Tras las brutales olas de calor han asolado al hemisferio norte este verano –con máximas de hasta 55 °C en Estados Unidos, un récord de 52,2 °C en China y con este mes julio como uno de los más cálidos de la historia–, cabe preguntarse si sufriremos un panorama similar cuando llegue la temporada estival en el hemisferio sur.
Si bien no habría una correlación directa, expertos coinciden en que sí es probable que enfrentemos un verano difícil, dado que estará presente el Fenómeno del Niño –que eleva la temperatura del mar y la atmósfera–, el que vendrá a potenciar los efectos del calentamiento global que ya se dejan sentir.
"Es un fenómeno al que nos vamos a tener que acostumbrar, la verdad es que vamos a tener veranos más calurosos crecientemente; son los nuevos veranos", advierte Magdalena Gil, investigadora del Centro Nacional de Investigación para la Gestión de Desastres Naturales (Cigiden), y también académica de la Escuela de Gobierno UC.
"El hecho de que haya vuelto El Niño hace más probable que se registren –no particularmente máximas más altas, que puede ser–, sino mínimas más altas, lo que es mucho más peligroso para la salud que las máximas altas, porque en el fondo, si las mínimas son muy altas, el cuerpo no descansa (del calor)"
Magdalena Gil, investigadora Cigiden
En el caso específico de Chile, explica "el hecho de que haya vuelto El Niño hace más probable que se registren –no particularmente máximas más altas, que puede ser–, sino mínimas más altas", lo que, a su juicio, sería "mucho más peligroso para la salud que las máximas altas, porque en el fondo, si las mínimas son muy altas, el cuerpo no descansa (del calor)". "Que haya 36 grados en el día cuando la noche hay 16 es complicado, pero menos peligroso que 34 grados en el día, pero en la noche 24 o 26", apunta.
El principal efecto de la exposición prologada al calor intenso es la deshidratación, que puede derivar en fallas renales y, en casos más graves, en un paro cardiorrespiratorio y la muerte, siendo más vulnerables los niños, los adultos mayores y los enfermos crónicos como los diabéticos, que tienen más tendencia a deshidratarse. "No es que el calor sea incómodo porque transpiras, sino que realmente tiene un impacto importante en la salud", afirma la experta.
Pero eso no es todo. Magdalena Gil afirma "hay bastante evidencia de que las olas de calor prolongadas aumentan otro tipo de problemas sociales, como las peleas callejeras, en las cárceles, violencia familiar, peleas entre conductores, los choques y los suicidios".
Suspender actividades: "En Chile hay 36 grados y la gente juega pádel"
Mientras se mantienen los esfuerzos mundiales por reducir la emisión de gases de efecto invernadero e intentar disminuir el aumento de la temperatura del planeta, los científicos coinciden en que el clima ya cambió y que es imperioso adaptarnos a las nuevas condiciones, como estos veranos más extremos.
Entonces, ¿qué hacer para enfrentar esta nueva realidad? La experta de Cigiden enfatiza que "Chile en general, pero en particular los santiaguinos, tenemos que repensar nuestra relación con el calor y las prácticas que tenemos en los veranos". "Hay prácticas que han sido históricamente muy normales y que van a empezar a ser peligrosas, como ir a la playa o a la piscina a las 12 del día", afirma.
Comenta que en el sur de España, en zonas como Andalucía, donde han vivido con calor intenso desde mucho más tiempo, "todo cierra entre el mediodía y las 3 de la tarde en el verano". "Cuando hay olas de calor, de 12 del día a 3 de la tarde no hay nadie en la calle, porque es peligroso, las tiendas están todas cerradas, hasta los supermercados, y después está todo abierto de las 3 de la tarde hasta las 12 de la noche, los niños juegan en la calle a las 11 de la noche, porque no se puede existir en verano a pleno sol", señala.
En el caso de Chile, dice que no necesariamente llegaremos a que los supermercados tengan que cerrar al mediodía, pero sí hay ciertas actividades que deberían suspenderse mientras duren las olas de calor, similar a lo que ocurre cuando hay alerta ambiental en Santiago.
"Santiago no es una ciudad preparada para una ola de calor de 5 días, de 36 grados, donde los consultorios empezarían a estar llenos de adultos mayores que les cuesta respirar"
Madalena Gil, experta en prevención de desastres
Actualmente, existe un "código rojo" en la Región Metropolitana –que creó el gobierno regional en diciembre de 2022 y se aplicó por primera vez el verano recién pasado–. Éste contiene tres tipos de alerta: verde, amarilla y roja, que se asocian a distintas medidas.
La alerta roja se decreta a partir de los 35 °C y conlleva la recomendación de suspender actividades al aire libre y las actividades deportivas en los establecimientos educacionales; evaluar –junto a la Delegación Presidencial– la suspensión de eventos; también la Dirección del Trabajo tiene la facultad de suspender faenas si hay peligro para la salud y seguridad de los trabajadores; y preparar la red asistencial para atender emergencias por golpes de calor.
