Un ejemplo de realidad aumentada en un vehículo en marcha.
Universidad de Toronto
TORONTO.- Las visualizaciones de realidad aumentada que proyectan imágenes digitales en los parabrisas, para alertar a los conductores sobre posibles colisiones o la actividad de su teléfono móvil, podrían ser más riesgosas que de ayuda a la seguridad de los pilotos, según investigadores de la Universidad de Toronto.
"Los conductores requieren dividir su atención para lidiar con la información visual adicional", afirmó el profesor Ian Spence, del departamento de psicología de la universidad, quien investigó qué ocurre cuando dos fuentes de información son presentadas en un mismo campo visual. "No sólo los conductores tienen que concentrarse en el camino que los rodea como siempre lo han hecho, sino que también tienen que atender cualquier advertencia que aparece en el parabrisas frente a ellos", añadió.
Spence, junto a sus estudiantes Yuechuan Sun y Sijing Wu, diseñó dos pruebas para medir el impacto de esta información visual adicional. Los participantes primero completaron una serie de pruebas en las que debían apuntar en un computador lo más rápido y exacto que pudiesen, una serie de puntos (entre uno y nueve) que aparecían de forma aleatoria en una pantalla negra. En algunas pruebas, se les presentó un segundo estímulo en la forma de un cuadrado, y debían simplemente decir si lo veían o no. Los puntos y el cuadrado aparecían juntos de forma impredecible y sólo en algunas de las pruebas.
La exactitud fue alta cuando el cuadrado estaba ausente, sugiriendo que se requería poca atención para confirmar que el cuadro no aparecía. Sin embargo, cuando este sí estaba presente con un pequeño número de puntos, no se veía en un promedio de una cada 15 veces. Si el número de puntos se elevaba, la tasa crecía a uno en 10 instancias, sugiriendo que si la atención es ocupada crecientemente por una tarea primaria, los participantes tendrán más dificultades en atender el segundo estímulo. La exactitud sobre el número de puntos reportados también disminuyó al aumentar en cantidad, sugiriendo que la tarea primaria se torna más demandante cuando compite y se interfiere con una secundaria.
En situaciones de la vida real, como la conducción de un vehículo, existe una mayor demanda para el chofer. No es suficiente con simplemente ver algo inesperado, uno debe identificar qué es lo que ve y responder de forma apropiada.
"Sería necesario distinguir, por ejemplo, entre advertencias de colisiones y la recomendación de virar por una calle", afirmó Spence. "De otra forma, los mensajes que compiten podrían ser más peligrosas que no tener advertencia alguna".
Para probar esto, los investigadores solicitaron a los participantes identificar la apariencia de una forma aleatoria (un triángulo, cuadrado o diamante) entre los puntos. Nuevamente, los puntos y esa forma fueron exhibidos juntos, sin un patrón que pudiese permitir predecirlo, tal como funcionaría un visor de realidad aumentada cuando algo ocurre fuera del vehículo.
En los casos con un mayor número de puntos, la forma a menudo fue mal identificada o derechamente no vista y, tal como el primer experimento, estimar el número de puntos se hizo más difícil cuando la forma apareció.
"Las personas hicieron ambos juicios de manera más lenta hasta en un 200% cuando la forma aparecía entre los puntos", afirmó Spence. "Las dos tareas visuales interfirieron entre una y otra, y dañaron tanto la velocidad de reacción como la exactitud", agregó.
"El desatender advertencias y disminuir los tiempos de reacción presentan riesgos reales de seguridad", agregó Spence. "Además, la competencia por la atención del conductor es más probable que ocurra cuando el ambiente de conducción es demandante", concluyó.