SANTIAGO.- Hijuelas es una comuna agrícola del interior de la Región de Valparaíso que se dedica al cultivo de flores, como el Lilium, además de paltas y cítricos. Su avenida principal se llama Manuel Rodríguez, y a ella se llega por la calle Cuartel.
En esta última vivían Emelinda Saavedra Tapia (91), Emilia Fernández (59) y Natalia Lara Fernández (30), madre, hija y nieta, respectivamente que fueron encontradas sin vida la noche del sábado en esta localidad de 18 mil habitantes situada en el Valle del Aconcagua.
"Se ingresa al domicilio y una mujer se encontraba tendida en el baño, otra al costado de su cama y la tercera sobre su cama, en otro dormitorio. La menor era dependiente por su situación médica", informó el día del hallazgo el capitán de Carabineros Alfredo Castillo.
Emelinda y Natalia dependían de Emilia, quien era el sustento del hogar. Para ello se dedicaba al transporte público: manejaba una micro. Según quienes la conocen, prestaba servicios a la línea Limequi que va a Limache, conducción que alternaba con otro chofer.
Finalizada su jornada de trabajo, se volcaba tiempo completo a su madre que tenía serias dificultades para moverse; y a su hija, quien estaba postrada. Las dos requerían de varios medicamentos para estar bien. Dependían de ella.
Era dueña de la casa donde vivía junto a su madre e hija, donde se le veía jardineando. "Era muy activa", dicen. "No tenían mal pasar", aseguran.
Mientras que Emelinda, hasta que su cuerpo se lo permitió, participaba en los talleres que el municipio ofrece para adultos mayores, como aquellos relacionados con tejido y bordado, entre otros.
Salud delicada
Las tres fallecidas se encontraban en control en el Cesfam de Hijuelas, afirman desde el municipio. Pero la abuela y su nieta pertenecían al programa de atención domiciliaria.
Emelinda padecía ceguera hace unos tres años, entre otros problemas de salud, y ya estaba en cama y con una movilidad muy reducida. Mientras que Natalia sufría epilepsia y otras enfermedades que le impedían ser autovalente.
Por su parte, Emilia se encontraba en tratamiento por una hipertensión arterial, pero con sus controles al día, sostienen desde el departamento de salud municipal. Sin embargo, no pudo seguir adelante y su vida de apagó.
La alcaldesa Verónica Rossat dijo a Emol que "al final queda el recuerdo de Emilia, le decían Mila. Una mujer trabajadora, empeñosa que siempre se ganó la vida. Era alegre".
"Ella se hizo cargo de su madre y de su hija, así que deja un lindo recuerdo a toda la comuna", añade.
Los funerales de las tres mujeres, cuya muerte golpea a la "capital de las flores", como se conoce a la zona, debido a que es la principal productora del país, serán esta jornada. Sus restos descansarán en el cementerio parroquial Purutún de Hijuelas, en el Valle del Aconcagua.
