SANTIAGO.- Gran polémica causó el anuncio en Madrid sobre la eliminación de 12 mil ejemplares de cotorras argentinas a través de trampas y la esterilización de sus huevos. Su alto número de población, el contagio de enfermedades a las personas y el riesgo ante el peso de sus nidos, fueron algunos de los argumentos para tomar la decisión.
Esta cotorra nativa de Argentina, Bolivia, Brasil, Perú y Paraguay, fue introducida en el territorio nacional a comienzos de 1980. Durante las últimas décadas, sus ejemplares han causado distintas molestias en todas las comunas de la Región Metropolitana, especialmente por el rápido aumento de la población.
Esta especie de loro no supera los 140 gramos de peso. Pero a pesar de habitar en altura, preferentemente en árboles que superan los 15 metros, al vivir en comunidad suelen ser muy ruidosas. Y si bien es el único que hace sus propios nidos, estos suelen pesar entre 40 o 50 kilos, incluso alcanzando los 200 kilos de peso, lo cual pone en peligro la seguridad de las personas si llegan a caer.
Desde 1997 esta ave "está clasificada en el Artículo 6° del reglamento de la Ley de Caza como especie perjudicial o dañina, lo que implica que puede ser cazada o capturada durante todo el año, en todo el territorio nacional y sin limitación en el número de ejemplares. Eso sí, no hay que olvidar que la caza está prohibida en el área urbana, salvo que el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) lo autorice previamente", señaló este último organismo a Emol.
Sin embargo, el SAG reparó que no tiene las competencias para poder intervenir una zona urbana respecto a la cotorra argentina, "pero en el marco de su rol fiscaliza que se cumpla con la normativa correspondiente, y son fundamentalmente las municipalidades quienes hacen manejo de la especie y sus nidos", precisó.
El potencial peligro de la cotorra
Hace décadas que Ñuñoa es una de las comunas que tiene mayor cantidad de cotorras argentinas, las cuales se pueden observar cotidianamente en los árboles de la Plaza Ñuñoa. "Parece que la vida de barrio las atrajo", bromeó la concejala de la comuna, Paula Mendoza (PS-Ind).
Para la representante comunal, "los vecinos en general tienen harta conciencia animal, pero no necesariamente un conocimiento veterinario tan acabado como para poder entender que son una plaga y que generan transmisión de enfermedades que uno no siempre conoce. Pero esto es más o menos lo que pasa con las palomas, las cotorras son muchas, pero son más valoradas porque son estéticamente más atractivas (...)", comentó Mendoza.
"Todavía no se determina a ciencia cierta cuál ha sido el impacto ecológico, es decir, si hay desplazamiento de otras especies que son nativas".
Guillermo Cubillos
Y es que un estudio realizado por la Facultad de Veterinaria de la U. de Chile durante los últimos años reveló que estas aves resultaron positivas a la salmonela, a la bacteria escherichia coli y otros protozoos y parásitos que pueden transmitirse tanto al ser humano como a las mascotas, presentando un potencial efecto negativo para la salud.
Según explicó el jefe de la Unidad de Conservación e Investigación del Zoológico Nacional, Guillermo Cubillos, "todavía no la catalogan como una especie que fuera invasora o dañina sino más bien naturalizada -en el fondo una especie que se ha adaptado a la zona-, donde los daños que se han ocurrido al ecosistema del ambiente son casi subjetivos".
Aunque reparó que "desde el punto de vista ecosistémico es más difícil de evaluar. He conversado con ornitólogos que han estado haciendo estudios de campo respecto al impacto que tiene esta especie invasora, y todavía no se determina a ciencia cierta cuál ha sido el impacto ecológico, es decir, si hay desplazamiento de otras especies que son nativas y están ocupando otros nichos que son por ejemplo de algunos paseriformes (pájaros) nativos o aves más urbanas". Y agregó que "no hay una evaluación cuantitativa todavía real respecto a ese efecto".
"¿Dónde tira uno la línea tan clara entre lo que es originario, lo que es invasivo y exótico? Y sobretodo, ¿qué es lo dañino al ecosistema original?"
Juan Pablo Orrego
Otro factor tiene que ver con el hecho de que hay pocos depredadores naturales de las cotorras argentinas en Santiago, detalló el jefe de Conservación del Zoológico. "Generalmente las especies exóticas o invasoras se transforman en tales porque finalmente no tienen ninguna restricción al lugar donde ellos llegan", por lo que, en general, "las especies que son nativas, frente a una especie invasora, están en desventaja".
Por su parte, el ecólogo y presidente de la ONG Ecosistemas, Juan Pablo Orrego, afirmó que "Chile es el país de las especies exóticas, incluso invasivas", explicando que el introducirlas en zonas no nativas es una acción que el humano ha realizado a lo largo de toda la historia, tanto de flora como de fauna.
Es por esto que en opinión del ecólogo, "tiene que haber un daño muy particular, muy puntual a una especie muy querida y que sea considerada muy originaria para que se decida tomar una medida drástica como la eliminación", dijo Orrego, quien cuestionó: "¿Dónde tira uno la línea tan clara entre lo que es originario, lo que es invasivo y exótico? Y sobretodo, ¿qué es lo dañino al ecosistema original?".
Medidas de control
Si bien los municipios debiesen tomar las mayores medidas y resguardos en cuanto a la presencia de esta especie, "hoy no existe un conocimiento acabado en el país, pese a que llevamos ya como 40 años con esta especie", dice la concejala de Ñuñoa, lo cual ha complicado el trabajo de las comunas y por lo que considera fundamental "dialogar con el mundo científico y académico".
"Sin decisión política y sin recursos económicos es muy difícil lo que los municipios por sí solos puedan hacer".
Paula Mendoza
"Hoy día más bien se requeriría tener un plan integrado y probablemente debiese ser un llamado al propio Ministerio del Medio Ambiente para que genere un plan coordinado, probablemente a través de la Intendencia, y financiarlo a través del Gobierno Regional y de la Subsecretaría de Desarrollo Regional", precisó Mendoza, ya que en su visión "no se trata de erradicarlas de una comuna porque se van a trasladar a otra. Hoy día hay que mirar la ciudad de manera integrada. Si no, estamos resolviendo solamente un espacio sectorial".
"Sin decisión política y sin recursos económicos es muy difícil lo que los municipios por sí solos puedan hacer", aseveró la concejala.
En cuanto a una eventual eliminación de ejemplares, Cubillos dijo que "eventualmente podría ser una medida, pero el impacto en la sociedad puede ser contradictorio (...) si detrás no hay una buena campaña educativa. De otra manera la gente no lo entiende, lo tergiversa y prácticamente los que emplean esto pasan a ser los malos de la película".
1997Esta ave se consideró como perjudicial o dañina por el SAG.
Es por esto que el jefe de Conservación del Zoológico considera necesario "terminar con estos estudios ecológicos para ver realmente cuáles son los impactos que está generando en nuestra biodiversidad. Si eso fuera positivo, y que además transmiten enfermedades y están dañando nuestras casas, yo creo que estarían los argumentos necesarios para pensar en un control de esta población", e hizo un llamado a evitar mascotizar a estas aves.
Orrego concluyó que "es un tema muy complejo, el tema de la biodiversidad tiene muchas facetas". Mientras que para Cubillos esta especie "si es dañina o no es bien subjetivo, porque al final tiene distintos dominios: desde la economía, desde el punto de vista social, biológico, depende desde qué aproximación se le dé".