SANTIAGO.- A través de una carta enviada a El Mercurio
, el embajador de Chile ante las Naciones Unidas (ONU), Milenko Skoknic, desminitió una serie de acusaciones que han aparecido en su contra en los últimos días luego que La Moneda se restara de participar de la cumbre del Pacto para la Migración de la organización internacional.
En concreto, se señaló que la autoridad se había negado a leer un discurso elaborado por autoridades de Cancillería, cometiendo un "desacato"que habría desencadenado en una serie de decisiones posteriores, como la negativa de Chile ante la conferencia.
"Niego enfáticamente haber desobedecido instrucción alguna. La única comunicación formal que recibí en Marruecos fue que nuestra delegación debía ausentarse del encuentro, lo que fue cumplido de inmediato, llevando a cabo, en mi calidad de jefe de delegación, todas las medidas necesarias", partió señalando Skoknic.
El embajador, así, se defendió: "Tampoco es efectivo, y desmiento de manera fehaciente, que me interese acceder a un cargo internacional en materia de migraciones o de alguna otra área multilateral, como algunos han especulado", indicando que "ha sido honrado" por el Presidente Sebastián Piñera, y el canciller Roberto Ampuero, como representante permanente de Chile ante ONU, "con la misión clara de defender los intereses de nuestro país de manera exclusiva y sin ningún interés personal actual o posterior".
Además, el embajador recordó algunas responsabilidades entregadas durante la primera gestión del Mandatario, como ser jefe de gabinete del canciller, primer delegado y acompañante de Chile a los Diálogos de la Paz entre el gobierno de Colombia y las FARC, así como embajador de Chile en Argentina, "una de las tareas más relevantes y sensibles en nuestra diplomacia bilateral".
En la misiva sostiene además que "atribuir la decisión de Chile de no participar en la Conferencia de Marrakech a una artificiosa polémica sobre el texto y lectura de un discurso que, reitero, jamás fue modificado ni leído, significaría desconocer y ofender la manera en que nuestro país ha construido y actuado en política exterior durante su vida republicana y democrática".
Y concluyó: "En mi trayectoria de 40 años, como funcionario del Servicio Exterior, he cumplido con orgullo y disciplina las diversas tareas encomendadas. No está en mi léxico el "desacato" de una instrucción y lo único que me ha motivado siempre es el cumplimiento de los objetivos de la política exterior, la defensa de nuestros intereses y el prestigio de Chile y de su diplomacia".
