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A criar también se aprende

11 de Marzo de 2005 | 10:41 |
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13. ¿Cómo se crean los hábitos de estudios?
El nuevo enfoque de las tareas plantea que más que indicar un cúmulo de trabajo para la casa, más valen pocas actividades pero que sirvan para aprender a pensar y que se conviertan en una oportunidad para crear buenos hábitos de estudio. Las tareas ayudan a integrar y practicar lo estudiado, a preparar la clase siguiente y ofrecen la posibilidad de aprender a usar recursos complementarios como bibliotecas. Un niño de educación primaria no debe dedicarles más de 20 minutos diarios; uno de 13 años, máximo 2 horas. Los más pequeños necesitan guía de un adulto. Dentro de los factores que facilitan el aprendizaje están: establecer un horario fijo ( "la hora de las tareas", hacerlo rutina, en ningún caso de noche); crear un lugar de estudio, iluminado y tranquilo para concentrarse, junto a una mesa amplia para ubicar los útiles. No se debe estudiar acostado, y hay que eliminar las distracciones: ni televisión ni música fuerte. Orientar (jamás los papás deben hacer las tareas); comentar el trabajo (conversación previa clarificadora); utilizar recursos complementarios (consultar libros) e identificar el mejor estilo de aprendizaje (algunos miran, tocan y otros escuchan); celebrar los logros, comunicarse con el profesor y desarrollar un método de estudio (lectura, cuestionarios, esquemas, repaso o subrayado).

14. ¿Cuál es la mejor edad para que aprenda un segundo idioma?
A edades tempranas, más que un método para enseñar un segundo idioma interesa que hayan afianzado su lenguaje materno, lo que hará más flexible el proceso de aprendizaje de otra lengua. Idealmente deben crearse condiciones cotidianas a través de dibujos, canciones, sonidos, juegos para que la enseñanza sea parte de la vida diaria del niño. No se trata de que lean o escriban en inglés, francés o ruso, sino que aprendan a familiarizarse con la lengua. Entre los 4 y 7 años de vida es la edad que ofrece la oportunidad ideal para desarrollar esta habilidad cognitiva y lingüística. No se volverá a repetir una situación similar, porque sus inhibiciones son menores y asimila con facilidad nuevos conceptos. Es también la mejor edad para que desarrolle una buena expresión y pronunciación.

15. ¿Por qué se fascina con los animales?
A los tres o cuatro años los niños sienten especial amor por los animales. Generalmente reciben, desde muy pequeños, peluches que se transforman en sus regalones y se relacionan con ellos de manera especial, muchas veces atribuyéndoles vida animada. Los ven como un igual e incluso les relatan sus penas y alegrías. El animal es un par y por la manera de ser de los niños, tan directa, les resulta fácil conectarse con ellos. Para ellos, una mascota es otro miembro de la familia y no es extraño que lo incluyan en sus dibujos. Las mascotas pueden representar un gran aporte en la formación infantil. A los cinco o seis años, los niños ya son capaces de hacerse cargo de su cuidado. Asumen que no es un juguete, que hay que preocuparse de él. Puede ser una oportunidad valiosa para impulsar nuevas responsabilidades, lo que servirá para estimular hábitos de higiene y el incentivo de valores como solidaridad y autocuidado.

16. ¿Qué tan normales son las peleas entre hermanos?
Estadísticamente se ha establecido que son más peleadores los hermanos del mismo sexo, los hermanos que tienen entre uno y tres años de diferencia y los hermanos cuyos padres no los corrigen de modo consistente. Por esto último, la rivalidad será más o menos intensa según como los propios padres manejen la situación. Los adultos no pueden ejercer el rol de jueces, porque se caerá en la típica tendencia a proteger al más débil. La situación se tornará predecible: el mayor se quejará de que los más chicos juegan a ser víctimas; por el contrario, estos últimos asumirán que el llanto es una excelente herramienta para alcanzar sus deseos. Si en cambio los adultos permiten que los conflictos se solucionen entre hermanos, la relación será verdaderamente fraterna, con igualdad de oportunidades y condiciones. Los hijos no tendrán más alternativa que marcar los territorios.

