TALCA.- Monseñor Galo Fernández está en una casa provisoria, donde tras el terremoto hoy funciona el Obispado de Talca. El administrador apostólico no ha parado en la misión encomendada por el Papa Francisco tras la renuncia del obispo Horacio Valenzuela, quien formaba parte del círculo de Fernando Karadima. Ya se reunió con sacerdotes de la zona y laicos, asumiendo las primeras tareas que le encomendaron.
-¿Cuál es su misión en Talca?
"Ser padre y pastor de la iglesia de Talca, ejercer todas las funciones que competen al obispo diocesano en calidad de administrador apostólico, es decir por un período indefinido. El Papa no me tiene que pedir la renuncia o no tengo que dar la renuncia para ver si me quiere sacar o poner a alguien en forma definitiva. Son múltiples las tareas, en primer lugar, de administrador pastoral, de acompañamiento, de escuchar. Yo creo que esa es la primera tarea que tengo hoy día".
-¿Cómo percibe la situación de la iglesia en la región?
"Me doy cuenta de que es una iglesia que está experimentando una situación de dolor, de tensión, que habían opiniones, por así decir, más subterráneas con manifestación de disconformidad por algunas cosas y disconformidad de unos con otros, y en ese sentido, he percibido como un alivio, por así decirlo, porque ya sucede un cambio que podía ser".
-¿Qué detonó la salida del obispo Valenzuela?
"No soy yo quien te pueda explicar, el Santo Padre es quien ha tomado esa determinación. Ciertamente que los obispos que eran del grupo de El Bosque, que habían sido discípulos en su momento y defendieron a Karadima, debo estimar que ha sido eso.
Respecto a la carta de despedida de Valenzuela que leyó en su primera misa en la catedral de Talca aseguró: "Me parece muy bien. Horacio ha sido querido en esta diócesis, ha trabajado incansablemente durante 22 años. Además hace una carta con mucha sencillez, que no hace ningún autoelogio, por el contrario, se manifiesta con mucha humildad. Por cierto que tiene derecho a despedirse".
Ante los casos de abusos sexuales a menores en su diócesis, señaló: "Hay solamente una investigación previa a un sacerdote (Felipe Egaña), respecto de una situación de abuso de hace muchos años, 35 años. Hay otra situación que fue anterior, pero que no es por abuso a menores, que ya fue sentenciada, que ya es antigua, pero que esté en proceso en investigación, solamente una".
"Obviamente el abuso sexual es un delito y yo soy el primero en decirte que es preciso que las personas que hayan vivido, y yo las voy a incitar si es que me toca alguna cosa, debe hacer la denuncia civil, para que paguen con cárcel si es lo que corresponde", añadió.
-¿Se investiga a otro sacerdote por "conductas impropias"?
"Sí, hay... pero no es una situación de abuso ni de menores, por lo tanto debiera de haber una medida disciplinaria y efectivamente que estamos investigando eso".
-¿A qué se refiere con conductas impropias?
"Es una falta al celibato y puede que sea en distintos niveles, sacerdotes que se involucran con otra persona en una relación afectiva que no corresponde al celibato. Obviamente es una conducta impropia".
-¿Ese sacerdote está alejado de su ministerio?
"Sí, él lo pidió antes por lo que entiendo y no está ejerciendo en este momento".
Consultado por el celibato y cómo abordan la sexualidad y orientación homosexual en la iglesia, el administrador apostólico de Talca aseguró: "La vivencia del celibato es extraña en el mundo de hoy, y claro, también puede ser que alguien con una orientación homosexual, pueda pensar que ampararse en la imagen del sacerdote pueda ser un lugar propicio; la verdad es que es absolutamente contradictorio. Pero no veo que haya motivo para pensar que porque somos célibes, somos sospechosos de homosexualidad o de otras cosas".