Ex Presidente Sebastián Piñera en su primera cuenta Pública en el Congreso Nacional, en 2010.
El Mercurio/ArchivoEn mi opinión, el principal legado político de Sebastián Piñera fue la alternancia en el poder. Haber encabezado un proyecto de centroderecha que logró conquistar una mayoría absoluta por primera vez desde el retorno a la democracia. Hacer que eso fuera posible cambió las coordenadas de la transición chilena y planteó un desafío histórico que se mantiene vigente hasta hoy: el imperativo de la normalización de esa alternancia y su valoración por toda la sociedad.
En términos más específicos y de gestión, creo que sus principales legados fueron la reconstrucción del terremoto, el rescate de los mineros y el manejo de la pandemia; aspectos donde mostró una capacidad de eficiencia en el manejo del aparato estatal muy notable. Por último, quedará para la historia su decisión de buscar la preservación de la democracia en medio del estallido social, abriendo las puertas a un proceso constituyente. La discusión sobre si había o no otra alternativa para abordar esa difícil coyuntura, será con seguridad uno de los puntos más controversiales de su vida política.
El ex Presidente Piñera tuvo sus convicciones democráticas fuertes, permanentes en tiempos de serenidad y de tormenta, resistió tentaciones autoritarias, fue un hombre político que buscó y valoró siempre los acuerdos, a partir de sus ideas que no eran las mías él tenía una voluntad de buscar un Chile mejor. Con coraje enfrentó catástrofes y con brillo la epidemia.
"Son múltiples las aristas para observar su legado. Piñera fue un personaje clave de la transición chilena. Ayudó al "No" en su momento, además lo hizo desde mundo empresarial, lo que era entonces muy escaso".
"Luego se involucró con la derecha, fue senador, y creo que desde ahí contribuyó mucho a que se llegaran a ciertos acuerdos básicos con la Concertación, y ayudó a construir una derecha reconciliada con la democracia, dispuesta a competir en elecciones libres, y a destruir las protección que habían quedado de la dictadura".
"Fue además, el primer presidente electo de la derecha en 50 años, por lo que fue una figura clave en la transición, en los distintos roles que le tocó ejercer".
"¿Qué se destacará en el debe y el haber de su existencia? Desde luego, su compromiso irrestricto y genuino con la democracia liberal, es decir, con la idea de que el poder se legitima por la voluntad del pueblo y cuenta con límites, la idea, en suma, que es tanto un modo de generar el poder como una forma de limitarlo".
"Poseyó un sentido de la eficiencia y de la rapidez que no se encuentra, a la altura que él exhibió, en otros políticos del siglo XX o del XXI. Vio la política como un plan de emprendimiento, ese fue el secreto de su éxito y la razón de sus tropiezos, y nunca abrazó el sueño de un asalto utópico, ni vio en el futuro de las sociedades alumbrar una epifanía".
"Esa eficiencia le permitió logros refulgentes como el control de la pandemia, el rescate de los mineros, la mejora del empleo; pero, al mismo tiempo, lo cegó frente a los aspectos culturales que configuran el tejido más íntimo de las sociedades, y como les suele ocurrir a los político exitosos de vocación omnívora, muchas veces no se detuvo en los detalles y se apresuró en el diagnóstico, como le ocurrió en octubre del 2019, al atribuirlo todo o casi todo inicialmente a una trama urdida para derrocarlo". (Columna en El Mercurio)
"Sebastián Piñera tiene su lugar en la historia de Chile. Lo tiene por haber sido el primer político de derecha en ganar una elección democrática en medio siglo, pero sobre todo por haber introducido la alternancia en el poder, resquebrajando la noción de una “mayoría sociológica” que favorecería por siempre a la centroizquierda y la izquierda. Con Piñera adquirió voz electoral otra multitud, una voz desconcertante para todos los que entonces estaban seguros de saber dónde se ubicaban el oráculo, la justicia y la naturaleza".
"Sus adversarios solían decir que gobernaba igual como hacía negocios, apostando y tomando riesgos, pero eso no pasa de ser una metáfora o un retruécano ingenioso. No debía su fortuna al linaje ni a la suerte, sino a la habilidad para identificar negocios con potencial de crecimiento, como muchos otros de su generación y formación. Superó a la mayoría gracias a la tenacidad de quien ha sido minusvalorado muchas veces". (Columna en La Tercera).
"Fue el más destacado líder que completó la transición democrática para la derecha. Trajo de vuelta la alternancia, en el marco de la gobernabilidad creada por la Concertación. Dio continuidad política junto con asegurar un cambio de administración".
"Fue el representante de una derecha liberal a la antigua, ni conservador-gremialista ni neoliberal exagerada. Su estilo fue gerencial, lo que marcó sus momentos de mayor fortaleza (gestión de crisis) y también su principal debilidad (falta de empatía pública)".
"Su legado para la historia: haber hecho posible una derecha libre de las sombras de la dictadura, ajena a toda complicidad pasiva de aquellos 'que sabían y no hicieron nada o no quisieron saber y tampoco hicieron nada'. Muere rodeado del respeto que despierta el hecho de haber sido el primer Presidente de derechas elegido en las urnas tras la recuperación de la democracia. Y el haber sido luego reelegido".