17. -¿A qué edad comienzo a darle dinero para sus gastos?
No antes de los ocho años un niño descubre el concepto de dinero en su verdadera dimensión, y para recibir una mesada esta es la primera condición que debe existir. También debe saber sumar y restar, estar capacitado para pagar, recibir vuelto, distribuir su dinero, ahorrar e incluso ser solidario. Cada familia debe conversar el tema porque no hay una regla estándar. Los padres tienen sus valores y presupuesto, pero en la medida que sean consistentes al establecer reglas algunos niños se acostumbrarán incluso a no recibirla. Hay cosas que hay que dejar en claro: por ejemplo, que si la gasta de una vez no habrá extras; que mientras sea pequeño los montos también deben serlo porque la mayoría de sus necesidades están cubiertas.

18. ¿Importa en su desarrollo sexual que me vea desnudo?
El cuerpo es parte natural del ser humano y aprender a respetarlo también involucra aceptarlo. Justamente el período en que los padres están concentrados en enseñarles a los hijos las diferencias anatómicas, es el tiempo ideal para que los vean desnudos. Ojalá la situación se dé de manera natural, por ejemplo cuando los acompañan en el baño mientras se duchan. La clave es la naturalidad, porque ésta genera un clima propicio de confianza que sentará las bases para conversar sobre sexualidad a lo largo de la vida. Hay que recalcar que, aunque a algunos padres les parezca pecaminoso, es necesario desde el punto de vista sicológico. Ahora bien, hasta qué edad es conveniente que vean desnudos a los padres dependerá bastante de la costumbre familiar. Alrededor de los ocho años naturalmente, los niños comenzarán a experimentar sentimientos de pudor, es decir, a descubrir el valor de la intimidad. Sin embargo es importante que entre los tres y cinco años haya existido una preocupación especial de los padres porque la situación se dé lo más acorde con los valores familiares. En esas edades, los hijos se identifican sexualmente con su género, y para ello deben haber conocido las diferencias anatómicas entre hombre y mujer.

19. ¿Cuáles son los beneficios de jugar con agua?
El agua tiene un efecto hipnótico en el niño. Sobre todo en la edad preescolar, el pequeño percibe y siente antes de pensar, y el agua le ofrece una oportunidad única de investigar sensorialmente el mundo físico. Le permite, al niño, además, experimentar sensaciones de dominio, logro y gratificación. Jamás le produce frustración porque, a diferencia de cualquier otro juego o material, no exige tener habilidades especiales. Fortalece su autoestima y libera su imaginación al idear infinidad de juegos. Por esas cualidades también es recomendado a niños que poseen algún retraso en cuanto a desarrollo social. Los juegos con agua son también una vía eficiente para la salida de impulsos agresivos y, en los más pequeños, tiene un efecto tranquilizador.

20. ¿Qué tan necesario es establecer horarios?
La labor de instaurar límites empieza a corta edad y probablemente acompaña durante toda la vida. Los horarios se establecen con el fin de formar hábitos necesarios para convivir en sociedad, pero no pueden ser la excusa para imponer una disciplina basada en el miedo. Los límites no se deben imponer arbitrariamente; deben respetar los tiempos y espacios de los miembros de la familia, y ser realistas. Es bueno que se incorpore al niño a esa rutina. Obviamente la flexibilidad debe estar presente. Debe haber una disciplina con argumentos, porque esto facilitará que el niño la comprenda y la acepte. Es otro modo de hacerlo sentir importante y partícipe de la familia. Cuando los cuidados que se brindan no son respetuosos de la sensibilidad del pequeño, es posible que surjan algunos trastornos, habitualmente ligados con el sueño, la alimentación, la evacuación y el deseo de estar acompañado.

