SANTIAGO.- Marcada por un fuerte componente indígena, tanto en el público como en la ceremonia, se llevó a cabo este miércoles la segunda misa masiva del Papa Francisco en Chile, esta vez en el Aeródromo Maquehue en Temuco.
Desde el martes en la noche comenzaron a arribar los peregrinos por la calle Longitudinal Sur, el acceso principal al recinto, enclavado en la base aérea de la FACh.
Al igual que su primera liturgia, en el Parque O'Higgins, muchos fieles decidieron acampar en el aeródromo para tener un buen lugar para ver al Papa, a pesar del frío sureño que se apoderó de la noche y de la madrugada siguiente.
En esa misma vía, que se encontraba cortada al tránsito desde esta mañana, fue el lugar preferido por los comerciantes espontáneos que se instalaron para vender desde souvenirs del Papa hasta desayunos para los madrugadores.
A eso de las 8:00 horas ya habían ingresado más de 130 mil personas al establecimiento, que estaba habilitado para recibir a cerca de 400 mil. La convocatoria en Temuco fue menor a la esperada (unos 200 mil) y muy por debajo de las sobre 400 mil personas que asistieron al Parque O'Higgins. Eso se notó en las parcelas que separaban a los peregrinos, que no se llenaron completamente.
Pero a pesar de las complicaciones climáticas, de tránsito y de las amenazas de parte de grupos extremos mapuches, que días antes de la llegada del Pontífice comenzaron a perpetrar una seguidilla de ataques a iglesias católicas de la zona, peregrinos de toda la región, e incluso extranjeros, llegaron a Maquehue.
Fieles viajaron desde Concepción, Talca, Chillán, Los Ángeles, Puerto Montt, Valdivia, Frutillar, Osorno y otras ciudades de la zona para ver al Papa. Así, también se podía encontrar venezolanos, haitianos y argentinos, sobre todo de Neuquén. Los argentinos, no obstante, no tuvieron la presencia que se esperaba.
Llegada de Barros
Uno de los momentos más tensos se vivió cuando faltaban sólo 15 mintos para las 9:00 horas, con la llegaba al recinto del cuestionado obispo de Osorno, Juan Barros.
Su arribo fue caótico, ya que su acceso al sector del escenario pasaba por la zona en la que se ubicaban los periodistas. Apenas llegó, éstos lo interpelaron respecto a su participación en las actividades del Pontífice, dadas las críticas que lo acusan de ser encubridor de los abusos a menores del ex párroco de la iglesia El Bosque, Fernando Karadima.
Cuando le consultaron si co-oficiaría la misa de Bergoglio, Barros respondió que "por supuesto", tras lo cual salió rápidamente para ingresar a su sector. Mientras, una mujer en el público le gritaba que se fuera, porque "en Temuco no queremos más polémicas".
El Papa en Maquehue
El ánimo del público, más tranquilo que en el Parque O'Higgins, se desató cuando en las pantallas se mostraba al Pontífice ingresando en papamóvil al aeródromo. Se dio unas vueltas entre el público, que le gritaba con fervor.
Ya en la misa, llamada "Por el progreso de los pueblos", se comenzó a notar la temática indígena que envolvería la ceremonia. Francisco apareció con una casulla con una franja de color rojo, símbolo de la sangre derramada por los mapuches.
Casi al empezar la liturgia, loncos y miembros de la pastoral mapuche, vestidos con su indumentaria ancestral, realizaron una rogativa frente al Papa, cantando en mapudungún y tocando instrumentos de su cultura, como la trutruca y el cultrún.
Asimismo, su homilía -que inició saludando en mapudungún- se basó en la unidad de los pueblos, llamó a cumplir los acuerdos con la comunidad mapuche y, por otro lado, a dejar de lado la violencia, una referencia a los ataques de los últimos días.
Además, entre quienes entregaron las ofrendas al Pontífice participó un matrimonio mapuche, y durante la consagración sonó una trutruca en vez de las clásicas campanas.
Almuerzo con habitantes de La Araucanía
Tras la misa, el Papa se dirigió en papamóvil hasta la casa "Madre de la Santa Cruz". Por su recorrido, las calles Caupolicán -su continuación como Rudecindo Ortega- y Vicente Pérez Rosales se encontraban cerradas, y cientos de fieles se reunieron para verlo pasar.
No obstante, al igual que en la mayoría de sus apariciones en papamóvil, el vehículo se movió muy rápido, provocando decepción en los presentes, que apenas alcanzaron a verlo.
De hecho, entre quienes estaban ahí para verlo pasar se encontraba la machi Francisca Linconao, imputada en el caso Luchsinger y actualmente con arrestro domicilario nocturno como medida cautelar.
Ya en la casa "Madre de la Santa Cruz" el Papa se reunió con 11 habitantes de La Araucanía, con quienes compartió un almuerzo.
A la cita llegaron representantes de comunidades mapuches como Sebastián Cayuleo (de Boyeco), Rubén Nahuelpán (un buzo mariscador de Nehuentúe), Teresa Hueche (Maquehue), Jaqueline Huircán (Nueva Imperial), Juan Pailahueque (agricultor de tierras dadas por el Estado como reparación), Silvia Llanquileo (figura religiosa ancestral de Enoco), Roberto Queupul (segundo Lonko de Conoco) y Patricia Panchillo (artesana de Cuyimko).
También estuvieron una víctima de violencia rural, Jessica Bascur, un representante de la colonia suizo-alemana, Alex Hund Diethelm, un inmigrante haitiano, Garbens Saint Fort, y el obispo de Temuco, Héctor Vargas.
Según 24 Horas, el almuerzo estuvo a cargo del restaurante Mercato e incluyó una entrada de jaiba con carpaccio de pulpo, un plato de osobuco con risotto y leche asada de postre.
A las 14:30, Jorge Bergoglio salió de la casa de religiosas en el papamóvil. Esto causó sorpresa, ya que el programa oficial estimaba su salida al aeropuerto a las 15:30 horas y en vehículo cerrado.
Producto de estos cambios sin previo aviso, fueron pocas las personas que se reunieron en las calles para verlo pasar, por lo que finalmente Francisco se cambió de automóvil.
A eso de las 15:10 llegó al aeropuerto de La Araucanía, finalizando su esperada visita a la región.
