EMOLTV

“La mujer es mucho más que un rol, tiene una esencia”

Más que una defensa de la mujer, plantea una defensa de la familia. En vez de repartir roles y tareas, postula asumir responsabilidades según la potencialidad de cada uno y trabajar en un proyecto común. Aquí, la visión de una mujer que piensa la vida.

29 de Septiembre de 2005 | 09:35 |
imagen
Es filósofa, pero tiene los pies bien puestos en la tierra, en la realidad cotidiana, y, al hablar, no se cuida de decir cosas políticamente correctas o del gusto de las mayorías.

De ahí que no crea mucho en la discriminación de la mujer y, al contrario, precise que quienes no ascienden o ganan menos es porque lo han elegido. “Lo llaman discriminación, yo lo llamo opción de vida, proyecto personal”.

También reniega del Sernam. “¿Por qué tiene que haber un ministerio de la mujer y no del hombre?”, cuestiona y contraataca: lo que debiera existir es un Ministerio de la Familia, el núcleo básico de toda sociedad. “Y no porque lo dice la Iglesia Católica, si no porque ése es el único lugar donde el ser humano tiene un vínculo incondicional. La familia es el único espacio donde se te reconoce por existir antes de por lo que eres o haces”, aclara.

“Todo por lo que las empresas pagan millones, se aprende en la casa; la tolerancia, el trabajo en equipo se aprende entre hermanos”, apunta.

Carolina Dell´ Oro se declara una rebelde, una reaccionaria. Cree firmemente en que la mujer debe estar en el mundo del trabajo y es contraria a toda idea que postule su retorno al ámbito estrictamente familiar como una solución a problemas tales como la doble jornada femenina.

-¿Compartes la visión de que la chilena está sobrexigida y estresada?
“En el tema de la mujer mi mirada es distinta. Creo que el tema que está en crisis, en Chile, es la familia; en general, no hay un proyecto familiar claro y cuando ello no existe, lo que ocurre es que dentro de la familia comienzan a distribuirse roles. Y en eso la mujer sale para atrás.
“Cuando te planteas en la vida familiar con tu marido en que hay tantas horas en el día, los dos trabajan y por lo tanto, esto te corresponde a ti y esto a mí, estableces una especie de convenio o contrato. En cambio, creo que los dos deben sentarse, ver el proyecto que tienen y a partir de las características de cada uno, armar una familia potenciándose al máximo.
“¿Qué significa esto? Y aquí muchos me critican, significa que a lo mejor no es tan interesante que el marido lave platos, pero sí que la apoye con los hijos, un punto donde él puede ser súper fuerte”.

-En esta sociedad machista, llevar la familia es responsabilidad de la mujer.
“Ése es el error y no creo que la solución vaya por decirle al marido tú mudas tantas veces la guagua. La solución va por una cuestión de fondo; por sentarse y decir que esto es una empresa, éstos son los plus de cada uno, y en esto yo te necesito. O sea, tener una mirada global del tema”.

-Ya que eso no se da, ¿cuál ha sido el resultado?
“Un convenio contractual en el cual la mujer sale perdiendo por una tradición machista. La idea de todos, hoy, es eliminar la tradición machista, pero creo que no es suficiente, porque el problema no se va a solucionar con un tanto tú y tanto yo. En el fondo, la riqueza del matrimonio es el aporte de las dos diversidades; si uno empieza a ver que el marido aporta matemáticamente igual que uno, empieza a darse una cuestión eficientemente práctica, pero humanamente empobrecedora”.

-¿Pero las nuevas generaciones están tendiendo a la repartición de roles?
“A eso voy; el problema de hoy es semántico. Hemos ido desfigurando el lenguaje y cuando lo haces, desfiguras los conceptos y con ello la realidad, las personas y la sociedad”.

-¿Género en vez de sexo?
“Exacto, y el tema no está en distribuir roles; es mucho más de fondo, está en la naturaleza. Hay una naturaleza femenina y una masculina y cada una tiene rasgos propios y el problema de hoy, por muchas culpas del pasado, es que la sociedad no está incorporando a la mujer considerando sus rasgos propios, si no que se está adaptando a la mujer a un sistema masculinizado”.

-¿La igualdad hombre-mujer ha sido un flaco favor para ella?
“Sí. La primera lucha feminista fue reinvindicativa, el voto de la mujer; el segundo feminismo fue el igualitario y por eso, en los libros escolares establecieron que no podía salir una niñita lavando platos porque era sexista. Ahora, estamos en una tercera etapa, que plantea cómo logramos la integración del hombre y la mujer para hacer una sociedad más rica, más diversa, más complementaria.
“O cómo hacemos para que en la empresa se vea la influencia de la mujer. Siempre cuestiono que una empresa pague millones por inteligencia emocional, cuando es el patrimonio natural de la mujer. ¿Y qué significa eso? Significa que las mujeres no nos hemos insertado en el mundo laboral desde lo femenino”.