21. ¿Comprende el significado de la muerte? ¿Lo llevo a funerales?
A pesar de que evitamos que los niños se involucren demasiado en duelos, velorios, ritos y todo aquello que implique la muerte, eso no significa que no se den cuenta. Al contrario, la experiencia clínica demuestra que la muerte no es posible de ocultar a los más chicos y que un comportamiento natural frente al niño podría disminuir notoriamente el impacto que vive al conocerla y descubrirla. Porque, tarde o temprano, fallecerá un ser querido y al menor no se le podrá privar de asistir, si es que así lo desea, al funeral. Al ver a sus familiares llorar, sabrá que existe una pena y se sentirá partícipe. Cuando el niño toque el tema, bastará con responderle lo que desea saber, él guiará la conversación. Si se le oculta o evita el tema, jamás se podrá saber qué ocurre en su interior, qué sentimientos se han entremezclado, qué dudas tiene, especialmente porque la fantasía infantil le reserva un lugar especial a la muerte. Por eso su acercamiento influye mucho en cómo los padres han vivido y manejado el tema. Hasta los 2 años, existe indiferencia e incomprensión total. Entre los 3 y 5 años se vive el cambio, pero a la muerte se la entiende como "cambiarse de mundo; entre los 5 y los 9 años es pensada como una contingencia. Sólo a partir de los 9 años se ve como un proceso que tiene sus leyes y aparecen los primeros pensamientos metafísicos.

22. ¿Cómo debería relacionarse mi hijo con un compañero discapacitado?
Mientras a más temprana edad se practique la integración, mejores serán los resultados. Se trata de no ver a la persona con discapacidad como históricamente se la ha visualizado con una mirada casi lastimosa, sino centrarse en las potencialidades que puede desarrollar. Acercarse, conocerlo y validarlo. Antes un niño con un déficit importante en su desarrollo se educaba en colegios especiales, pero hoy esa visión ha cambiado. Es más, se piensa que la integración educativa beneficia a todos. El niño con alguna discapacidad interactuará con sus pares y vivirá experiencias como las de cualquier pequeño, y los que no poseen déficit evidentes aprenderán lo que es el trabajo colaborativo y solidario. Está comprobado que mejoran las metodologías de trabajo, porque los profesores deben crear estrategias educativas no tradicionales. Obviamente, lo que falta es que haya una sensibilización especial al tema, para cambiar el sistema educativo centrado en el rendimiento y la competitividad y también hacer las variaciones en infraestructura necesarias. Incluso el gobierno ofrece subsidios a los colegios para que contraten a personal especializado.

23. ¿Por qué tiene tics nerviosos?
El tic se genera cuando alguna parte del cuerpo se mueve de repente repetida e incontrolablemente. Por su propia voluntad, el sujeto puede detenerlo, pero sólo por breves instantes. Puede ser una mera conducta motriz como reacción frente a alguna ansiedad del pequeño, por ejemplo, una separación, un duelo, una enfermedad, algún factor sicológico que le haya generado inestabilidad o conflicto. El tic refuerza su conflicto y lo libera. Algunas teorías asocian el tic con las personalidades del paciente, especialmente, con caracteres agresivos (donde el niño dirige su hostilidad hacia sí mismo) o bien, ser reflejos de rasgos obsesivos: perfeccionismo, autocrítica y rigurosidad exacerbada. El tic más común es el transitorio, que llega a afectar al 10% de los niños entre 6 y 7 años, y que luego desaparece. Es tres veces más frecuente en los hombres y pueden consistir en: parpadeo, fruncir el ceño, sacar la lengua, encoger hombros, brazos o manos, bostezar, sonarse, soplar, etc. Tics que pueden darse de a uno o varios. También existen tics vocales cuando la persona hace sonidos y, los crónicos, que habitualmente se acompañan de una organización neurótica del niño, que es más infrecuente. Una vez que se constate el tic en el niño es importante evitar las risas, ironías y amenazas, que sólo lograrán agrandar el problema. Más bien, debe reconocerse que responde a un conflicto que necesita apoyo terapéutico.

