Del inusual acuerdo del '90 al regreso de la derecha: Las otras polémicas por la presidencia de la Cámara de Diputados
Pese a que desde el retorno a la democracia no se había visto un episodio como el protagonizado por Gabriel Silber (DC), en el pasado también hubo tensos momentos y duras negociaciones para obtener el cargo.
19 de Marzo de 2019 | 08:00 | Por Felipe Vargas Morales, Emol
Viera Gallo (PS), Encina (PS), Lorenzini (DC) y Álvarez (UDI) fueron protagonistas de duras negociaciones para llegar o permanecer en la testera.
Emol
SANTIAGO.- Este martes, la sala de la Cámara de Diputados escogerá a su vigésimo noveno presidente desde su reapertura el 11 de marzo de 1990. Esta vez, el legislador por la Región de Los Ríos, Iván Flores (DC), formalizará su candidatura, la cual debiera ser aprobada si se respeta el acuerdo suscrito entre el Frente Amplio y la ex Nueva Mayoría.
Sin embargo, su postulación estuvo precedida de una grave crisis política, generada por un hecho nunca antes registrado en la historia de la Cámara Baja, ya que el diputado que debía llegar a esta instancia, Gabriel Silber (DC), tuvo que dar un paso al costado en medio de las acusaciones anónimas de violencia intrafamiliar de las que fue objeto.
Así lo recuerdan distintas voces al interior de la Cámara, como el diputado de la UDI, Patricio Melero, quien como legislador ha sido testigo de todas las elecciones de mesa, desde hace 29 años. Según comentó a Emol, el último proceso "es de los más complejos que he visto. No tengo el recuerdo de una persona postulada y a última hora se haya cambiado".
De hecho, el parlamentario gremialista, que encabezó la mesa en 2011, recuerda que durante los primeros años de la transición a la democracia no hubo grandes sobresaltos. "Las cosas fluyeron producto de los acuerdos, en los primeros cuatro años. Después se acabaron los acuerdos y se aplicaron las mayorías", las cuales en ese periodo favorecieron ampliamente a la Concertación.
Asimismo, recordó que entre 1990 y 1999, la elección para presidente no era anual, lo cual permitió que hubiera situaciones como la de José Antonio Viera Gallo (PS) o Gutenberg Martínez (DC), que permanecieron más de un año en la testera. "Funcionaba así porque se estimaba necesario una mayor permanencia para darle sentido a la transición política", dijo.
No obstante, al retroceder en la historia, se pueden encontrar otros casos como el de Silber, en los que el objetivo de conducir la mesa generó duras batallas políticas. A continuación, revisamos cuatro episodios en los que la elección de la máxima autoridad de la corporación fue objeto de polémicas.
1990: El inédito acuerdo que generó molestia en la derecha
El 2 de marzo de 1990 se dio uno de los hitos que es considerado clave en el éxito de la transición. Esa jornada, los líderes de la Concertación cerraron un acuerdo con la UDI, en el que aseguraron la presidencia de la Cámara y el Senado. Mientras, los gremialistas obtuvieron las vicepresidencias y el liderazgo de la mitad de las comisiones permanentes.
"Fue un acuerdo sorprendente", recuerda Melero, porque se alcanzó entre dos sectores completamente antagonistas. Fue precisamente eso lo que generó duros reproches tanto desde RN, partido que se restó de negociar con la centroizquierda, y en los propios partidarios de la colectividad encabezada en ese momento por el senador Jaime Guzmán.
"Mucha gente partidaria de Pinochet y de la derecha criticó muy fuertemente a la UDI. Me acuerdo que a algunos los insultaban en la calle y a otros les dijeron ofensas, porque se planteaba que estábamos traicionando a Pinochet al poner a sus peores adversarios en la cabeza de la Cámara", dice el legislador.
No obstante, destacó que "al poco andar, fue reconocido como una genialidad de Guzmán y Andrés Zaldívar y nadie discute hoy que fue un episodio clave en la transición cívico-militar. En su momento, fue muy incomprendido ese acuerdo”. Al final, el diputado del PS, José Antonio Viera Gallo, fue elegido como líder de la Cámara con los votos de ambos sectores.
