LONDRES.- Un equipo de científicos en India ha descubierto un antídoto contra el veneno de la víbora gariba, muy común en Oriente Medio y Asia, que previene la destrucción del tejido en la zona afectada.
Si bien las pruebas hasta el momento se han realizado sólo sobre ratones inyectados con el veneno de la víbora, los científicos creen que se podría evitar la degradación de la piel en las personas que sufran la mordedura, según publicó Nature Communications.
Con 5,5 millones de mordeduras al año, el veneno de esta serpiente causa 4 mil amputaciones y 125 mil muertes en todo el mundo, y es la principal causa de muerte por picadura de serpiente en Asia y el norte de África.
Aunque ya existe un antídoto que evita la muerte, hasta ahora no había un tratamiento contra los tremendos efectos secundarios de la mordedura, que provoca una destrucción del tejido en la zona afectada que a menudo lleva a amputaciones.
Desde hace tiempo se sabe que la mordedura de "Echis carinatus" causa un flujo de neutrófilos hacia el área que ha sido dañada, pero no estaba claro el papel de estos glóbulos blancos en la destrucción del tejido.
El equipo encabezado por Kempaiah Kemparaju, de la Universidad de Mysore, en Karnataka, investigó el proceso en ratones, a los que inyectó veneno en la cola.
Los investigadores constataron que el veneno inducía la formación en la zona de la inyección de trampas extracelulares de neutrófilos (NET, por sus siglas en inglés), que a su vez causaban la autodestrucción de los glóbulos blancos.
Observaron que, cuando inyectaban el veneno en las colas de los roedores, las NET lo capturaban para prevenir su propagación por el resto del cuerpo, pero al mismo tiempo bloqueaban los vasos sanguíneos de ese área, lo que propiciaba la destrucción del tejido.
Los científicos demostraron con su estudio que las NET pueden ser "degradadas" cuando se les añade DNase1, un enzima que ataca uno de los principales componentes de esas trampas.
Los ratones envenenados a los que se les inyectó DNase1 no desarrollaron las NET, lo que evitó que se acumulara el veneno en la zona afectada y que se destruyera el tejido, si bien registraron una mayor tasa de mortalidad debido a que el veneno se extendió por el cuerpo.
Sin embargo, los expertos puntualizan que, si el antídoto con esta enzima se inyecta hasta 180 minutos después de la picadura (o, en el caso de los ratones, de la inyección del veneno), se previene tanto la destrucción del tejido como la muerte.
Si estos resultados se confirman en humanos, se concluiría que "un tratamiento dentro de un plazo concreto con DNase1 puede tener potencial terapéutico para prevenir la destrucción de tejido causada por el veneno de serpiente", señalan los autores.