"Nuestro objetivo de fondo es lograr un corredor humanitario de personas que quieren salir de Chile para volver a su país", dijo ayer viernes el ministro (s) del Interior, Manuel Monsalve, tras liderar una reunión de coordinación de autoridades para abordar la crisis migratoria que se está viviendo en la frontera norte con Perú.
Las expresiones de la autoridad ratificaron de esa forma el interés del Gobierno por generar una vía que permita que los cientos de personas que han llegado hasta Arica para viajar hacia Perú puedan hacerlo de forma ordenada y segura, a través de un mecanismo que les asegure un traslado sin sobresaltos a sus países de origen.
Para lograrlo, el Ministerio de RR.EE. ha abierto un intenso diálogo con los países de la región, con miras a permitir el paso de esos ciudadanos, que en su mayoría pretenden volver a Venezuela. De hecho, el canciller
Alberto Van Klaveren conversó al respecto con su par peruana, Ana Gloria Gervasi, para dar curso al corredor.
Desde Arica, la subsecretaria de RR.EE., Gloria de la Fuente, entregó más detalles sobre las conversaciones. Al respecto, comentó que "lo que hemos ido conversando con el gobierno peruano es precisamente la posibilidad de generar condiciones, ya sea para un corredor humanitario, aéreo o terrestre".
No obstante, advirtió que ello "implica por supuesto tener también compromisos con otros países de la región, o bien buscar alguna otra solución. La posibilidad de seguir con estas conversaciones, requiere la voluntad, por cierto, de gobiernos de nuestra región y la necesidad de hacernos cargo de la coyuntura específica de ahora".
Sobre los plazos que se han dado los países para la creación del corredor, respondió que "sabemos, y es parte de la experiencia que tenemos en la Cancillería, por cierto, que las conversaciones diplomáticas a veces demoran, pero creo que compartimos con el gobierno peruano el sentido de urgencia de enfrentar esta situación"
Venezuela, la piedra de tope
Sin embargo, tanto en Lima como en Santiago reconocen que el principal problema para generar un corredor está precisamente en Venezuela, el país que originó la ola migratoria en América del Sur debido a la crisis política, social y humanitaria provocada por el régimen de Nicolás Maduro.
"Esto requiere además la voluntad de otros países, particularmente de aquellos donde las personas quisieran retornar", dijo ayer De la Fuente, advirtiendo de las dificultades que ha colocado el gobierno venezolano para que sus ciudadanos puedan retornar al país. Varios gobiernos han dado cuenta del rechazo de vuelos de repatriación.
Por ejemplo, el ministro del Interior peruano, Vicente Romero, recordó este sábado que "hace poco, Pedro Castillo tomó aviones para poder llevar venezolanos que habían cometido problemas acá en el Perú para llevarlos a Venezuela y Venezuela no los permitió, entonces, eso es justamente lo que se está trabajando en este momento".
"Yo entiendo los esfuerzos que está haciendo la Cancillería, en algún momento vamos a encontrar un punto de encuentro. Tenemos que dejar los espacios necesarios para que ellos puedan tomar sus medidas", agregó la autoridad, en una entrevista que otorgó esta mañana a la radio local Exitosa.
Qué es un corredor
El término surgió a inicios de los 90' durante la Guerra de Bosnia, cuando las Naciones Unidas establecieron "zonas seguras" para lograr la evacuación de civiles de ciudades que estaban bajo asedio militar. Sin embargo, estos fracasaron, debido a que la ONU no fue capaz de proteger las rutas de los ataques.
En general, los corredores nacen cuando la población de un país está atrapada en una zona de guerra, particularmente cuando su ciudad se encuentra bajo asedio militar. La idea es que las hostilidades sean detenidas por un lapso de tiempo, para permitir a los civiles huir a través de rutas designadas o que entre ayuda humanitaria.
Otros intentos de establecer corredores han ocurrido en medio de la guerra en
Etiopía y el conflicto civil en
Siria, donde Rusia propició caminos seguros para los ciudadanos que buscaban escapar de la conflagración. Durante la guerra en
Ucrania, también se han dispuesto zonas seguras, aunque ha habido acusaciones de vulneración de estas.
En el caso sudamericano, la idea sería crear una ruta terrestre o aérea que conduzca a los venezolanos que desean regresar a su país de forma segura, evitando que sean objeto de tráfico de personas o que deban pagar a las mafias que se han instalado y que cobran por ingresarlos ilegalmente a distintos países.
Para ello, se requiere básicamente de una coordinación que va más allá de Perú y Chile, ya que la ruta segura debe incluir también a Ecuador y Colombia. Si bien todos han manifestado disposición, solo falta contar con la anuencia del gobierno venezolano para que reciba a sus connacionales.