Era septiembre de 1975 y Chile debía jugar la semifinal de la Copa Davis contra Suecia en Bastad. Apenas se supo del encuentro, sucesivamente se produjeron: una amenaza de muerte contra el número uno de Chile, Jaime Fillol, por parte de un exiliado que quería vengar la muerte de su esposa; el anuncio de manifestaciones si los chilenos se presentaban a jugar; la decisión de los tenistas nacionales de no asistir, e intensas y fracasadas gestiones para cambiar de sede.
Fillol, días antes de la fecha prevista, sostuvo que no quería ir a Suecia "a comprobar si las amenazas de muerte son reales o son un invento". Finalmente, el equipo integrado por Fillol, Patricio Cornejo y Belus Prajoux decidió asistir.
La noche antes del primer partido se produjo la primera manifestación. "Como el gobierno sueco había aceptado las manifestaciones, pero deseaba evitar la suspensión de los partidos, se había previsto la construcción de un muro que separase el área aledaña al estadio y al hotel donde se alojarían los jugadores chilenos, protegida por un extenso despliegue policial", se informó.
Cuando comenzó el primer partido, cada espectador fue revisado. Los manifestantes quedaron a unos cien metros del court. Björn Borg derrotó a Patricio Cornejo, mientras que Fillol venció a Irger Andersson.
En dobles, el segundo día, la pareja Cornejo-Fillol era favorita, pero Björn Borg y Ove Bengtson derrotaron a los chilenos en cuatro sets. Sin público general en el estadio (solo policía e invitados), las manifestaciones esta vez sí se escucharon, incluso con lanzamiento de bengalas y petardos. Según consignó la revista Kulturfront, "un helicóptero de la policía sonaba cada vez con más fuerza sobre la cancha de tenis. Fillol de repente comenzó a notarse perdido. Dejó un par de pelotas en la red desde corta distancia y los suecos quedaron en ventaja".
El tercer día de la serie, Anderson venció a Cornejo y selló la victoria sueca. Enfrentado a Borg,
a Fillol le quedaba jugar por el honor, pero fue vencido en tres sets.
Si bien Chile fue derrotado, el equipo nacional sintió alivio: el autor de la amenaza no había aparecido, los manifestantes se habían cansado de gritar y el equipo podía volver a casa.