De izquierda a derecha, los presidentes del PPD y PR, Heraldo Muñoz y Carlos Maldonado.
Emol
En su propósito de lograr la aprobación de la
reforma tributaria en la Cámara de Diputados, el Gobierno contó con un respaldo que resultó fundamental: el de la
Democracia Cristiana.
Tal como lo habían adelantado, la mayoría de los parlamentarios falangistas visaron en general la iniciativa del Ejecutivo y también apoyaron la reintegración, considerada el corazón del articulado.
Esto generó nuevos distanciamientos en la centroizquierda, pese a que se hace días la bancada de diputados de la DC habían anunciado que respaldarían la reforma en la Sala. Desde Convergencia Progresista, integrada por el PS, PPD y PR -partidos que conformaban la Nueva Mayoría- criticaron a la falange y reconocieron que este nuevo episodio de desencuentro vuelve a abrir una grieta en la oposición.
"Pésima señal que ha dado la DC a favor del retiro de utilidades y en contra de los impuestos directos al 1% más rico del país. Se profundizará la desigualdad, pues el voto DC no ayudará la reinversión, sino al retiro de utilidades por parte de los accionistas más ricos del país", señaló el presidente del PPD, Heraldo Muñoz.
"No podemos aspirar responsablemente a más derechos sociales con menos impuestos directos. Esto constituye un grave impacto para un eventual futuro entendimiento con la DC", agregó el ex canciller.
Carlos Maldonado, timonel del PR, también cuestionó la decisión de la falange y calificó como "pésima señal" el respaldo que dicha colectividad le entregó a la reintegración tributaria.
"Esperemos que la situación cambie en el Senado, pues un sistema tributario más progresivo y una mejor distribución de la riqueza son objetivos centrales para la centroizquierda. No se puede ceder en eso, sin alejarse de los valores que nos inspiran", expuso.
Respecto a las reuniones con la DC, Maldonado señaló que, "al menos en este momento, no están las condiciones políticas necesarias para construir algo en conjunto, algo que tenga contenidos y coherencia, más allá de lo puramente electoral que, sin contenido, tampoco funcionaría".
En tanto, el senador Álvaro Elizalde, presidente del PS, prefirió evitar las críticas ya que, a su juicio, fue la bancada falangista la que tomó la determinación de apoyar el proyecto del Gobierno y no la totalidad del partido, por lo que hizo un llamado a revertir la situación en la Cámara Alta.
"Creo que hay desafíos, como es reconstituir en el Senado una mayoría progresista en contra de una iniciativa que perjudique a la clase media y a los sectores vulnerables, y por tanto esperamos que todos estén a la altura de este desafío", concluyó.