-¿Tan así?
“Veamos el tema del éxito, que viene de la palabra salir. El éxito se produce cuando uno sale de sí mismo. Creo que la mujer ha salido de la casa, pero no de sí misma; ha dejado la casa por trabajar, pero lo que ha aportado a su trabajo es una caricatura, por eso la mujer está violentada.
“Las jóvenes ejecutivas se van de “happy hours” y la explicación está en que cuando vienen de su casa se ponen traje de oficina y antes de volver a ella, necesitan sacárselo. Que están diciendo con eso: que no están siendo ellas, que en la oficina son una especie de caricatura”.

-¿Entonces, equivocan el camino quienes retardan el matrimonio y la maternidad?
“Lógico, ésa no es la solución, todo lo contrario. La mujer se ha insertado al mundo –y digo mundo y no mundo público porque la división entre público y privado me parece arcaica; cuando se educa a los hijos se hace un aporte al mundo público- más que por una cuestión de realización personal, por una cuestión básica, la económica. Hay que replantearse este tema y ver cómo insertar a esta nueva familia en una sociedad distinta en la cual la mujer y el hombre deben seguir cumpliendo sus roles”.

Carolina Dell´ Oro asegura que este cambio cultural es de la misma magnitud como el vivido en la revolución industrial donde el hombre salió de la casa a la fábrica y la mujer se hizo cargo de la familia. Hoy, los dos salen de la casa, pero los dos –según ella- pueden estar en la casa gracias al uso de la tecnología; eso posibilita flexibilizar horarios, trabajar desde el hogar.

“Estamos en un momento que es muy duro, muy crítico, porque es de cambio, pero creo que es súper esperanzador”.

-¿Tienes esa mirada, aún cuando la generación de los 30-40 está pagando un alto costo? Les cuesta armar o mantener una pareja.
“Sí, pero yo tengo esperanza no en esa generación, si no en la que viene. Ésa, que va a ser de hijos de mujeres y hombres que han vivido este drama realmente. Nosotras somos hijas de madres que empezaron a liberarse, a ver otro mundo. Nosotras hemos vivido lo duro de ello en carne propia y por eso, vamos a ser mucho más claras en transmitirles a nuestros hijos lo que es fundamental y lo que no”.

-Pero las jóvenes de 16 años siguen recibiendo, de sus madres, el mensaje de que ser mujer es un cacho.
“Sí, estoy de acuerdo, pero es porque estamos en un período de desajuste. En el mundo entero está surgiendo una valorización de la familia y de la mujer que va a provocar un cambio de mentalidad. En Europa, nuevamente, se está valorando la maternidad; en Estados Unidos, las oficinas apagan la luz a las 5 de la tarde, o sea, se está revisando el tema”.

-Pero a Chile le falta mucho para vivir ese proceso. Vamos más lento y no tenemos una situación económica que lo permita.
“Okey, pero no tanto. Hace 5 años yo planteaba el tema de la familia y me miraban raro y decían es filósofa. Hoy día me llaman porque se han dado cuenta que es rentable económicamente.
“Cuando tú a una persona le permites ser una, una en su trabajo, una en su familia, puede crear el doble, producir el doble. Cuando a la persona la disocias, sube sus niveles de estrés, de licencias. Eso es lógico; el ser humano es uno, tú no estás compartimentado en acá la familia y allá lo privado; eso enferma, es esquizoide”.

Vuelve al tema de la masculinización de la mujer al entrar en el mundo del trabajo y se pregunta, tras 20 años de ocurrido eso, qué ha cambiado la mujer. “Salió bastante masculina para conquistar un espacio y lo ganó, pero ¿está más femenino el mundo? No”, asegura.

-¿Estamos viviendo la resaca de haber tenido que abrirnos espacio a codazos?
“Sí y ahora viene la etapa reflexiva. Por eso digo, ya nos hicimos un espacio, las mujeres jóvenes no conciben no trabajar, y la etapa que viene es cualitativa, o sea, preguntarse qué vamos a aportar, qué necesita el mundo. Y hay una pregunta anterior: ¿qué es lo que somos? No qué roles cumplimos, porque la mujer es mucho más que un rol, tiene una esencia, una naturaleza”.

El hombre actual, una caricatura torpe

“Las relaciones sexuales se están convirtiendo en relaciones tipo”

"Tengo vocación de universalidad"
EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?