EMOLTV

El periodista con cara de niño bueno

Casi raya en la perfección. Todos los detalles de su vestuario bien cuidados, un tono pausado y cálido al hablar, alguna subida de tono cuando se molesta -pero no más que eso-, opiniones fundamentadas y un gran cariño por los programas que conduce, hacen de este periodista de Chilevisión uno de los mejores evaluados por el público en el último tiempo. La gente le cree y “El Termómetro” se ha convertido en la alternativa de quienes no ven teleseries.

16 de Agosto de 2005 | 09:34 |
imagen
Con el celular en la mano, baja la escalera desde su oficina para recibirnos. Parece esos niños correctos que las madres quieren para sus hijas: el pelo muy corto y ordenado, chaqueta y pantalones grises, camisa blanca con rayas celestes, corbata en el tono, zapatos brillantes, a pesar de la lluvia. Nada está fuera de su lugar; aunque lo niega, es el prototipo del metrosexual chileno y le preocupa el tema. De hecho, al llegar el fotógrafo pide que lo espere unos minutos para bajar a maquillarse nuevamente (hace un rato terminó de conducir el noticiero matinal) para que “las fotos queden mejor”.

Hace unos meses se volvió el rostro masculino que acompaña a Macarena Pizarro en las mañanas en Chilevisión. Después de varios cambios de conductor que hacían que Alejandro Guillier debiera volver una y otra vez, parece que al fin dieron en el clavo; Núñez se ve cómodo en ese papel y hace buena dupla con la joven periodista que se ha ganado un espacio indiscutido en el gusto y la credibilidad del público nacional.

Iván Núñez estudió en un colegio subvencionado, el “Santo Tomás de Aquino”, que se ubica en Independencia con Gamero –como él cuenta-. Periodista de la Universidad de Chile, empezó a trabajar muy joven; en primer año de carrera ya escribía en “El Fortín Mapocho”, pero después de dos meses, el periódico cerró e Iván partió al otro lado del péndulo, a la radio Agricultura. Allí estuvo un poco más de un año, también colaboró en “El Mercurio” con artículos de cine; la práctica profesional la hizo en canal 13, donde se quedó ocho años, seis en prensa y dos conduciendo el matinal.

El cambio a Chilevisión se produjo básicamente por las expectativas que le ofrecían: conducir un programa casi hecho a su medida –”El Termómetro”-, hacerse cargo de la edición de “Primer Plano” y formar parte del equipo periodístico de Tati Penna en el último espacio que ella condujo en la estación televisiva, “Nada personal”.

-¿Es cierto que para entrar al trece te hicieron cortar el pelo? ¿Eras muy desastrado?
“Sí, es súper real. Era desaliñado, no más; en esa época tenía la cabeza puesta en otro lado, en otras preocupaciones y no me había propuesto jamás en la vida trabajar en televisión -¡Nunca!- me parecía que era el lugar menos propicio para ejercer el periodismo. Ni siquiera estaba informado de las prácticas en los canales; de hecho había postulado a diarios y ese tipo de cosas. Un día, llegando a clases, un grupo de compañeras nos dijo que se cerraban las vacantes en el 13 y ¡nada!, yo con otro amigo que estábamos marcando el tiempo fuimos a presentarnos.
“Al llegar, una de las recepcionistas me dijo ¡Córtese el pelito, lo hice. Di las pruebas, quedé y me quedé ocho años ahí”.

-¿Por qué el cambio a Chilevisión?
“Estaba súper bien en el 13. Había estado seis años en prensa, con harto viaje y coberturas en directo que te permiten tener esta destreza para hablar de corrido, sin decir tonteras, que es como tener algo de sentido común; además, estaba trabajando en el matinal, en “Viva la Mañana” y algunos reemplazos en conducción.
“Me llaman para hacerme cargo de este programa que ya tenía unos meses de existencia. Era una alternativa súper atractiva desde el punto de vista profesional, tenía que hacerme cargo de “El Termómetro”, que era un programa muy distinto, con otras características y, además de eso, tenía que llegar a habitar dos programas que estaban en etapas distintas. “Primer Plano, que a esa altura de su existencia iba los domingos a la hora de almuerzo, transformarlo en un estelar y trabajar con la Tati Penna. Era un paquete mucho más atractivo y crecedor profesionalmente que lo que estaba haciendo, que no era malo. Estaba bastante bien el matinal, tenía buen horario, estaba súper bien considerado en prensa, pero me gustó más esto”.

-Pero estuviste despedido unos días de Chilevisión ¿Por qué?
“Como editor de la Tati Penna, aprendí a valorar lo que ella expresaba como punto de vista, como diversidad en la tele. Entonces, cuando se produjo el despido de ella (había otra administración), en los pasillos todo el mundo lo lamentaba, pero no donde había que hacerlo, donde correspondía; un día me preguntan en prensa qué pienso yo y contesté que me parecía un error; me costó una fuerte discusión con el entonces gerente y pasó lo que tenía que pasar: me echaron y volví al par de días después”.

