países en Europa del Este cuando se democratizan todos tienen una función de control de constitucionalidad, sea en el TC o en la Corte Suprema".
No debe haber "ajustes"
Por otro lado, Bertelsen señaló que el TC chileno "a través de las sucesivas reformas constitucionales es un tribunal cuya regulación constitucional y legal no necesita ajustes".
De lo mencionado por el ministro Rodrigo Valdés, sobre que el TC buscaba alterar el gasto programado por el Estado, expresó que "el TC no se ha pronunciado sobre el gasto del Estado, el que lo dice o no entiende lo que el tribunal dice, o no quiere entenderlo. No ha modificado, porque no puede hacerlo, en un peso lo que está previsto para la gratuidad".
Por otro lado, indicó que no es correcto tramitar este tipo de materias mediante una glosa presupuestaria, ya que "la Ley de Presupuestos tiene por definición una duración temporal. Establecer una política pública con efectos que exceden largamente el año calendario en que rige la Ley de Presupuestos no es adecuado".
Finalmente, consideró que las leyes cortas "no existen", ya que "se les llama así a leyes que se tramitan apresuradamente. Es una ley que supongo va a regir con efectos permanentes. La Constitución permite que a través de las urgencias se discutan en pocos días".