Mauricio Ortega permanece en prisión preventiva desde el 18 de mayo pasado, imputado por femicidio frustrado y lesiones graves.
El Mercurio
SANTIAGO.- Ciento once días lleva recluido Mauricio Ortega -el único imputado por la brutal agresión contra Nabila Rifo- tras ser sindicado por la Fiscalía como el autor del ataque contra su mujer la noche del 14 de mayo.
Debido al impacto mediático que generó el hecho, el mecánico desabollador de 41 años ha debido permanecer en prisión preventiva y bajo estrictas medidas de seguridad durante las 24 horas, vigilado por un gendarme para evitar ser agredido por el resto de los internos y ante cualquier acto que pueda atentar contra su integridad física.
Ortega ingresó el 18 de mayo al Centro de Detención Preventiva de Cochrane, luego que los habitantes de Chile Chico impidieran el paso del carro de Gendarmería que lo transportaba a la cárcel de dicha ciudad por orden del tribunal, una vez formalizada la causa en su contra.
Allí alcanzó a permanecer durante dos semanas antes de ser derivado a otro penal tras la solicitud del alcalde de la comuna Patricio Ulloa, quien en nombre de los habitantes de la zona, pidió el traslado del imputado por considerar que el recinto carcelario no contaba con las condiciones mínimas para casos complejos como éste, específicamente, por las dos fugas registradas con anterioridad.
Desde entonces, Mauricio Ortega permanece en la cárcel de Coyhaique, donde se encuentra aislado del resto de la población penal, en una celda individual de dos por tres metros, y sin posibilidad de desencierro.
Allí fue autorizado a mantener un televisor, una radio para mantenerse informado y una fotografía de sus hijos, cuatro en total: dos con "Nadia" -como es conocida Rifo en la región- y otros dos de una relación anterior.
Asimismo, está autorizado a realizar una llamada telefónica a la semana, y a recibir visitas cada siete días, en un horario especial, diferente al resto de los otros reos.
Fue en esta última oportunidad en la que Ortega aprovechó para entregar la carta escrita de su puño y letra, que envió a una radio local para insistir en su inocencia y acusar que fue "torturado" por Carabineros y maltratado psicológicamente por los fiscales a cargo del caso.
Por ahora, en tanto, el mecánico permanecerá en la cárcel a la espera de diligencias encargadas por su abogado, el defensor regional Fernando Acuña, quien no tiene contemplado -por el momento- solicitar la revisión de las medidas cautelares que cumple su representado.
