CIUDAD DEL VATICANO.- Fue a fines de agosto cuando el ex nuncio de Estados Unidos, Carlo Maria Viganò, publicó una carta de 11 páginas en la que lanzó duros cuestionamientos en contra del Papa Francisco y pidió su renuncia, asegurando que tenía conocimiento de denuncias de abuso sexual en contra del cardenal Theodore McCarrick desde 2013.
Su escrito desató una "guerra sucia" en el Vaticano, dejando de manifiesto rivalidades internas entre quienes blindan al Pontífice y quienes buscan su salida del poder, de tendencia más conservadora.
Este domingo, un nuevo capítulo se escribió en el drama vaticano. El cardenal canadiense Marc Ouellet, quien dirige la Congregación para los Obispos y preside la Pontificia Comisión para América Latina, publicó en respuesta una mordaz carta de tres páginas, dinámica inusual entre los eclesiásticos.
En ella, calificó las acusaciones contra el Papa como una "calumnia y difamación" y realizó una refutación, punto por punto, de las declaraciones de Viganò. Para él, el hecho de que el ex nuncio ocupara exclusivamente a medios católicos conservadores y tradicionalmente antagónicos al Papa como plataforma para difundir sus denuncias lo dejó "convencido de esta acusación monstruosa".
"Concluyo, por lo tanto, que sus acusaciones son un montaje político carente de cualquier base real", aseguró el canadiense, quien además instó a Viganò a "salir de su clandestinidad, arrepentirse de su revuelta y volver a tener los mejores sentimientos hacia el Santo Padre en vez de empeorar la hostilidad contra él".
"¿No deberían los ministros de la verdad por sobre todo mantenerse alejados de la calumnia y la difamación?", concluyó.