En 2023 se registro la cifra más baja de natalidad en los últimos 10 años, a lo que se le suma que Chile tiene la tasa más baja de fecundidad global de Latinoamérica. Frente a lo anterior es que, desde la carrera de Obstetricia de la Universidad San Sebastián, desarrollaron 10 propuestas para combatir esta caída.
En específico durante el 2023 se registraron 173.920 nacimientos, con un promedio de 1.7 hijos por mujer en edad fértil.
La decana de la facultad de Ciencias para el Cuidado de la Salud, María Teresa Valenzuela, indicó que es "gravitante para el recambio generacional gestionar la natalidad a través de propuestas que puedan convertirse en políticas públicas que fomenten la natalidad en Chile. Al año 2050 un tercio de la población chilena será adulto mayor, por lo que hoy hay que actuar para contar con población activa".
Por su parte, el director de la carrera de Obstetricia USS, Manuel Ortiz Llorens, explicó que "el descenso de la natalidad, sumado a la mayor expectativa de vida de mujeres y hombres, reduce gradualmente la proporción de población económicamente activa (fuerza laboral), impactando sobre la productividad y crecimiento económico de las naciones".
De esta manera, se vuelve "fundamental que en Chile se empiecen a aplicar políticas que fomenten el aumento en las tasas de natalidad, para al menos disminuir este descenso progresivo y descontrolado de los nacimientos por año en nuestro país".
La primera propuesta esta relacionada con entregar aportes económicos directos a las madres, un "bono por hijo" desde el nacimiento hasta sus dos años de vida.
Una segunda alternativa sería la entrega de un subsidio estatal para cubrir costos asociados al embarazo, parto y primera infancia, lo que se traduce en la gratuidad de los controles prenatales, la atención durante el parto y recién nacido, además de subsidiar un porcentaje de las consultas y controles infantiles durante los primeros dos años de vida.
Relacionado con lo anterior también proponen un subsidio para el cuidado de los hijos, con el objetivo de fomentar la maternidad.
Otra propuesta es la extensión del permiso del pre y post natal, pasando este de los seis meses al año en el caso de la madre, y a dos semanas como mínimo, en cuanto al padre.
También se busca promover las redes colaborativas, potenciando el acompañamiento psicosocial y el empoderamiento de las mujeres, embarazadas y madres con hijos menores de 10 años.
En cuanto a la fertilidad, buscan fortalecer las actividades de regulación de esta en los centros de salud. Lo anterior facilitando el acceso de mujeres y hombres en edad reproductiva a las consultas y controles de la fertilidad en instituciones de salud pública y privada.
Una séptima propuesta es promover el control preconcepcional, con el fin de pesquisar riesgos asociados a la postergación de la maternidad.
También se propone entregar beneficios tanta a empresas como instituciones de educación superior. En el primer caso dar descuentos en impuesto y subvenciones estatales a empresas que favorezcan la maternidad. Mientras que en el segundo caso buscan generar políticas de beneficios tributarios y subvenciones estatales para universidades o institutos que implementen o fortalezcan estrategias integrales para favorecer el acceso y la permanencia de jóvenes madres y padres.
Finalmente, la última propuesta es generar, promover y fortalecer centros de estudios sobre fecundidad, apoyando la generación de evidencia, que es fundamental para la creación de políticas públicas de promoción de la natalidad.
Frente a lo anterior, María Teresa Valenzuela, quien también es ex subsecretaria de Salud Pública, comentó que este problema "debe ser abordado desde el Estado, las instituciones públicas y privadas, y por la academia, desde la evidencia, que todos estén comprometidos con combatir la baja tasa de natalidad, generándose políticas públicas e instancias sociales que vayan en beneficio de aquellas mujeres que son madres o que buscan serlo".
