SANTIAGO.- Luego de cuatro días, este lunes las estudiantes de la Pontificia Universidad Católica depusieron la toma que mantenían en el frontis de la Casa Central que se selló con un abrazo entre el rector de la UC, Ignacio Sánchez, y una de las voceras de la toma, luego de que llegaran a tres acuerdos clave dentro del petitorio.
Ante ello, el rector de la UC, Ignacio Sánchez, aseguró que "las dependencias no tienen ningún daño, han sido bien cuidadas (...). Tengo reconocer el buen trato que han tenido con nuestras dependencias, patrimonio y oficinas".
Sánchez agregó que
"este fin de semana hubo un diálogo fructífero y profundo para escucharlas y saber sus demandas pero también para expresarles que una toma es un acto violento con toda la comunidad universitaria".
Asimismo, señaló que el fin de la toma "se debe a una voluntad compartida de parte de las voceras, quienes mostraron propuestas de avance, y la nuestra del encuentro y del diálogo y ser transparentes en las propuestas".
Y agregó que significa un avance "la deposición de la toma de manera pacífica, el hecho de poder tomarse la mano y querer seguir trabajando juntos" y que es "un signo de que se puede seguir trabajando en conjunto y seguir avanzando en las demandas del movimiento feminista".
Entre las demandas alcanzadas destaca la regularización de las trabajadoras subcontratadas dentro del plantel, la reformulación del protocolo de denuncia en caso de acoso y el compromiso con la creación de baños neutros e inclusivos en todo el establecimiento.
En tanto, este hecho se da solo horas después de que la Coordinadora de Feministas Universitarias realizara un llamado a "tomarse todas las casas centrales" y a "radicalizar las manifestaciones" en demanda de una educación no sexista y de protocolos claros dentro de los establecimientos educaciones ante casos de acoso y abuso.