SANTIAGO.- El último adiós a Bastián López Reyes (19) se dio la tarde de ayer. A eso de las 16:00, la camioneta blanca con el féretro que llevaba su cuerpo partió desde Conchalí hasta el Cementerio General para dar fin a los homenajes que se extendieron por tres días, y que alertan las autoridades.
Al joven, conocido en dicha comuna por ser integrante de un clan familiar vinculado al tráfico de drogas, lo asesinaron el domingo, cuando recibió diez disparos frente a la puerta de su casa.
Desde ese día, sus cercanos comenzaron a velarlo de una manera que dejó en evidencia fallas en el actuar de distintas instituciones, según aseguró la misma subsecretaria de Prevención del Delito, Katherine Martorell.
La madrugada del lunes estuvo marcada por fuegos artificiales y disparos con metralletas. Desde Carabineros explicaron que no se actuó oportunamente, ya que la "celebración" comenzó antes de lo previsto.
Ya el martes, la despedida se trasladó hasta la cárcel de Chillán, lugar donde se encuentra en prisión preventiva por tráfico de drogas su madre, Yohana Reyes. La visita también causó polémica: el vehículo con el cuerpo de su hijo ingresó al mismo patio del penal, pese a que el tribunal de garantía de la ciudad autorizó que fuese la mujer y su pareja los que salieran al frontis del recinto penitenciario para ver el cortejo pasar.
De vuelta en Santiago, los disparos al aire, lanzamientos de fuegos artificiales y de bombas de ruido volvieron a Conchalí. Carabineros intervino con gases lacrimógenos y carro lanzaagua, y los habitantes del sector se manifestaron asustados e indignados.
En medio de los desórdenes, seis personas resultaron detenidas; una de ellas tenía además una causa pendiente por infracción a la Ley de Drogas, por lo que fue llevada ayer ante tribunales, donde se ordenó su prisión preventiva. El resto, en tanto, está a la espera de citación.
Tres colegios y una investigación en contra
En su corta vida escolar, el apodado "Pollito" repitió dos veces de curso -3° y 5° básico-, y pasó por tres colegios, ubicados en las comunas de Conchalí e Independencia. Finalmente, abandonó los estudios en 2013, cuando reprobó 5° básico.
Al momento de su deceso, Bastián no registraba antecedentes penales, pero sí una reputación en el sector, señalaron cercanos al caso. Hace un par de años, y cuando aún era menor de edad, se vio envuelto en un conflicto que se quedó en etapa investigativa y nunca alcanzó a llegar a tribunales.
Fuentes de este medio revelaron que el 26 de junio de 2017, cuando el "Pollito" aún tenía 17 años, se interpuso una denuncia por amenazas y agresiones en su contra. Fue a eso de las 19:00 cuando carabineros del cuadrante se dirigieron al pasaje Delfos -mismo donde Bastián fue asesinado la semana pasada- por un conflicto que había terminado con una persona lesionada.
De acuerdo a lo informado, en el lugar habría ocurrido una pelea de convivencia, la cual derivó en amenazas y disparos. Uno de los involucrados terminó con una herida de bala. A la fecha no hay claridad de quién habría sido el autor, solo se registra a Bastián como uno de los investigados por el hecho.
Volviendo al crimen del joven de 19 años, según sospechan en su barrio y aquellos involucrados en el caso, el "Pollito" habría sido atacado por una banda rival de su madre, quien ya lleva más de un año detenida en Chillán tras ser capturada transportando dos kilos y medio de marihuana. Hasta el momento, no hay detenidos.
Por el caso se abrieron dos líneas investigativas que hoy lleva adelante la Fiscalía Metropolitana Centro Norte. Una de ellas por homicidio, mientras que otra por el uso de armas de fuego durante su despedida. Ambas, están siendo trabajadas con dos equipos del OS-9 de Carabineros.
Las primeras diligencias ordenadas el domingo las encabezó el persecutor de flagrancia Luis Salazar. Ya pasados los días, hoy el trabajo está a cargo del fiscal Ulises Berríos.