Restos de
analgésicos, antibióticos, antidepresivos, antihistamínicos y betabloqueadores son algunos de los fármacos que circulan por las aguas del río Mapocho. Así lo reveló un proyecto global que analizó las concentraciones de 61 principios activos en 258 ríos de 104 países y que evidenció que un cuarto de estos cauces tienen niveles potencialmente tóxicos. "No es extraño teniendo en cuenta que
recibe toda la descarga de Santiago", comenta Cristóbal Galbán, investigador del Centro de Genómica, Ecología y Medio Ambiente (Gema) de la U. Mayor. "Al consumir un medicamento, una parte importante del principio activo se metaboliza y el resto se elimina a través de la orina o las heces", agrega Galbán.
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