24. ¿Por qué tiene amigos imaginarios?
Este personaje puede ser una persona, un animal, cualquier criatura y ocupa un espacio dentro de la mente del niño. Además, tiene su propia personalidad, bastante consistente y coherente. Tiene una vida, preferencias y cosas que aborrece, e interactúa con el niño como si existiera un mundo real que no necesariamente coincide con el de su creador. No todos los niños con amigos imaginarios lo comparten con los adultos. Ciertos estudios han revelado que cerca del 65% de los niños crea en algún momento uno o más amigos imaginarios. Es normal que existan e incluso evidencian que se trata de un niño creativo con inteligencia superior a los demás. Este amigo es la forma de juego simbólico más sofisticada, porque requiere de un alto grado de elaboración y fantasía. Su rol es importante: asume el lugar de otros niños cuando el creador se encuentra solo y puede ser el confidente de sus penas, preocupaciones y alegrías, especialmente cuando al niño le cuesta verbalizarlas.

25. ¿Sigue vigente la tesis de que es mejor dar calidad que cantidad de tiempo a los hijos?
Hoy es bastante cuestionada esta teoría que surgió a fines de los 60. Actualmente, hay coincidencia en sostener que calidad tiene que ver con el acercamiento real y efectivo que se logre con los hijos, y se alcanza cuando se encuentra estrechamente unida con cantidad, es decir, con presencia efectiva en la vida de los niños. Calidad no sólo se logra cuando los padres le preparan el disfraz para el colegio o lo llevan al doctor, sino también cuando conversan sobre lo que sucede en su mundo, sus temores, alegrías, preocupaciones. No obstante, la cantidad también puede conducir a errores, porque algunas madres entienden por esto el tener una presencia omnisciente en la vida de sus pequeños, que puede llevarlos a una pérdida de autonomía. Así, pareciera que cantidad y calidad más que palabras antagónicas son indisolubles, y muy importantes entre los 0 y 6 años, cuando se está estructurando la personalidad y el cerebro es especialmente plástico. Los padres, más que ser figuras presentes todo el tiempo, deben ser accesibles y disponibles, concepto que debería permanecer a lo largo de toda la crianza. No es recomendable, por ejemplo, que en estos años, la madre esté fuera de la casa más de 8 horas. Pero, sobre todo, es fundamental que no esté ausente a la hora del baño o de acostarse, pues son las mejores horas de intimidad.
Hoy es bastante cuestionada esta teoría que surgió a fines de los 60. Actualmente, hay coincidencia en sostener que calidad tiene que ver con el acercamiento real y efectivo que se logre con los hijos, y se alcanza cuando se encuentra estrechamente unida con cantidad, es decir, con presencia efectiva en la vida de los niños. Calidad no sólo se logra cuando los padres le preparan el disfraz para el colegio o lo llevan al doctor, sino también cuando conversan sobre lo que sucede en su mundo, sus temores, alegrías, preocupaciones. No obstante, la cantidad también puede conducir a errores, porque algunas madres entienden por esto el tener una presencia omnisciente en la vida de sus pequeños, que puede llevarlos a una pérdida de autonomía. Así, pareciera que cantidad y calidad más que palabras antagónicas son indisolubles, y muy importantes entre los 0 y 6 años, cuando se está estructurando la personalidad y el cerebro es especialmente plástico. Los padres, más que ser figuras presentes todo el tiempo, deben ser accesibles y disponibles, concepto que debería permanecer a lo largo de toda la crianza. No es recomendable, por ejemplo, que en estos años, la madre esté fuera de la casa más de 8 horas. Pero, sobre todo, es fundamental que no esté ausente a la hora del baño o de acostarse, pues son las mejores horas de intimidad.
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