Con 35 °Cse declara alerta roja en la RM según el "código rojo" que acaba de implementar el gobierno regional
La experta reconoce que éste es un avance, pero en su opinión se trata más en "una campaña informativa", lo que dice que "está súper bien, pero tenemos que pensar en cómo el 'código rojo' impacta en otras cosas".
Plantea que el "código rojo" debiera efectivamente "activar" determinadas acciones y que "con ciertas temperaturas, se detengan cosas", por ejemplo, que se suspendan faenas donde los trabajadores están más expuestos al calor, como en el rubro de la construcción; que se suspendan las clases de Educación Física en los colegios, y que dejen de funcionar los clubes deportivos, entre otras medidas. "En Chile a veces hay 36 grados y la gente juega pádel", apunta. "También he visto a los jardineros de las municipalidades trabajando. Hay personas que no pueden estar con esa temperatura trabajando en la calle", subraya.
Edificios públicos, colegios, iglesias: Habilitar "cooling spaces"
Menciona que otra medida, que se aplica en algunas ciudades del hemisferio norte, son "cooling maps", o mapas de enfriamiento, en que se identifican distintos puntos de la ciudad donde se emplacen edificios públicos con aire acondicionado, de modo que las personas, en especial los adultos mayores, puedan ingresar allí y protegerse del calor en las horas más críticas.
"En Estados Unidos, hay oficinas de correos (con aire acondicionado) que destinan un sector para la gente que no va a dejar carta, sino que va a enfriarse, y les ponen un televisor y la gente se queda ahí hasta que se enfría"
Magdalena Gil, Cigiden
"Por ejemplo, en EE.UU., hay oficinas de correos que destinan un sector para la gente que no va a dejar carta, sino que va a enfriarse, y les ponen un televisor y la gente se queda ahí hasta que se enfría", relata.
En la misma línea, comenta que "en muchas ciudades es una recomendación ir al cine, porque son más frescos y la gente está sentada tranquila, tomando una bebida fría, y tiene tres horas de enfriamiento".
¿Podría replicarse esto mismo en nuestro país? La experta comenta que se ha reunido con autoridades y que, al menos, lo están analizando: "Así como tienen convenios con lugares para que la gente vaya a estar calentita cuando hace frío, están pensando también en esto, en la idea de los 'cooling spaces', usando iglesias, gimnasios o lo que sea".
Dice que también ha conversado con algunos alcaldes "que están preocupados del tema", sobre la posibilidad de "llevar a los adultos mayores a los colegios que tienen aire acondicionado, y proyectarles una película en un auditorio o en una sala grande, para que se enfríen un rato".
Sombra de los árboles es muy efectiva en ciudades secas como Santiago
Dice que otro punto que hay que tener en cuenta que, a diferencia de muchas ciudades del hemisferio norte, el calor en "Santiago es muy seco y eso hace que la sensación térmica sea distinta a lo que podría ser en Miami o en otros lugares más húmedos".
Hasta 2 °Cpueden bajar la temperatura los árboles en la coidad
Por lo mismo, "la manera en que se gestiona el calor debe ser distinta a la manera en que se gestiona en un clima húmedo". "Por ejemplo, en un clima seco, en la noche es bueno abrir las ventanas. En los climas húmedos, ésa no es una buena recomendación", señala.
En esta línea, explica que una medida muy eficiente para contrarrestar el calor en climas secos como el capitalino es plantar árboles, ya que éstos "pueden bajar uno o dos grados la temperatura de un sector, si son suficientes y están bien puestos".
"En los climas secos son especialmente buenos los árboles, porque en los climas húmedos tú te pones a la sombra de un árbol e igual estás muerto calor, porque el calor te invade y se te pega; pero en los climas secos, te pones a la sombra de un árbol y hay uno o un grado y medio menos. Entonces, sobre todo para Santiago, es una muy buena estrategia", subraya.
Toldo y bebederos en Providencia y bosques urbanos en Vitacura
Hay comunas que ya están preocupadas de este tema y ejecutando planes de arborización, con miras al verano. Es el caso de Vitacura. "El cambio climático es una realidad (...) estamos trabajando para hacer bien las cosas: las áreas verdes son clave para mitigar y adaptarnos al cambio climático", comenta a Emol su alcaldesa, Camila Merino.
En el municipio utilizaron imágenes satelitales para analizar la distribución espacial y la cobertura de las áreas verdes en la comuna. A partir de esto, elaboraron un mapa de las islas de calor y del estado de la vegetación, y se comprobó que las zonas con escasa vegetación presentaron una mayor variación térmica en comparación con áreas más arboladas de la comuna. "El estudio reveló que las áreas verdes tienen un efecto positivo en mantener temperaturas agradables para la población. Entre más vegetación y más sana esté, menos serán las temperaturas mínimas, medias y máximas, en un sector de la comuna", explican en el municipio.
