SANTIAGO.- El video comenzó a circular en redes sociales. En él, se veía a Roxana Miranda —dirigente de la Asociación Nacional de Deudores Habitacionales (ANDHA) y ex candidata presidencial— en un auto estacionado en Plaza Italia y con un micrófono en la mano. Detrás, una representación de la guillotina con un muñeco que imitaba al Presidente Sebastián Piñera.
"Hay que averiguar las casas de esos parlamentarios que han traicionado al pueblo", decía Miranda este 13 de diciembre, en referencia a quienes votaron a favor de la cuestión previa en la acusación contra el Mandatario y permitieron que el libelo se cayera. "Hay que ir a funarlos a la casa, cabros", repetía. "Nosotros vamos a ir a sus casas".
El hecho tuvo repercusiones inmediatas. El jefe de la bancada de diputados de la DC, Gabriel Ascencio, presentó el lunes en la Corte de Apelaciones un recurso de amparo en contra de Miranda con el objetivo de proteger la "libertad personal y seguridad individual" de los parlamentarios involucrados.
Durante la tarde del mismo día, fue el Gobierno quien interpuso una denuncia en contra de la ex candidata que busca que el Ministerio Público investigue la posible comisión del delito del artículo 126 del Código Penal, que castiga "ejercer actos de odio o de venganza en la persona o bienes de alguna autoridad o de sus agentes o en las pertenencias del Estado o de alguna corporación pública".
"La recurrida es una conocida y mediática dirigente social y política, reconocida por liderar grupos que han desarrollado acciones de relativa violencia", aseguró Ascencio.
De dirigente a candidata
Miranda fue líder estudiantil en el Liceo Comercial de San Bernardo, comuna donde se casó y tuvo cuatro hijos y donde se desempeñó como modista, al igual que su madre y su abuela. Allí se convirtió en dirigente de la Junta de Vecinos de San Bernardo.
Fue la comuna que buscó representar en 2008, cuando se presentó como candidata a alcaldesa, alcanzando un 4,24% de los votos. Un año después, lo intentó en las parlamentarias por el distrito 30. Obtuvo poco más de 4 mil votos, equivalentes a un insuficiente 2,85%. Volvió a la papeleta en 2012 para conseguir la alcaldía, pero su apoyo bajó incluso a un 2,77%. Entonces, en 2013, saltó a la candidatura presidencial de la mano del Partido Igualdad.
"Que el pueblo mande" fue el lema elegido para la campaña de Miranda, que instaló sus cuarteles generales en Santiago Centro, en Argomedo con Lira. En ese momento, la dirigente dijo a The Clinic que de las 42 medidas que había propuesto Allende, solo tres bastaban: nueva Constitución, recuperar recursos estratégico-económicos y recuperar recursos comunicacionales.
Su juicio político era severo. Decía que Marco Enríquez-Ominami era "un burgués más" y que Michelle Bachelet era vista como una "señora buenita". "El problema es que Bachelet es la señora buenita que gobierna con pura gente mala", afirmaba. Desde el principio, de hecho, llamó a no apoyar a la ex Presidenta en una segunda vuelta. "Representa represión, muerte y los intereses del capitalismo", dijo a ADN.
En total, la candidatura de Miranda logró 83.687 votos a nivel nacional, un 1,27% del total. Su respaldo superó al obtenido por el regionalista Ricardo Israel (0,57%) y el del independiente Tomás Jocelyn-Holt (0,19%), pero quedó por debajo de los otros seis candidatos.
Protestas y polémicas
Después de su derrota, sus apariciones públicas se multiplicaron. El 19 de febrero de 2014 fue detenida mientras protestaba dentro de las piletas que se encuentran frente a La Moneda, en un área restringida. "Esta fue la despedida al Gobierno ineficiente de Sebastián Piñera", dijo mientras la sacaban del lugar. Dijo también que era una bienvenida al de Bachelet, "a quien vamos a seguir dondequiera que vaya".
En abril del mismo año realizó duras críticas a la reforma tributaria anunciada por el gobierno entrante, la que calificó como una "manito de gato". "La plata terminará igual en bolsillos de empresarios", afirmó. En mayo de ese mismo año causó noticia por tomarse un módulo de la cárcel de Angol junto a un grupo de comuneros mapuche.
Otra de sus intervenciones más recordadas es la ocurrida en agosto de 2016, cuando entró junto a una treintena de deudores habitacionales en el Ministerio de Hacienda y le exigió al entonces ministro, Rodrigo Valdés, soluciones a sus demandas.
Aunque anunció en mayo de 2017 sus intenciones de levantar otra candidatura presidencial, su nombre finalmente no llegó a la papeleta por falta de firmas. Inicialmente se pensó que podría unirse al Frente Amplio, pero ella fue lapidaria: a su juicio, son "jovencitos de la élite universitaria que, ayudados por sus mentores con obscuros propósitos, traicionaron al movimiento estudiantil".
A comienzos de noviembre, eso sí, reapareció. En plena campaña presidencial y un día después del debate de Anatel, subió a una señal de tránsito de 5 metros de alto en Blanco Encalada con San Alfonso. Desplegó un cartel que decía: "Luchar es la única esperanza del pueblo. No más remates, no más desalojos".