El jardín infantil al que asistía la menor de casi dos años.
Aton
SANTIAGO.- Una transversal condena social recibió la muerte de Ámbar, la menor de un año y siete meses que habría fallecido luego de ser sometida a abusos sexuales y golpes por parte de la pareja de su tía, identificado como Andrés Espinoza Aravena (30).
El ataque ocurrió mientras la menor estaba bajo el cuidado de su familia extensa -proveniente de la red familiar-, por decisión del Tribunal de Familia de Los Andes frente a la vulneración de sus derechos. Paralelamente, era acompañada por el programa FAE Ayün de la ONG Galerna, organismo colaborador del Servicio Nacional de Menores (Sename).
Fue ante esta situación que el Ministerio de Justicia y Sename anunciaron la presentación de una querella contra el autor de los hechos, además de realizar una revisión de las familias de acogida "para asegurar protección de niños a su cuidado". Además, indicó el Presidente Sebastián Piñera, se hará una "exhaustiva supervisión" al programa en cuestión.
Según la información del Sename, las familias de acogida buscan asistir y proteger a los menores que sufrieron vulneraciones como abandono, violencia sexual u otras formas de maltrato físico y/o psicológico, y a los que se consideró judicialmente apropiado separarlos temporalmente de su grupo familiar de origen para integrarlos a uno alternativo.
Esto implica una evaluación y posterior diagnóstico de la familia, para así aplicar las medidas necesarias para restablecer la convivencia.
Algunas de ellas dependen directamente del servicio y otras son administradas por organismos colaboradores supervisados por el Sename. Las primeras se encuentran en las regiones Metropolitana, de Valparaíso y del Biobío, y dan un hogar transitorio para menores de hasta 6 años; mientras que las segundas están en todo el país y, a través de licitaciones públicas, acogen a niños, niñas y adolescentes entre 0 y 17 años.
En ambos casos, se buscan familias externas -sin parentesco- y extensas -como en el caso de Ámbar-.
Entre los requisitos que se evalúan, se encuentra el "interés y aptitudes para la crianza infantil; ingresos económicos estables que satisfagan las necesidades básicas del grupo familiar; salud psíquica y física compatible con las labores propias del acogimiento familiar; mantener vínculos de afecto al igual que de desprendimiento, ya que el niño o niña deberá regresar con su familia de origen o irse a vivir definitivamente con su familia adoptiva".
Además, en las familias extensas, señalan desde el Sename, se evalúan más requisitos, entre ellos la existencia de una relación previa con el menor.
Ambos programas, agregan fuentes del servicio, tienen los mismos lineamientos, pero ocurre que en el administrado directamente por el servicio suelen buscar y potenciar familias externas, como fue el caso del ex candidato presidencial Alberto Mayol, o la comunicadora Mey Santamaría. Mientras que los programas a cargo de colaboradores prefiere familias extensas.