La NASA abrió a público, este lunes, el restaurado Centro de Control de la misiones Apolo, en la sede de la agencia espacial en Houston. El recinto fue refaccionado para que se vea idéntico a como estaba cuando Neil Armstrong y Buzz Aldrin pisaron la superficie lunar, hace 50 años.
La restauración se realizó para conmemorar el aniversario del alunizaje del Apolo 11 e incluye los controles de vuelo que la NASA utilizó para planear, entrenar y ejecutar distintas misiones de los programas Gemini, Apolo, Apolo- Soyuz y Skylab, hasta 1992.
La instalación fue declarada Monumento Histórico Nacional por el Servicio de Parques Nacionales de Estados Unidos en 19856 y en 2011 fue nombrada en honor a "Christopher C. Kraft Jr", quien desarrolló los conceptos que, hasta el día de hoy, se utilizan en el control de los vuelos espaciales.
Para garantizar la autenticidad de la exposición, el equipo de restauración incluyó a miembros de la misión Apolo que operaron en la sala. Además, las consolas de control y las pantallas son artefactos originales que se limpiaron y restauraron. Otros elementos como alfombras, tazas de café, prendas de vestir e incluso ceniceros fueron recreados.
Mark Geyer, director del centro espacial Johnson, donde se encuentra el centro de control, durante una ceremonia efectuada el pasado 28 de junio, destacó que "nuestro objetivo hace 50 años era demostrar que podíamos aterrizar humanos en la Luna y devolverlos a salvo a la Tierra. Nuestro objetivo ahora es regresar a la Luna para permanecer, de una manera sostenible. Estoy encantado de que esta instalación esté abierta para que la vea el público. Espero que sirva de inspiración para las generaciones venideras".
Por otro lado, Jim Thornton, gerente del proyecto de restauración indicó que "al restaurar el Centro de Control de la Misión Apolo, la NASA está preservando la rica historia de un logro notable en los vuelos espaciales humanos".
"Esto no solo ayudará a compartir nuestra historia con visitantes de todo el mundo, sino que también les recordará a nuestros empleados actuales que están planeando misiones para enviar humanos a la Luna y luego a Marte, que todo es posible y estamos parados sobre nuestros hombros de gigantes", agregó.
El proyecto comenzó en 2017, después de cinco años de planificación y recaudación de fondos. Tuvo un costo de 5 millones de dólares, de los cuales 3,5 fueron donados por la ciudad de Webster en Texas. Fue la primera vez que la NASA aceptó una donación pública para fines restringidos.