Imagen de la Tierra capturada desde la Luna.
AFP
TOKIO.- La compañía Mitsubishi Electric participará en la construcción del primer módulo de aterrizaje lunar de Japón, que el país asiático planea lanzar entre 2018 y 2019 con el objetivo de mejorar las tecnologías para futuras misiones de exploración espacial.
El fabricante participará en el proyecto, que costará 18.000 millones de yenes (unos 164 millones de dólares), con la Agencia Aeroespacial de Japón (JAXA) y varias universidades niponas, informó hoy el diario Nikkei.
La astronave no tripulada pesará unos 130 kilos y será capaz de aterrizar dentro de un radio de 100 metros del punto designado de la superficie lunar, en comparación con el margen de error de un kilómetro o más que poseen los dispositivos actuales.
El objetivo es que la nave aterrice en el interior de un cañón vertical de 60 metros de diámetro descubierto por el orbitador lunar japonés Kaguya (también conocido como Selene), lanzado en 2007.
Para lograrlo, el aparato incorporará una cámara óptima que captará imágenes de la superficie de la Luna en el vuelo para identificar los cráteres, datos que contrastará con la información recogida por Selene para determinar con precisión su posición, detalló el periódico.
El nuevo módulo será lanzado desde el centro espacial Uchinoura de la JAXA en la prefectura de Kagoshima (en sudoeste japonés) a bordo de un cohete Epsilon -que Japón lanzó con éxito en septiembre de 2013 para poner en órbita el primer telescopio espacial de observación planetaria remota-, y no será diseñado para regresar a la Tierra.
Japón podría convertirse en la cuarta potencia mundial en lograr con éxito el alunizaje de una nave no tripulada después de Estados Unidos -que además es el único que ha logrado enviar con éxito misiones tripuladas a la luna-, la antigua Unión Soviética y China.
La Agencia Aeroespacial nipona tiene previsto pulir la tecnología empleada en esta misión lunar para usarla en el envío en 2022 de una sonda a las dos lunas de Marte, Fobos y Deimos, que de completarse con éxito supondría la primera misión de este tipo que llega a los dos satélites naturales del planeta rojo.