SANTIAGO.- Los estudiantes acusan excesivos aranceles, que no se traducen en la enseñanza que reciben, y la rectoría afirma que están entre las mejores universidades de América Latina.
¿Cuál es la realidad? Los datos públicos que están disponibles indican que la U. Andrés Bello –que
comenzó a ser investigada por presunto lucro por el Ministerio de Educación– contaría con los niveles exigidos de calidad (en acreditación e investigación), y que también cobra aranceles comparativamente altos a sus alumnos, quienes acusan que éstos no son reinvertidos en el servicio educativo.
De acuerdo a datos del Consejo Nacional de Educación (CNED), la UNAB es la universidad con el mayor número de estudiantes del país, con una matrícula total de 43 mil alumnos en 2016 (la cuarta parte de la matrícula que tienen todas las universidades estatales).
En cuanto a la calidad, está acreditada por 4 años (de un máximo de 7), y además de las áreas obligatorias, también está certificada en investigación y vinculación con el medio (que son optativas).
Si se consideran las nuevas exigencias que contempla el proyecto de educación superior, también quedaría acreditada, en el nivel "C".
En la última versión del prestigioso ranking QS, la U. Andrés Bello se ubicó dentro de las 100 mejores de América Latina (en el lugar 86°), ocupando la posición 12° de las universidades chilenas. También es uno de los nueve planteles privados que está adscrito al Sistema Único de Admisión, que selecciona a sus estudiantes vía PSU.
En tanto, sus aranceles están entre los más altos del sistema, siendo la novena universidad más cara del país, con un arancel promedio de $3.824.598. Pero hay algunas carreras que se disparan por sobre ese monto, como Odontología, que supera los $6 millones y medio.
"Si no lucrara, podría ser mucho mejor"
Este punto es el más criticado por sus estudiantes, que acusan aranceles excesivos para el servicio que entrega la universidad, lo que los hace pensar que esos recursos no se estarían reinvirtiendo en la institución, sino que extrayéndose por el grupo controlador Laureate a través de la venta de servicios a ese plantel.
Según denuncin los estudiantes, pese a lo que cobra la universidad, hay falta de profesores de planta, instrumentos de laboratorio en algunas carreras y de espacios de esparcimiento.
A eso se suma lo ocurrido hace un par de años en el campus Bellavista, donde los alumnos de Derecho denunciaron que estaban “hacinados”, luego de que tuvieran que pasar a compartir sus instalaciones con el Instituto AIEP. Eso motivó que el Mineduc investigara si había problemas de infraestructura en el plantel, el que finalmente fue sobreseído.
El vocero de los alumnos del campus Bellavista, Fabián Ceballos, dice que rescatan "el proyecto educativo que tiene la universidad" y que la calidad varía "dependiendo de la carrera", pero creen que si todos los recursos se reinvirtieran en el plantel, ésta "podría ser mucho mejor" y los estudiantes pagar menos aranceles. "Que haya un equilibrio entre lo que pagan los estudiantes y la retribución que reciben en calidad educativa", afirma el dirigente.
En tanto, desde la universidad justifican sus aranceles, pues explican que con éstos también deben costear la investigación que realizan, ya que acceden a menos fondos discales que los planteles tradicionales. También aseguran que los recursos se invierten en la institución, afirmando que son la tercera universidad con mayor patrimonio en el país.
