La Corte de Apelaciones de Santiago fijó en $2 millones el monto de la indemnización que el Club Deportivo Universidad Católica y los responsables de la delegación deberán pagar solidariamente, por concepto de daño moral, a una joven integrante de la rama de rugby que fue golpeado por sus compañeros, a modo de "bautizo", durante una gira por Francia, realizada en 2019.
En fallo unánime, la Decimotercera Sala del tribunal de alzada –integrada por la ministra Carolina Vásquez, el ministro Patricio Martínez y la fiscal judicial Carla Troncoso– confirmó la sentencia impugnada, dictada por el 29.º Juzgado Civil de Santiago, con declaración que se reduce el monto indemnizatorio en proporción al daño acreditado.
"Que en cuanto al daño moral, teniendo en consideración que si bien la situación denunciada es susceptible de causar afectación psicológica, no permite regular su cuantía en la suma decidida por el juez a quo, sino en una inferior", sostiene el fallo.
La resolución agrega: "Que del mérito de los antecedentes aparece que la indemnización concedida por el tribunal a quo en lo que respecta al daño moral es excesiva teniendo en consideración los medios probatorios acompañados al efecto, por lo cual se reducirá prudencialmente al monto que se dirá".
"Por estas consideraciones y de conformidad con lo dispuesto en los artículos 186 y siguientes del Código de Procedimiento Civil, se confirma la sentencia apelada dictada el ocho de agosto de dos mil veintidós, por el 29.º Juzgado Civil de Santiago, con declaración que se reduce el monto de la indemnización por concepto de daño moral a la suma de $2.000.000", ordena.
Relato
Según consignó Meganoticias, el joven señaló que "eran aproximadamente las 6 de la tarde. Habíamos recién terminado el partido. Tuvimos una conversación de grupo y después nos fuimos al camarín. Siempre que hacíamos las giras, escuchamos típico de los entrenadores que nos decían que teníamos que obligadamente hacerlo".
Durante el supuesto "ritual", la víctima se habría negado a cortarse el pelo. "Me levantan de la silla, a la fuerza, me agarran en el aire y me empiezan a pegar y ahí me empiezan a cortar el pelo en el aire".
"Como me resistía, me llegaron codazos en las costillas, en la cara, el pómulo. Terminé con varias contusiones", agregó.