SANTIAGO.- "Lo peor que Chile puede hacer es pensar que esto es un evento que ocurrirá una sola vez en la vida. A medida que la temperatura de la Tierra aumente, tendremos incendios más frecuentes y mayores, por lo que hay que estar preparados", dice tajante Park Williams, bioclimatólogo y profesor de la U. de Columbia, EE.UU.
Un estudio, del cual Williams es coautor, afirma que el cambio climático es la causa principal de que en los últimos 30 años la superficie afectada por incendios forestales se haya duplicado en el oeste de EE.UU. Una razón ampliamente conocida, pero que nadie había cuantificado.
El estudio midió, desde 1984, la superficie consumida por el fuego, la cantidad de megaincendios forestales y la duración de la temporada en las cuales estos se producían. Comprobaron que desde ese año, el área afectada por estos siniestros se ha duplicado. Y seguirá en alza.
Así como un terremoto de magnitud 8 en la escala de Richter libera una energía exponencialmente mayor a la de uno de 7, el incremento en 1,5 °C en la temperatura global respecto de hace 40 años hará que el aumento en los incendios crezca en forma exponencial en las próximas décadas.
"Esto que vemos en Estados Unidos, probablemente explica lo que también está ocurriendo en Chile, considerando dos factores en común: la sequía, que ha afectado al país en los últimos años, y el aumento global de las temperaturas, a lo que ahora se suman las olas de calor", dice Park a
"El Mercurio".
"El ambiente está siendo presionado más allá del umbral: los combustibles -es decir, árboles y material vegetal que se acumulan en los bosques- están excepcionalmente secos y, por lo tanto, se queman con mucha facilidad", asevera.
Más que apagar
Dado el escenario y aunque parezca contradictorio, una estrategia que se basa solo en la supresión del fuego, a la larga puede ser contraproducente.
"La clave para reducir el riesgo de incendio, está en la heterogeneidad, que se traduce en la creación de áreas de distinta composición, donde se combinen paños de plantaciones forestales, áreas de cultivos y franjas de bosque nativo
Cristián Echeverría, académico de la U. de Concepción
"Todos los ecosistemas han evolucionado para adaptarse a un incendio; entonces, si quitas el factor fuego de la ecuación por demasiado tiempo, vas a tener un incendio catastrófico. El combustible se acumula", señala Valery Charlton, experta sudafricana en prevención de incendios, que recientemente visitó Chile invitada por la Corporación de la Madera (Corma).
Williams coincide. "Hemos luchado contra los incendios en los últimos cien años, y como resultado tenemos ecosistemas que no han ardido en siglos, lo que significa que hay mucho combustible en el paisaje. Demasiados árboles y, a la postre, una gran cantidad de combustible que va a arder. Y es por eso que nuestros incendios han respondido con más fuerza al cambio climático".
Una estrategia que se está implementando en diversos países es bajar esa carga de combustibles en áreas donde no se quiere tener incendios devastadores. Para ello, se recurre a técnicas como prescribir incendios a una zona para que puedan ser manejables y sean de baja intensidad.
Canadá ha evolucionado hacia este enfoque. Desde 1970, reconoce que el fuego es importante en algunos ecosistemas. La forma en que se enfrentará se basa en una serie de variables. Por ejemplo, la cercanía a poblados, la probabilidad de propagación, el alto valor productivo, el atractivo turístico. Según ello, se toman decisiones que van desde extinguir completamente el fuego hasta no intervenir y dejar que se apague solo.
El Canadian Forest Service emplea una serie de modelos predictivos y sistemas de información que les proporcionan valiosos datos para saber cómo actuar.
Otra fórmula es la tala selectiva de árboles, para reducir su densidad, tanto de bosques nativos como plantaciones. Especialmente cuando están cerca de áreas pobladas, de valor productivo o de alta biodiversidad.
"Un factor realmente importante es reducir los combustibles vegetales alrededor de áreas, pueblos y ciudades. Que no haya combustible seco alrededor de lugares poblados", dice Williams.
Al respecto, la Sociedad Chilena de Ecología del Paisaje (IALE-Chile) -la filial de la Asociación Internacional de Ecología del Paisaje- acaba de lanzar un documento en el que plantean que la introducción de especies foráneas a gran escala genera una matriz homogénea del paisaje, muy vulnerable a incendios.