SANTIAGO.- "Si los ciudadanos no perciben en los próximos 60 días la articulación opositora, no nos quejemos del resultado municipal", dijo a principios de junio el presidente del Senado, Jaime Quintana (PPD), advirtiendo sobre la necesidad de acelerar la unidad de la centroizquierda con miras a las elecciones de 2020.
De hecho, una semana antes de sus dichos, desde la ex Nueva Mayoría reconocían que tras el congreso ideológico del PPD y las elecciones del PS se activaría la cuenta regresiva para determinar el futuro del sector, luego de más de un año de infructuosos intentos por aunarse desde la DC hasta el Frente Amplio (FA).
Sin embargo, ya pasó la mitad del plazo establecido por Quintana y en ese periodo ocurrieron una serie de hechos que más que augurar una convergencia,
han dispersado aún más a las distintas fuerzas. La crisis del PS, los acuerdos de la DC con el Gobierno y el buen desempeño del FA en las encuestas han sido algunos de ellos.
Pese a ello, la semana pasada ocurrió un hito que podría ser promisorio. Luego de las gestiones del propio titular de la Cámara Alta, se realizó un cónclave que reunió a los senadores de todo el arco opositor, desde la DC al FA. En esa instancia, se fijaron algunos mínimos comunes, que podrían servir de base para la negociación electoral.
"Fue el hito de unidad más importante de la oposición desde hace mucho tiempo", comentó el legislador PPD tras la cita, en la que hubo acuerdo en temas como el paro profesores o las modificaciones al Tribunal Constitucional, y también autocrítica por no aprovechar el momento político que vive el Gobierno para rearticular al sector.
No obstante, igual aparecieron diferencias con la DC en proyectos clave como las reformas tributaria y previsional, y recriminaciones hacia los sectores que han privilegiado los acuerdos con La Moneda,
manteniendo las dudas sobre el futuro del bloque, a semanas del inicio de las negociaciones electorales municipales y regionales.
Ante ese debate, y en medio del actual contexto, se han barajado distintas opciones. Una de ellas es realizar primarias para nominar candidatos únicos, otros hablan de pactos por omisión entre la ex NM y el FA, algunos aún creen en la opción de concordar un solo bloque y otros sencillamente optan por competir separados.
El peso que tenga cada partido será determinado de alguna forma por el momento político por el que están pasando, el cual otorgaría mayor margen a los que tienen mejor desempeño en las encuestas, como es el caso del FA, y menos a los que han estado inmerso en crisis o polémicas, como el PS, el PC y la DC.
El complejo trance del PS
La elección interna socialista era la pieza del rompecabezas que faltaba para completar la renovación de las dirigencias de los partidos de la ex NM. En la previa, todos señalaban que una vez que se conociera a la nueva mesa, se aceleraría el proceso de unidad. Sin embargo, el proceso se enturbió y sumió al bloque en la confusión.
La dura campaña interna, el retraso en la entrega de los resultados de los comicios y la aparición de denuncias de fraude y vínculos con el narcotráfico en San Ramón pusieron al PS y a su reelegido líder, Álvaro Elizalde,
en una compleja y debilitada situación de cara a las conversaciones con sus aliados.
En ese escenario, la principal tarea del senador en estos meses no será la unidad con el resto de la oposición, sino que la recomposición interna de su partido. Así, su idea de armar un bloque desde la DC al FA se ve compleja, pese a que ya reactivaron las conversaciones con sus socios luego de la tormenta que vivieron.
Perfilamiento DC: Pronóstico reservado
Desde que asumió como presidente del partido, Fuad Chahín ha encabezado un progresivo esfuerzo por diferenciar a la DC del resto de la centroizquierda, apostando por la recuperación del electorado de centro luego del fracaso electoral de 2017. Y en ese intento, ha logrado algunos aciertos, pero no exentos de problemas.
Su decisión de apostar por los acuerdos con el Gobierno le ha granjeado el rechazo del resto del bloque,
instalando incertidumbre sobre el camino electoral que tomarán con miras a 2020. Pese a los gestos que de vez en cuando realiza hacia sus ex socios en la extinta Concertación, en más de un año no han logrado un diálogo fluido.
Sin embargo, el perfilamiento ha tenido cierto rédito. En las últimas encuestas, la DC ha sido mencionada como la colectividad más influyente de la ex NM y la que representa mejor al centro político, datos que seguramente serán puestos en la mesa a la hora de sentarse a negociar cupos y candidatos.
El PC atrapado por Venezuela
Quizás ha sido uno de los partidos que más ha buscado la unidad opositora, pero no ha encontrado eco en los partidos con los que formó la ex NM. Cuando Sebastián Piñera retornó a La Moneda, mantuvieron diálogo con el PS, el PPD y el PR, pero al cabo de unos meses la relación se enfrió hasta llegar a punto muerto.
Luego, el PR se asoció a la DC en rechazo hacia el comunismo, cerrando la puerta a una NM 2.0. Por eso, en el PC buscaron nuevos aliados, conformando la
"Unidad por el Cambio", junto al PRO y el FRSV, donde ya definieron competir juntos en las elecciones de concejales, aunque siguen llamando a la unidad opositora.
Sin embargo, hace pocos días ocurrió un hecho que los dejó aún más aislados. Sus críticas hacia el informe de la Alta Comisionada para los DD.HH. de la ONU, Michelle Bachelet, sobre Venezuela, fueron rechazadas desde la ex NM hasta el FA, hecho que complica aún más sus opciones de competir unidos con esos bloques.
PPD-PR, mirando a la Concertación
Dentro de la oposición, quizás han sido los partidos que han llevado a cabo un proceso más tranquilo después de la derrota de 2017. Bajo el liderazgo de Heraldo Muñoz y Carlos Maldonado, respectivamente, han mantenido cierto orden y se han declarado a la espera de las definiciones de sus socios históricos, el PS y la DC.
En ese contexto, las señales que ambos han entregado han sido elocuentes. Los dos líderes
han marcado distancias con el PC y han privilegiado un discurso que mira hacia el centro político y dirigido a recuperar el eje histórico de la centroizquierda, lo que en otras palabras significa reeditar la Concertación.
No obstante, dentro del PPD existe una fuerte corriente que pide ampliar los márgenes del sector hacia la izquierda, fortaleciendo los nexos con el PS e insistiendo en la búsqueda de alianzas con el Frente Amplio, algo que no quedó resuelto del todo tras el congreso ideológico que la colectividad realizó en mayo pasado.
El optimismo del Frente Amplio
Es quizás el sector que mira con mayor expectación las elecciones de 2020, luego de que distintas encuestas lo apunten como
el que tiene mejor aprobación ciudadana de la oposición. De hecho, cuenta con Beatriz Sánchez, Giorgio Jackson y Jorge Sharp como las figuras políticas mejor evaluadas de la centroizquierda.
Asimismo, la última Cadem le otorgó un 26% de valoración versus un 19% de la ex Nueva Mayoría,
datos que han abierto el apetito de sus partidos. Mientras desde RD consideran que obtener menos de 30 o 50 alcaldes será un fracaso, desde Comunes ya emplazaron a sus socios a competir solos y no negociar con la ex NM.
No obstante, no se cierran al hecho de lograr mínimos comunes con su contraparte y sus partidos han llevado a cabo una serie de bilaterales para explorar eventuales acuerdos programáticos u electorales. La diferencia es que ahora lo hacen con los números de su lado, lo cual podría inclinar la balanza a la hora de la negociación.