2005: Las consecuencias del Puente Loncomilla
Después de años de relativa tranquilidad en la elección del líder de la Cámara, a fines de 2004, el entonces titular de la corporación, Pablo Lorenzini (DC), remeció al mundo político luego de lanzar duras acusaciones en contra del ministro de OO.PP. de la época, Javier Etcheverry, y el propio Presidente Ricardo Lagos por la caída del Puente Loncomilla.
Ante el colapso de la estructura, ubicada en su distrito, el legislador acusó al secretario de Estado de hacer vista gorda del problema y de ser parte de una trama de corrupción. El hecho irritó al Mandatario de tal forma que hasta le quitó el saludo en un acto público. Desde el Gobierno, exigieron disculpas a Lorenzini, las cuales nunca llegaron.
En medio de la presión y una solicitud de censura en su contra, el diputado buscó alternativas para permanecer en el cargo, pero se vio obligado a renunciar. Si bien ya se había visto la salida anticipada de un titular de la Cámara, cuando Jorge Schaulsohn dejó el puesto para ser presidente del PPD en 1994, nunca había ocurrido de esa forma. "Es de los pocos que no alcanzó a consumar su periodo", destacó Melero.
Finalmente, el 6 de enero de 2005, Lorenzini abandonó el cargo, siendo reemplazado por su par demócrata cristiano, Gabriel Ascencio.
2008: La muerte de Bustos y la asunción de Encina
El debate por el control de la mesa ese año estuvo gatillado por un lamentable hecho: La muerte del entonces presidente de la Cámara, el histórico abogado de DD.HH., Juan Bustos (PS). Un agresivo cáncer hepático dejó trunco su mandato, obligando a la Concertación a buscar un reemplazante en la testera de la corporación.
En ese contexto, dentro de la bancada socialista surgió la opción de Sergio Aguiló. Pero desde la directiva encabezada por Camilo Escalona impulsaron la opción del diputado Francisco Encina, la cual fue cuestionada por haber resultado electo en la Región de Coquimbo gracias al sistema binominal.
La presión ejercida desde la mesa del PS, en la cual consideraban "discolo" a Aguiló, generó una seria división en la colectividad, lo cual motivó a la disidencia, liderada por Isabel Allende, Jaime Gazmuri y Carlos Ominami a plantear su rechazo incluso ante la Presidenta Michelle Bachelet.
"Tengo mucho orgullo de haber sido diputado en una combinación con otro parlamentario que sacó muchos más votos que yo, y eso nos permite tener mayoría en la Cámara. Para mí no es ningún complejo, y ni siquiera quiero desconocerlo. La situación del binominal es ésa, no es lo que yo deseo para Chile", dijo Encina tras asumir el cargo
2009: El complejo regreso de la derecha
Héctor Correa fue el último diputado de derecha que lideró la Cámara de Diputados. cuyo periodo culminó en 1958. Casi cincuenta años más tarde, un acuerdo entre la Alianza y la Concertación determinó que en 2009 el nuevo presidente sería de la oposición y el elegido fue el diputado por Magallanes, Rodrigo Álvarez.
Todo hacia parecer que sería una elección sin problemas, pero la cercanía de las elecciones presidenciales y otros hechos de la contingencia pusieron en cuestión el pacto suscrito entre las partes. En RN lo desconocieron, asegurando que no había nada escrito y condicionaron su apoyo al respaldo de la UDI a Sebastián Piñera.
Mientras, en el oficialismo, advirtieron que el acuerdo sería revisado debido a la "actitud hostil y agresiva de la derecha", según comentaba en esos días el diputado Marco Antonio Núñez (PPD). La denuncia realizada por la diputada Karla Rubilar (RN) sobre falsos exonerados políticos también condicionó el apoyo de la centroizquierda.
Después de intensas negociaciones, Álvarez logró asumir el cargo el 11 de marzo de 2009. Sin embargo, su dedicación al cargo le costó perder su reelección a la Cámara de Diputados en Ñuñoa, a manos de la actual diputada por ese distrito, Marcela Sabat.
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