SANTIAGO.- “Su experiencia va a contribuir a la unidad de nuestra coalición”. Con esa sentencia, la Presidenta Michelle Bachelet marcó de inmediato una de las principales tareas que tendrá que asumir el nuevo ministro del Interior y Seguridad Pública, Mario Fernández, tras asumir en el cargo tras la
renuncia de Jorge Burgos.
Y es que el ambiente de ruptura que existe en la Nueva Mayoría está llegando a niveles peligrosos, tanto así que ayer incluso la bancada de la DC se reunió por la noche para analizar la continuidad del bloque. Lo mismo hizo el PS, con el objetivo de pedir al Ejecutivo que corrija sus “errores no forzados”.
A ello se suma el constante roce del PC con La Moneda en materia educacional y laboral y la crisis del PPD, golpeado por los últimos antecedentes sobre eventuales casos de financiamiento irregular. Ante ese escenario, Fernández tendrá que hacer sus mejores esfuerzos por ordenar a la coalición en medio de un año electoral.
En ese sentido, el nuevo jefe de gabinete tendrá que recoger las críticas realizadas desde el oficialismo a los problemas de gestión que arrastra el Gobierno, los cuales no pudieron ser corregidos de manera definitiva por Burgos tras la salida de Rodrigo Peñailillo y Alberto Arenas del comité político en mayo de 2015.
Desde ese punto de vista, desde el Gobierno también se espera que a diferencia de lo realizado por su antecesor, el ex embajador cumpla a cabalidad con las instrucciones de la Mandataria y evite la batalla que a veces encabezaba Burgos para imponer su visión sobre distintas materias, lo cual terminaba tensionado a toda la coalición.
Así ocurrió por ejemplo cuando intentó imponer la necesidad de cambiar el rumbo, siendo desmentido por la propia Bachelet. O sus posturas sobre el aborto, la asamblea constituyente y otros temas que lo enfrentaron con el ala más progresista del bloque. Ante eso, Fernández ya dio un paso y declaró su completo acuerdo con el programa.
Otras tareas urgentes
En lo inmediato, el nuevo titular de Interior tendrá que asumir varias urgencias. Una de ellas es la organización de los cabildos provinciales y regionales del proceso constituyente, cuya logística depende de su cartera. De hecho, una de las últimas actividades oficiales de Burgos fue una reunión para tratar esa materia este lunes.
Asimismo, se espera con expectación la postura que asumirá ante La Araucanía, zona en la cual se han intensificado los atentados. Este ítem fue uno de los puntos en los que Burgos marcó más presencia: Removió al ex Intendente Francisco Huenchumilla y se enfrentó a la jefa de Estado por no considerarlo en su visita a la región.
El combate a la delincuencia también será uno de los focos que enfrentará Fernández, cuyas cifras han aumentado según mediciones recientes. Aunque por su perfil conservador, se espera que mantenga el apoyo a las policías que cultivó su antecesor y el respaldo a la ejecución de la agenda corta, que terminó dividiendo al oficialismo.