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Sus años verde olivo

14 de Junio de 2005 | 10:51 |
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Los Tironi son seis hermanos - “Cinco hombres y una mujer, la menor”-. Eugenio estudió sociología en la Pontificia Universidad Católica dos años, pero “vino el golpe y estuve dedicado a sobrevivir como militante de izquierda en el período duro de la dictadura y a colaborar en lo que era la reorganización de los partidos de izquierda”.

-Pero antes estudiaste arquitectura ¿por qué la dejaste?
“Porque me temí que toda la capacidad creativa que despierta y desarrolla la arquitectura no se plasma en el desempeño profesional y me iba a ver muy frustrado y eso me hizo irme a lo que era mi segunda vocación, la sociología”.

A partir del año 1978 estudió por su cuenta, como autodidacta, y ya el ´83 se dedicó a estudiar sistemáticamente en Francia, donde hizo un postgrado. Pasó buena parte de los ochentas trabajando, viviendo y estudiando para terminar su tesis de doctorado. “Tengo una formación universitaria un tanto accidentada, pero no más de lo que ha sido mi vida”, asegura.

-¿Saliste al exilio?
“Me quedé aquí y salí el año 75 al exilio, la diferencia es que no me tomaron preso, no tuve que irme como asilado ni refugiado, tuve la suerte –no sé si es suerte- de tomar la decisión voluntaria de hacerme cargo en el exterior del partido que yo lideraba”.

-¿El Mapu?
“Sí. Decidimos, entre los tres que éramos la cabeza del Mapu en ese entonces, hacernos cargo de diferentes funciones y a mí me tocó el exterior, donde había muchos conflictos y disputas y pasé en eso dos años, luego me fui a estudiar y un poco a recluirme para poder volver a Chile. Me fui el ‘75 y volví a fines de 1978. Siempre dominé los tiempos yo, no tuve L en el pasaporte. Nunca he sabido si fui propiamente exiliado o…. (se queda pensando un largo rato y no concluye la frase). Viví en París, viajé muchísimo por el mundo y volví el ‘83 a París a estudiar”.

El sociólogo regresó a Chile unos años después con una visión precursora de lo que la oposición debía hacer para derrotar al régimen de Pinochet y junto a un grupo de sus mejores amigos se dedicó a sacar adelante un proyecto de unión entre los antiguos partidos políticos que, con el tiempo, se transformó en la Concertación que gobierna Chile.

-¿Fuiste uno de los defensores del plebiscito del ´88?
“Con Juan Gabriel Valdés y Mariano Fernández creamos por ahí, por el año ´87, una entidad que se llamó CIS, en la que nos dedicamos a prepararnos para el plebiscito. Hicimos investigación, estudios de opinión, focus group, conseguimos el apoyo de norteamericanos e ingleses que tenían experiencia en la caída de Marcos y la instalación de Cori Aquino en Filipinas y que nos enseñaron marketing político, nos enseñaron a cómo crear mensajes, a identificar las demandas, las utopías de la población. Nosotros fuimos con todo esto a los partidos políticos, a tratar de seducirlos, con la idea de aprovechar eso como un mecanismo para terminar con la dictadura, que era una idea en ese entonces, muy revolucionaria, porque nadie suponía que eso era posible. Creamos el marco conceptual de la campaña del NO”.

-¿Y de la Concertación?
“Sí, de la idea de juntar a un grupo de partidos diversos en torno a una cosa muy concreta y muy pragmática que era votar que No, sin ninguna otra consideración. Fuimos dirigente por dirigente, hablando, convenciéndolos, mostrándoles estudios; en eso tuvimos el apadrinamiento de Gabriel Valdés.
“Una vez que ya se armó la Concertación y la Campaña del No, estuve a cargo de los contenidos de la Franja, como del comité editorial. Los grandes personajes que le pusieron el sabor fueron Ignacio Agüero, Eduardo –mi hermano-, Juan Enrique Folch, que eran los directores, y la parte creativa a cargo de Jaime de Aguirre y Eugenio García”.

-¿Cómo llegó “Tironi y asociados” al posicionamiento que tiene hoy dentro y fuera del país?
“Tiene que ver con la organización, que tiene ciertas disciplinas, competencias y una larga trayectoria. Efectivamente, la cosa ideológica o política tiene una importancia casi igual a cero. Cuando me dicen que los clientes que tenemos son por los contactos, me quedo casi sin respuesta… ¿Qué contactos tengo en España, en Perú? Me atrevería a decir que tiene más que ver con el talento que hemos logrado reunir en una organización y persistir por muchos años”.

-¿Por qué el área de las comunicaciones y la imagen?
“Algo debe estar en mis genes, porque a mi padre siempre le gustó el espectáculo, desde el Club Deportivo de la Católica, el Teatro de Ensayo UC, los clásicos universitarios y terminó de director de canal 13. Antes había organizado el mundial de fútbol, por lo tanto pasé toda mi vida envuelto en eso, especialmente en la televisión. Luego he tenido experiencia en el campo de la política, en los períodos más duros y miserables, como en uno que no se va a repetir en la vida y que pocas generaciones tuvieron la oportunidad de vivirla, la de la transición. Eso me da un cierto background para comprender como se desatan los conflictos y cómo se pueden disolver; cómo se mueven los intereses, las fuerzas; que es otro ingrediente de lo que yo hago. En tercer lugar, que tengo cierta formación en sociología que me permite comprender las raíces de esas fuerzas que se mueven en la superficie y las tendencias; no solamente cómo las cosas son, sino para donde van.
“Siempre he tenido la idea de no quedarme en la academia, sino poner estos talentos en acción y eso lo he hecho creando distintas marcas: la Convergencia Socialista, la Renovación Socialista, la Concertación, el No, participando en la transición, en los consensos”.




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