MADRID.- La colisión de un asteroide con nuestro planeta es uno de los riesgos que los científicos constantemente están estudiando, ya que -según su tamaño- un hecho de esta magnitud podría tener importantes consecuencias en nuestra forma de vivir. Sin embargo, un científico de Roscosmos determinó que Apophis, uno de estos cuerpos con las trayectorias más estudiadas, no sería un peligro para la Tierra.
El acercamiento con esta roca se espera para el año 2068, una situación que según Sergei Naroyenkov, investigador principal del Instituto de Astronomía de la Academia de Ciencias de Rusia, no representa mayor preocupación para nosotros.
"Se ha especulado recientemente que es probable que se produzca una colisión [de Apophis y la Tierra] en 2068. Estoy completamente seguro de que no se producirá una colisión en ese momento. El riesgo de colisión con Apophis seguirá siendo pequeño durante los próximos cien años", aclaró Naroyenkov, en un video publicado por la agencia espacial rusa.
En su publicación, el astrónomo aclaró que es posible que el asteroide -identificado bajo la denominación 99942- cambie "un poco" su trayectoria después de 2029, año en que nuevamente se acercará a la Tierra a una distancia de 38 mil kilómetros. En ese momento, los científicos podrán comparar los datos de su órbita con los obtenidos en 2015, lo que ayudará en la proyección de su recorrido.
El temor comenzó tras una publicación de la Universidad Estatal de San Petersburgo en la que se describe una evolución de la órbita de Apophis en que la colisión con la Tierra se debería a una pequeña modificación a través de los años. Así, estos investigadores proponen que la roca pasaría a 44 millones de kilómetros de nuestro planeta en 2044, a 0,76 millones de kilómetros en 2051 y a sólo 5 millones de kilómetros en 2060.
En la primera estimación de impacto que se realizó con este asteroide, en 2006, científicos del Instituto de Matemáticas Aplicadas Keldysh, liderados por Vyacheslav Ivashkin, detallaron que con una roca de 270 metros -lo que se creía tiene de diámetro-, la Tierra sufriría grietas en su superficie, los edificios colapsaría y el planeta quedaría con un cráter de seis kilómetros.
El año pasado, una investigación liderada por Marina Brozovic, del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL, por sus siglas en inglés) de la NASA estableció un diámetro de 370 metros para Apophis.