Con este insumo, se identificaron zonas prioritarias para implementar medidas de adaptación al cambio climático. "Vitacura está desarrollando un plan de arborización en toda comuna, con especies adaptadas al cambio climático. Además, estamos ejecutando bosques urbanos, el primero con 1.400 especies nativas –como algarrobos, taras, quebrachos, huingán, entre otras–, plantadas en el Parque Bicentenario; y estamos trabajando en el aumento del número de árboles en dicho parque y en las calles de toda la comuna", detalló la alcaldesa.
Asimismo, se está implementando un plan de recambio de especies por vegetación de menor consumo hídrico. "De este modo, tendremos vegetación más resiliente, y que podrá mitigar los efectos de las inminentes olas de calor estivales", señalan.
En Providencia también están realizando acciones. La alcaldesa, Evelyn Matthei, detalló a Emol que este 2023 tienen contemplado plantar más de 3.000 nuevos árboles, pues están conscientes de que "es el principal reductor natural de calor", y que en los próximos tres años plantarán otros 10.000.
Además, indicó que "gran parte de los parques y plazas cuentan con toldos para proteger a los niños en las zonas infantiles, y a las personas que ocupan las máquinas de ejercicios" y "en todas sus áreas verdes existen bebederos para que los vecinos se puedan hidratar".
Junto a esto, y para contribuir al ahorro hídrico, este año se plantarán 15 mil nuevos metros2 de jardines sustentables, principalmente en el bandejón central de Avenida Los Leones, con lo que se llegará a 32 mil metros2 de jardines sustentables, los cuales consumen un 80% menos de agua que el pasto. "Estas plantas no solo consumen menos agua, sino que por sus características son más resistentes a las altas temperaturas", explicó la alcaldesa.
El gobierno regional metropolitano también está llevando adelante un programa de arbolado para la ciudad y de instalación de techos verdes en edificios públicos, como parte de una agenda de cambio climático y calor extremo.
Preocuparse de los adultos mayores como si hubiese temblado
Junto a estas políticas públicas y comunales, también se deben adoptar medidas a nivel más individual y familiar. Magdalena Gil dice que ahora "cuando venga una ola de calor, vamos a tener que gestionarla", y activar la redes para proteger a los más vulnerables de la familia.
"Espero que la gente comprenda que en un día de calor tiene que preocuparse de su mamá, de su papá, si viven solos. Los adultos mayores se agotan con el calor, dejan de tomar agua y eso es muy peligroso. Así como cuando tiembla llaman a la mamá o a la abuelita, lo mismo hay que hacer en una ola de calor, porque va a ser como si se hubiera pronosticado un huracán. Debiera ser como: 'Viene una ola de calor, ¿quién va a ir a ver a la mamá?', llamarla, preguntarle '¿cómo estás, tomaste agua?', llevarle agua, asegurarse que esté descansada, a la sombra y con agua'", explica la experta en prevención de desastres.
Dice que en ciudades como Chicago, Nueva York o Vancouver –donde han vivido olas de calor muy letales– "lo tienen muy internalizado: hace calor y llaman a los abuelos, los van a ver para saber cómo están, o se los llevan a sus casas para tenerlo monitoreado. Yo espero que empecemos a incorporar esas prácticas".
Asimismo, plantea que "los consultorios debieran anticiparse y considerar tener más personal", ya que es esperable que reciban "muchas más consultas de urgencia". "Santiago no es una ciudad preparada para una ola de calor de 5 días, de 36 grados, donde los consultorios empezarían a estar llenos de adultos mayores que les cuesta respirar", comenta.
Persianas de madera y pausas "de enfriamiento" cada ciertas horas
Otra medida que sugiere es analizar qué adaptaciones deben realizarse en la casa para prepararse para el calor del verano, tal como se hace cuando se acerca el invierno.
"Tienes que preocuparte de, en algún momento del día, enfriarte; en algún momento del día estar tranquilo en un lugar frío, porque hay que pensar que el calor prolongado agota tu cuerpo"
Magdalena Gil, Cigiden
En esa línea, dice que una buena alternativa son las persianas de madera –u otro material adecuado– que se instalan por fuera de las ventanas, ya que capturan el calor impidiendo que ingrese al hogar. "En la hora de más calor, bajas la persiana y se mantiene adentro más fresco, y una cosa que permite el clima seco es que igual se puede abrir un poquito la ventana para que entre un poco de viento", indica.
Otra acción que es muy necesaria en los días de más calor es procurar "en algún momento del día, enfriarse", ya que "el calor prolongado agota el cuerpo". Esto implica permanecer tranquilo en un lugar frío por algunas horas, descansando e hidratándose. "El autociudado pasa por tener en las últimas horas un momento de enfriamiento", señala la experta.
En tanto, durante la noche, sugiere tratar de dormir en la habitación más fría de la casa, aunque no sea la propia, "porque realmente enfriarte en la noche es lo que te va a permitir estar al día siguiente bien". Otra medida es evitar beber alcohol, ya que deshidrata; y al contrario, beber más agua, aumentando la dosis en las horas más sofocantes del día.
"Cambiar prácticas es súper difícil, pero yo creo que vamos para allá; es inevitable que con lo radical que está cambiando nuestro entorno no empecemos a modificarlas", concluye.