Fue en abril de este año cuando una misteriosa explosión fue reportada en la estación de la Fuerza Aérea de Estados Unidos en Cabo Cañaveral que afectó a la cápsula de viajes tripulados de SpaceX, Crew Dragon. Aunque los reportes oficiales tardaron más de lo que algunos expertos consideraron adecuado, finalmente la empresa de Elon Musk aseguró que era parte de las pruebas necesarias. Ahora, el administrador de la NASA, Jim Bridenstine, ha asegurado que esto generará un retraso en el cronograma de los viajes.
En 2015 la agencia espacial de Estados Unidos cerró un contrato de participación con las empresas privadas SpaceX y Boeing en el programa comercial de vuelos para enviar astronautas estadounidenses desde suelo nacional ya que a fines de este año termina su acuerdo con la agencia rusa Roscosmos, la que hasta ahora ha enviado a los científicos a la Estación Espacial Internacional (EEI).
La cápsula que tuvo el accidente hace dos meses es precisamente la que se utilizaría en estos vuelos, por lo que el administrador de la NASA declaró esta semana que "no hay duda que el cronograma cambiará, no será como lo habíamos planeado originalmente".
Retrasar estos vuelos podría significar que Estados Unidos, por primera vez en los 20 años desde que se instaló la EEI, no tendría presencia en el espacio. Ante esto, la agencia ha alargado las estadías de dos astronautas en el marco del programa de investigación de impacto en el cuerpo humano, lo que le permitiría cubrir estos periodos de tiempo sin lanzamientos hacia la base científica.
Por su parte, SpaceX ha asegurado que la explosión es parte de las pruebas de seguridad que se realizan en las estructuras de la nave que son necesarias para evitar cualquier problema que se presente durante los vuelos. Además, aseguraron que la cápsula se encontrará en condiciones de enviar astronautas dentro del esquema planeado.