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Muere Katherine Johnson, la matemática de la NASA que llevó a la humanidad a la Luna

La científica afroamericana, que falleció a los 101 años, ayudó a calcular las trayectorias que permitieron que los astronautas del Apollo XI llegaran al espacio.

24 de Febrero de 2020 | 15:02 | Por Juanita García, Emol
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NASA
"La familia NASA está triste al enterarse de que Katherine Johnson falleció esta mañana a los 101 años. Ella era una heroína estadounidense y su legado pionero nunca será olvidado".

Con este mensaje Jim Bridenstine, el jefe de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) dio a conocer el deceso de la matemática afroamericana que llevó a la humanidad a la Luna.

Katherine Johnson ayudó a calcular las trayectorias que permitieron que los astronautas del Apollo XI, incluidos Neil Armstrong lograran llegar al espacio en el primer acercamiento del humano con la Luna. Así como también la llegada del primer nortamericano al espacio.

"Honramos su legado de excelencia que ayudó a romper con el racismo y las barreras sociales. Johnson ayudó a nuestra nación a engrandecer las fronteras con el espacio, al mismo tiempo que se esforzaba por abrir las puertas para las mujeres de color en la búsqueda por explorar el espacio", señala otro mensaje que la NASA publicó en sus redes sociales.

"Si ella dice que son buenos, entonces estoy listo para ir", dijo el astronauta John Glenn, el primer hombre en orbitar la Tierra de la científica que en 1969 llevó a cabo los precisos cálculos para alunizar.

Ella y sus colegas eran conocidas en la NASA como "computadoras", término que se acuñaba a quienes realizaban cálculos para las trayectorias orbitales. Fueron poco conocidas por el público durante décadas, hasta la publicación del libro "Figuras Ocultas" y la película nominada al Oscar que retrataba la historia de tres científicas afromericanas que trabajaron para el organismo.

Su trayectoria hasta la NASA


A pesar de todas las dificultades, mucho antes de llevar a la humanidad a la Luna, Johnson ya había superado muchas barreras.

Nacida en 1918 en White Sulphur Springs, un pueblo del estado de West Virginia que en aquel entonces no superaba el millar de habitantes, su brillantez y pericia con los números la llevaron a ser aceptada en la escuela preparatoria del West Virgina State College, donde más tarde acabó siendo estudiante universitaria y donde en 1937 se doctoró con los honores más altos en Matemáticas.

Ya en 1939, y después de ejercer de profesora en diversas escuelas públicas para negros, se convirtió en una de los tres primeros estudiantes afroamericanos en formar parte del alumnado de la Universidad de West Virginia, la más prestigiosa del estado.

"Honramos su legado de excelencia que ayudó a romper con el racismo y las barreras sociales. Johnson ayudó a nuestra nación a engrandecer las fronteras con el espacio, al mismo tiempo que se esforzaba por abrir las puertas para las mujeres de color en la búsqueda por explorar el espacio"

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Años más tarde, se convirtió en una de las mujeres negras que formaban un equipo en el Centro de Investigación Langley para calcular la trayectoria de los primeros lanzamientos espaciales, unas operaciones que hoy hacen los computadores.

Fueron sus cálculos los que ayudaron a que la misión Apolo XI llegara a buen puerto, pero también los que fijaron la trayectoria del primer viaje al espacio de un estadounidense, Alan Shepard (1961).

Cuando la Nasa empezó a usar computadores para la misión en que John Gleen orbitó la Tierra por primera vez (1962), le pidieron a ella verificar los cálculos de la máquina.

A pesar de los años de anonimato al que Johnson y sus compañeras se vieron relegadas, el reconocimiento, aunque con retraso, llegó en 2015, cuando el entonces presidente de EE.UU., Barack Obama (2009-2017), le entregó la Medalla Presidencial a la Libertad.

En la ceremonia en su honor, el mandatario proclamó: "Katherine Johnson rechazó verse limitada por lo que esperaba la sociedad de ella por su sexo y raza mientras expandía los límites de la humanidad".

Dos años más tarde, la NASA le dedicó un edificio en su honor en su sede en Langley (Virginia), la Instalación de Investigación Computacional Katherine G. Johnson.
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