"El Presidente chileno Salvador Allende llegó a una completa identidad de puntos de vista con los líderes del Kremlin durante las conversaciones mantenidas sobre la cooperación entre la URSS y Chile", informaba "El Mercurio" el 8 de diciembre de 1972.
Allí se leía que el mandatario había llegado a Moscú, justamente, para procurar más ayuda técnica y créditos a fin de impulsar la economía nacional. "Unos cien mil soviéticos aplaudieron esta mañana al Presidente de la República de Chile, Salvador Allende, a su paso por las calles de la capital soviética, camino del Kremlin. El cortejo oficial, constituido por más de cien vehículos, redujo especialmente su velocidad para permitir a los moscovitas, llevados poco antes en autocares hacia el lugar oportuno, dispensar una ‘cálida’ acogida al jefe de Estado chileno", informaba el diario.
Allende fue recibido por el jefe del Partido Comunista,
Leonid Brezhnev; el Primer Ministro, Alexei Kosygin, y el Presidente Nikolai Podgorny (todos en la foto de portada), de quienes obtuvo respaldo político: "El Kremlin ha subrayado que apoya a su coalición izquierdista en su lucha contra los intereses económicos foráneos".
Junto con elogiar a la Unión Soviética, el jefe de Estado chileno habló de "nuestro hermano mayor" (en su momento se generó una controversia respecto de si Allende efectivamente había utilizado el término “hermano mayor” para referirse a la URSS. Sin embargo, el historiador Joaquín Fermandois da cuenta de que una década después, en entrevista a un medio español, Luis Corvalán confirmaría la autenticidad de estas palabras del mandatario).
Según informaba la agencia Tass, durante su discurso recordó las palabras de Pablo Neruda al decir que "Chile está transformándose en un Vietnam silencioso". Sostuvo que no había aviones atacando, pero sí "fuerzas obvias y no tan obvias".
Lo cierto es que se suscribieron convenios que ampliaban el comercio recíproco y la prestación de asistencia técnica en el fomento de algunas industrias, además de la expansión de las relaciones científicas. El Presidente Nicolás Podgorny, en comida en honor a Allende, señalaba: "No están ustedes solos en esta lucha. Al lado de ustedes está la simpatía y el apoyo de la Unión Soviética, de las naciones socialistas hermanas, y la solidaridad de la totalidad de las fuerzas progresistas contemporáneas", según Clarín, el 7 de diciembre de 1972.
Se emitió luego una Declaración Conjunta Chileno-Soviética que, entre otras cosas, consignaba: "El Presidente Allende, en nombre del pueblo y el Gobierno de Chile, expresó la profunda gratitud al Comité Central del Partido Comunista Soviético por su desinteresado apoyo moral, político y económico en la realización de amplias transformaciones sociales en el país".
Al respecto, un editorial de "El Mercurio" criticaba duramente esa declaración: "Los chilenos aún no habían leído una información pública de tan rendida gratitud a un partido extranjero expresada por alguno de su presidentes" en una visita. Y agregaba el editorial: "El Presidente agradece el apoyo desinteresado de la URSS. ¿Cree la ciudadanía en el apoyo desinteresado de una gran potencia o de un país cualquiera?".
Años después, Carlos Altamirano recordaba que la visita estuvo lejos de las expectativas creadas: "Hubo un instante en que Allende estuvo a punto de dar por terminada la gira y volver abruptamente a Chile, porque no lograba más que unos simples acuerdos de cooperación. Los soviéticos mejoraron un tanto sus ofertas y se evitó el escándalo que habría provocado el retorno anticipado del Presidente" ("Altamirano", Patricia Politzer, página 112).
Premio Lenin de la Paz para Salvador Allende
Un diploma, una medalla de oro con la imagen de Vladimir Ilich Uliánov y dinero en efectivo recibían los ganadores de este galardón que se entregaba anualmente durante la era soviética. La elección de los laureados de 1973 se realizó en Moscú, en abril (mes del natalicio del fundador del Estado soviético), pero fue anunciado semanas después.
"El Presidente de la República de Chile, doctor Salvador Allende, es una de las cuatro personas a quienes se otorgó el Premio Internacional Lenin, ‘por fortalecer la paz entre los pueblos’", informaba "El Mercurio" el 2 de mayo de ese año. Se añadía que la razón para distinguir al gobernante chileno era su perfil de estadista "profundamente leal a los ideales de paz". Así lo expuso el académico Dimitri Skobeltsyn, máximo directivo del comité que dirimía a los elegidos. Para agradecer el honor, el Presidente Allende envió un cable a Skobeltsyn, diciendo que "tan alta distinción la acojo como un reconocimiento a las luchas del pueblo de Chile".
La noticia generó polémica en los círculos políticos, en especial en el Congreso, donde surgieron los más ácidos comentarios. El senador Juan Hamilton sostuvo que se trataba de un "premio de consuelo que le dan los soviéticos a Allende a cambio de los créditos que le negaron. Este premio no resuelve ningún problema de Chile, pero halaga la vanidad presidencial". En tanto, para Jorge Lavandero, diputado y senador electo democratacristiano, "es como darle a Stroessner el Premio Mundial de la Democracia".
El galardón ruso se entregaba a personalidades extranjeras que hubiesen contribuido a la causa de la revolución mundial marxista-leninista.
Junto a Allende, ese año también recibió la distinción el secretario general del Partido Comunista soviético, Leonid Brézhnev, y anteriormente se le había entregado, entre otros, a Fidel Castro.
En tanto, "El Mercurio" daba cuenta de la paradoja de que mientras Moscú entregaba este premio, "los ciudadanos rusos que son propuestos para recibir recompensas en el exterior encuentran tantos impedimentos para aceptarlas que terminan por renunciar a ellas. Es el caso de los premios Nobel de Literatura que los escritores Pasternak y Solzhenitsyn no pudieron recibir en el estrado de Estocolmo, temerosos de las represalias políticas y de no poder regresar a su tierra".
Dos episodios
En 1972, el Presidente Allende designó a Ricardo Lagos Escobar como embajador en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y concurrente en Mongolia. El Senado demoró su aprobación y, finalmente, el golpe militar del 11 de septiembre de 1973 terminó con el proceso al disolver el Congreso Nacional. Las relaciones diplomáticas con la Unión Soviética se cortaron el 22 de septiembre de 1973. Dos episodios posteriores coparon las portadas de los diarios:
Por un lado, el 26 de de septiembre Chile consiguió un punto muy valioso al empatar sin goles frente al seleccionado de la Unión Soviética en el primero de dos partidos por las eliminatorias de la Copa del Mundo. Todo ello se daba a pocos días del golpe de Estado y bajo fuertes medidas de seguridad. Para el partido de vuelta a mediados de noviembre de 1973 en el Estadio Nacional —recinto que después del 11 de septiembre era utilizado como centro de detención—, la Unión Soviética no se presentó al partido (ver nota en página 16).
Intercambio de Corvalán por Bukovsky en Suiza
El otro episodio lo publicaba así la portada de "El Mercurio" del 19 de diciembre de 1976: "Un dramático cambio en la pista del aeropuerto local (Zúrich), devolvió hoy la libertad a dos de los más famosos prisioneros políticos del mundo: el disidente soviético Vladimir Bukovsky y el líder comunista chileno Luis Corvalán". Ello daba cuenta de una sorprendente negociación entre Chile y la Unión Soviética que era noticia mundial.