-¿Por qué aceptaste la mañana si el otro programa es tarde?
“Para serte franco, el año pasado dejé la edición de “Primer plano”, porque quería trabajar menos. Estaba en eso y se produce esta necesidad, una conversación con la gente del canal que me ofrece esto. Me pareció un desafío, un horario súper abordable en términos de número, de hecho tuve un muy buen debut, hemos estado bien en la pelea y todo.
“Es más carga de trabajo, más horas en la tele y todo el cuento, pero creo que con la Maca hacemos una buena dupla, me gusta trabajar con ella; por lo que hemos conversado, a ella le gusta trabajar conmigo y tenemos ahí harto que entregar y estar en la sintonía que tiene el canal. Me gusta la pareja que hacemos y, me parece, sin entrar en detalles, que somos mejor pareja de conductores que otros que están en la mañana”.

-¿Por qué?
“Lo hacemos mejor, así de sencillo, aunque suene feo o petulante. Estamos acoplados y entendemos las señas mutuas, tenemos buena comunicación detrás de las cámaras y, además, es un horario que es súper competitivo; la diferencia entre el que lidera y el que sale último, es dos puntos: NADA. Yo que estoy todos los días en “El Termómetro”, la diferencia con los horarios de las teleseries, sus presupuestos, el público y la carga publicitaria… las teleseries valen varios millones de dólares con los que yo podría hacer el programa quince años corridos, así que allí no compito, estoy como alternativa”.

-¿“Primer plano” lo dejaste por tiempo solamente?
“Para trabajar menos. Me duró dos meses. Lo que hago ahora está más en sintonía con lo que me interesa, pero jamás voy a renegar de lo otro, me parece un proyecto encantador; de verdad encuentro que se ha construido una marca potentísima. Al principio había que describirlo, ahora lo nombras y salta al tiro el chip de qué es. Esa construcción de marca es potente y, además, las cosas se pueden hacer bien en cualquier ámbito: económico, político, deportivo y, también, buen periodismo del otro, reporteando, teniendo fuentes y confirmación de datos. Es hacer bien la pega, no es más que eso. Después los conductores la hacen entretenida en pantalla”.

-No te parece que Chilevisión cruza, a veces, el límite de la opinión de la calle y la gente puede decir lo que se le ocurra ¿Qué hay de la responsabilidad periodística?
“No lo siento así. Tengo la impresión que, como todas las libertades, la de expresión tiene sus deberes aparejados. Lo que nosotros sí hacemos, y de verdad que eso es real, es dar el mismo espacio a una autoridad equis que a una persona anónima, a un ciudadano de a pie; lo que tratamos de hacer como canal - y es lo que inspira a la gente que trabaja acá- es ser un canal ciudadano realmente. Un canal súper ciudadano en el sentido que para nosotros es tan importante lo que opina la señora equis como lo que opina la autoridad zeta”:

-¿Eso pasa por preguntarle a niños de 7 años su opinión respecto a conflictos en su escuela?
“¿Cuándo ha pasado eso? ¡Yo no lo he visto!”

-En el matinal, lo he visto más de una vez.
“A mí me parece… ¡Fíjate!, incluso en los tribunales de menores se le pregunta a los niños con quien quiere quedarse… los niños no son… distinto es protegerlos cuando están involucrados en un delito”.

-No va por ahí.
“Por qué los niños no pueden opinar sobre su colegio, por qué si en los tribunales se les pregunta su opinión”.

Claramente se molesta, acelera su tono más bien pausado y explica que la línea del canal es estar con la audiencia, ser un canal ciudadano. “El otro día tuve el tema de la brigada escolar gay. Mira tú, un niño que viste uniforme y es gay y que tiene su grupo de intereses distintos. He visto diarios donde ponen las iniciales y el rostro medio cubierto; ese niño no está involucrado ni siendo acusado de ningún delito; está en una brigada en la que trata de socializar con pares… ¿por qué no va a ser hábil para discutir? Para decir por qué está metido en lo que está metido”.

-Estás cambiando de tema, eso es opinión, pero cuando la pregunta es para que contesten sí o no, es muy distinto.
“Yo respondo por el trabajo que yo hago. A mí me parece que la línea nuestra es súper clara: somos un canal ciudadano”.

-¿Qué pasa, como conductor, si ves a un reportero haciendo algo que no te parece?
“Ah! Me pasa, me pasa todos los días que uno tiene una opinión sobre los temas y yo la expreso”.

-¿En reunión de pauta?
“Y a veces al aire. Si a mí parece que estoy viendo algo sobre lo que hay que hacer una puntualización, la hago. Por qué no. Yo no leo telepromter. En “El Termómetro” no tengo ninguna pauta escrita de preguntas ni background de informaciones anotadas, nada, es lo que conversamos acá (se refiere a la oficina del programa) e indicaciones mínimas del orden de las notas, los móviles y los llamados telefónicos.
“Claro que tengo que tener opinión y creo que lo que este canal hace es demostrar que el tipo que está detrás de las noticias, además, tiene algo que decir sobre el tema, más que sólo leer. Ese es el activo que tiene Guillier, no es el tipo más creíble de Chile porque lee bien los leads o porque hable más de corrido que otro, NO, él te da el contexto de la noticia y, a veces, basta una pequeña puntualización para dar a entender mejor al público, resaltar un hecho; que la gente sea cercana a la noticia y no esa cosa fría de el ministro dijo que. Eso lo puede hacer cualquiera”.

“Sebastián Piñera es el dueño hoy, yo voy a ser periodista toda mi vida”


“Para mí no es más importante el trabajo que la familia”

EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?