La situación se dio en medio de la discusión de las normas sobre nacionalidad y ciudadanía.
Pantallazo transmisión sesión pleno Consejo.
Lejos de los choques de los últimos días entre el oficialismo y la oposición, los consejeros
Alejandro Köhler (IND-PS) y
Paul Sfeir (republicanos), protagonizaron este viernes un momento de distención en medio de la discusión de las normas sobre nacionalidad y ciudadanía.
Fue el delegado de la bancada socialista, quien durante su intervención en el pleno del Consejo Constitucional, entregó un sentido testimonio como exiliado tras el golpe de 1973 para reafirmar así la importancia de las normas en discusión.
"Como alguien que en el pasado fui forzado a salir del país y que fui despojado de mi nacionalidad, como también de mis derechos ciudadanos, sentimos con profunda intensidad la importancia de estos artículos", expresó Köhler.
En ese contexto, visiblemente emocionado, relató que "toda mi familia fue expulsada del país, junto a algunos chilenos, transformándonos en apátridas. Ser un apátrida significa ser una persona que no es considerada como un nacional suyo por ningún país".
Así abogó por normas que además sean respetuosas con los derechos humanos, finalizando su intervención con aplausos.
Más adelante, el consejero Sfeir partió señalando que "no creo que haya en esta sala alguien que no se estremezca con la historia de vida de don Alejandro Köhler. A mí me tocó vivir la otra parte de la historia, de la que se cuenta poco, pero que también ocurrió. Mi familia también sufrió mucho don Alejandro. Pero yo también quiero reconciliación". Esto en alusión a que su familia se fue a Venezuela durante el gobierno de la Unidad Popular (UP) en 1972.
Junto con enfatizar la importancia de entregar sus experiencias para que "nunca más" vuelva a ocurrir, el consejero republicano expresó que "tal vez este sea tiempo de cicatrices, pero por favor, ya no más tiempo de de heridas abiertas (...) Usted jamás será de derecha y yo jamás seré de izquierda, estamos claros con eso, pero hay algo que nos une indefectiblemente (...) una palabra, respeto y otra, con un acto".
Acto seguido, Sfeir levantó una bandera chilena que tenía frente a él, cruzó el hemiciclo y se la entregó a Köhler, quien la recibió. Ambos se dieron la mano, un abrazo y el delegado socialista alzó la bandera. Consejeros de ambos sectores aplaudieron.