Carmen Valenzuela falleció mientras recibía atención en la Clínica Alemana, en diciembre de 2013.
Album familia Valenzuela
SANTIAGO.- La defensa del doctor Pablo Lavados señaló que la inocencia de su cliente quedará demostrada en tribunales. Esto luego de que la Fiscalía Oriente decidiera formalizar al profesional, junto al médico Álvaro Mardones, por la muerte de la universitaria Carmen Valenzuela ocurrida mientras recibía atención en la Clínica Alemana, en diciembre de 2013.
El órgano persecutor, tras la querella presentada por la familia de la joven, les atribuye responsabilidad a ambos profesionales en el deceso de la estudiante, por supuestamente
desestimar las advertencias de sus familiares, ya que no habrían tomado en cuenta en el tratamiento que ésta padecía antecedentes de una hidrocefalia seria.
El abogado José Rojas, responsable de la defensa del doctor Lavados, recordó que "la formalización es el inicio de la etapa judicial de este caso, y es una garantía procesal para el inculpado, la cual sirve para conocer específicamente los cargos que se le imputan, dirigir de manera específica una estrategia de defensa, y con eso, además, fijar un plazo de investigación razonable".
En esa línea, sostiene que "desde que se presentó la querella por parte de la familia de Carmen, hemos colaborado activamente en la investigación llevada por el Ministerio Público, prestando declaración en la fiscalía y entregando numerosos antecedentes que dan cuenta de la inocencia de mi defendido".
"Estamos absolutamente convencidos de la inocencia del doctor Pablo Lavados, lo cual creemos quedará demostrado en el tribunal", indicó.
El caso comenzó luego que los padres de la joven se querellaran en mayo de 2014 -a través de su abogado Sebastián Sánchez- en contra los profesionales, quienes estuvieron a cargo de la atención de Valenzuela la fatídica noche del 6 de diciembre de 2013.
El padre de la joven, el ginecólogo Juan Pablo Valenzuela, incluso difundió a través de las redes sociales su convicción respecto a la supuesta negligencia de los médicos, a quienes los responsabilizó por la muerte de su hija.
De acuerdo a los detalles presentados en la acción penal, la joven universitaria fue sometida a una intervención cuando tenía una semana de nacida, en la que se le instaló una válvula dentro del cráneo para poder desarrollar una vida normal en la que cursó estudios universitarios, aprendió tres idiomas y desarrolló actividades artísticas.
El documento menciona que la noche de la tragedia, luego del traslado de la joven hasta el centro asistencial privado para tratar su malestar -y pese a que sus familiares hicieron notar los antecedentes clínicos de la paciente que indicarían que su cuadro posiblemente se relacionaba con un problema en la válvula implantada en su cerebro- un médico de turno determinó que se le practicaran exámenes de sangre y una radiografía de tórax.
Una hora y 40 minutos después de su internación, Carmen cayó en coma profundo con paro cardiorespiratorio.
Finalmente, nueve horas después del ingreso, se le realizó una exploración quirúrgica de la válvula intracraneal que, según la querella, demostró que las advertencias de la familia tenían justificación.
