SANTIAGO.- Cuatro párrafos resumen, en el comunicado divulgado ayer por la Policía de Investigaciones, las severas sanciones impuestas por el director general de la PDI, Héctor Espinosa, a los detectives que estuvieron hace una semana junto al fallecido subcomisario Franco Collao (38) en la tienda La Bodeguita, y no le prestaron ayuda mientras perseguía a los delincuentes que habían asaltado el lugar, quienes finalmente lo mataron.
Espinosa afirma estar dolido porque hubo detectives que "no actuaron como debió haber actuado un oficial", pues "estamos obligados por la ley a actuar, a denunciar y a detener".
"No es una cosa que uno quiera o no. Los detectives hacen un juramento cuando salen de egresados, de cumplir con la justicia, combatir la delincuencia y dar la vida si es necesario", dice en conversación con "El Mercurio".
Sobre su decisión, menciona que "tengo la convicción de que estos funcionarios se apartaron de la doctrina institucional y de la ética. (…) Tenemos dos cosas que son contrapuestas. Por un lado la acción heroica, valiente y un ejemplo para las nuevas generaciones de lo que ha hecho el subcomisario Collao, que realmente a mí me impresionan su coraje y valentía".
"Él andaba con su mujer, que estaba en un estado de gravidez con seis meses. Él hace lo que tiene que hacer primero y luego sale en persecución de estos delincuentes. Me parece una acción que lo refleja a él como persona y que representa el sentir de muchos detectives, y cuando cuatro detectives que también estaban en el lugar no hacen lo que tienen que hacer, les faltan el respeto a su institución y a sus camaradas", asegura.
Además, revela que con la investigación que se hace, que es de la misma institución, se establece que había más personas involucradas.
"La explicación que dan es que ellos estaban más adentro, sienten que hay algo y cuando salen a las cajas señalan que la gente les había dicho que habían entrado a robar, pero que no habían alcanzado a hacer nada", cuenta.
No tomaron el procedimiento
Espinosa agrega que los oficiales "debieron haber dado cuenta inmediatamente que estaban en el lugar. Y en ese momento, cuando hay un delito, ellos debieron haber hecho lo que tiene que hacer cualquier policía: tomado el procedimiento".
"Si se hubiesen juntado los cuatro, pudieron haber hecho un empadronamiento, obtener más evidencia del momento y habrían trabajado mucho mejor. Y ellos se retiraron del lugar. Fueron poco prolijos porque aún cuando una persona les diga que no alcanzaron a cometer un delito, pero sí entraron y rompieron una puerta, ya era como para tomar un procedimiento", expresó.
Ante este hecho, indica que "nosotros somos detectives las 24 horas del día y los 365 días del año: 24/7. En algunos casos uno está cumpliendo el deber de una investigación, uno está en un patrullaje de servicio que le ha encomendado la institución. Pero cuando uno está en tiempo libre, no deja de ser detective, y la ley nos dice que cuando se está cometiendo un delito nosotros tenemos que denunciarlo. Y si hay una persona cometiendo un delito, tenemos la obligación de detenerlo".
"Entonces, por eso es que no es tan así esto de querer perseguir a estos cuatro funcionarios. Aquí hay una falta grave a la doctrina institucional", acusa.
Los argumentos
Consultado por los argumentos que entregaron los subprefectos para no haber actuado, el director de la PDI apunta a un "error".
"Yo creo que cometieron un error. Dicen que no se dieron cuenta de que había un funcionario que estaba baleado a más de una cuadra. Yo creo que fueron poco acuciosos. Les faltó profundizar y haberse interiorizado más de lo que había ocurrido en el lugar", afirma.
En esa línea, descarta que haya existido "cobardía", pero consideró que "creo que hubo falta de profesionalismo (…) Hay una falta de profesionalismo de ellos al sentir que algo estaba pasando en un local comercial, y lo menos que pueden hacer es consultar, porque son policías. No estamos hablando de cualquier persona".
